A ti, oh Dios, te alabamos
¡Feliz jueves! Llegamos hoy al último día de agosto, que dará paso a un septiembre en el que se recuperará poco a poco la normalidad. Es tradicional que yo ponga un tedeum para dar gracias por este tiempo veraniego que va tocando a su fin.
La música de hoy es de Charles-Hubert Gervais (1671-1744), compositor francés nacido en París. Su padre era garçón de la chambre del duque de Orleans (que era hermano de Luis XIV) y creció en el palacio real donde es posible que estudiase. Desde 1697 en adelante era ordinaire de la musique de Felipe de Borbón y luego fue su maestro de cámara de música. Enseñó al duque de Chartres, a quien le gustaba mucho la música italiana y le ayudó a componer dos óperas. Se casó y tuvo dos hijos. Finalmente, en 1701 sucedió a su madre como garçon de la chambre, puesto que mantuvo durante el resto de su vida. En 1723 Michel-Richard de Lalande cesó en su puesto de sus-maître de la capilla real en sus tres meses. Lo que quedaba de año se repartió entre otros tres maestros: André Campra, Nicolas Bernier y Gervais.
Disfrutemos de su Te Deum. Sigue muy de cerca el estilo de Lalande y apreciamos un estilo algo más fresco, con una intensa influencia italiana y un contrapunto lleno de elocuencia y de expresividad. Esta obra pertenece a uno de sus grands motets, para solistas, coro y orquesta. Tras la brillante sinfonía inicial (a base de trompetas y timbales) se suceden los habituales números en los que hay movimientos solitas y otros para todo el conjunto, con la especial brillantes de la música barroca francesa. A Ti, oh Dios, te alabamos; a Ti, Señor, te reconocemos. A Ti, Eterno Padre, te venera toda la creación. Los ángeles todos, los cielos y todas las potestades te honran. Los querubines y serafines te cantan sin cesar: Santo, Santo, Santo, es el Señor Dios del Universo.
La interpretación es del Coro Purcell y de la Orquesta Orfeo dirigidos por Gyorgy Vashegyi.