La Vega
¡Feliz martes! El maestro español que nos acompaña hoy nos ha regalado una buena cantidad de obras que, si se es algo avezado, incluso podemos tararear. Su arte casi no ha decaído a lo largo del tiempo, porque estamos ante algo de mucha calidad.
Aludo a Isaac Albéniz (1860-1909), compositor español nacido en la localidad gerundense de Camprodón. Como tristenemente suele ser habitual, no fue muy apreciado en España durante su tiempo ya que su fama internacional era vista con recelo (y envidia, por supuesto). En 1883 se casó con Rosina Jordana, quien había sido estudiante suya. Ambos tuvieron tres hijas y un hijo, dos de ellas fallecidas en su infancia. En agradecimiento a la apuesta que hizo por el compositor el rey, al hijo lo bautizaron como Alfonso. La hija, Laura, se dedicó a la pintura. A comienzos del siglo XX Albéniz sufrió de la enfermedad de Bright (que afecta a los riñones), que le llevaría a morir y ser enterrado en el cementerio de Montjuïc. En 1972 Paloma O'Shea creó la Fundación Albéniz para promover la música española y sus talentos, además de promover el estudio de las obras de nuestro compositor de hoy.
Hoy vamos a escuchar su obra para piano titulada La Vega. Data de 1897 y tiene una considerable duración, algo que ha podido provocar que no esté demasiado instalada en el repertorio del instrumento. Está inspirada por un poema del poeta inglés F. B. Money-Coutts (1852-1923) que, además, fue quien liberó al compositor de sus problemas financiero durante bastante tiempo. Hay quien postula que la obra quizá fuese primero concebida como un lied, antes de terminar siendo una composición para piano solo. Describe la vega de Granada tal y com se aprecia desde la Alhambra. La composición está impregnada de un intenso impresionismo, muy del gusto de Debussy.
La interpretación es de Alicia de Larrocha al piano.