"La campaña de Manos Unidas genera una conciencia de entender que tenemos un único mundo" Alberto Franco, sacerdote y activista: "Nos quieren sujetos carentes para llenarnos de cosas"
"Te encuentras gente de iglesia en los lugares más recónditos haciendo cosas muy importantes. Pero también encuentras unas posiciones teológicas que legitiman este sistema"
"Hemos entendido mal porque se ha colocado el rebaño como 'quien dirige' y no el rebaño como 'quien cuida y protege' a las ovejas y que es parte, también, del rebaño"
"Yo tengo una duda muy grande: la de si estos son guardianes de la ortodoxia o guardianes del poder acumulado en nombre de Dios"
"Yo siempre tenía el sueño. Me decían ¿que espera usted? Yo contesté: un papa que se preocupe por la naturaleza, por los pobres, por los derechos humanos"
"El papa Francisco era una persona tradicional y un buscador honesto. Se equivocó y asumió las equivocaciones. Romero era una persona tradicional, buscadora pero honesta. Al final, no sabía si se habría convertido o no, pues él estaba buscando"
"Yo tengo una duda muy grande: la de si estos son guardianes de la ortodoxia o guardianes del poder acumulado en nombre de Dios"
"Yo siempre tenía el sueño. Me decían ¿que espera usted? Yo contesté: un papa que se preocupe por la naturaleza, por los pobres, por los derechos humanos"
"El papa Francisco era una persona tradicional y un buscador honesto. Se equivocó y asumió las equivocaciones. Romero era una persona tradicional, buscadora pero honesta. Al final, no sabía si se habría convertido o no, pues él estaba buscando"
"El papa Francisco era una persona tradicional y un buscador honesto. Se equivocó y asumió las equivocaciones. Romero era una persona tradicional, buscadora pero honesta. Al final, no sabía si se habría convertido o no, pues él estaba buscando"
Alberto Franco, sacerdote colombiano está en Madrid presentando la campaña de Manos Unidas. Desde su experiencia personal, defiende un nuevo modelo de consumo, basado en el respeto a la tierra y a sus gentes, aunque admite que "también encuentras unas posiciones teológicas que legitiman este sistema (el liberalismo), lo sacralizan".
En esta entrevista con RD, Franco aborda el futuro de la Amazonía, días antes de que se conociera la exhortación pastoral post Sínodo. Franco, que estuvo en Roma en octubre, asegura que “nosotros entendemos al Papa porque él está muy solo”. Y aporta un interesante matiz: "También hay que saber que la Iglesia no la hacen los papas: ellos recogen, devuelven y animan. Y pueden facilitar unas políticas que permitan un tipo de obispos, de cardenales, de orientación. Y creo que él va bien. Hay que reconocer que más de 30 años en una misma política ultraconservadora y en muchos casos anticristiana marca profundamente".
¿Qué te hace apostar por esta campaña?
Creo que hay dos elementos muy importantes: la campaña es la oportunidad para poner sobre la mesa unas realidades profundas; primero, que el hambre aumenta en el mundo. Estamos acabando con el planeta, lo estamos envenenando. Estamos destruyendo las selvas. Estamos destruyendo todo. Estamos envenenando el aire. En consecuencia, el empobrecimiento aumenta... Esa realidad es expresión de una “manera” de progreso y civilización que nos está matando.
Una manera de entender la vida que no tiene en cuenta al otro.
Que nos está matando, nos ha despersonalizado y nos hemos 'comido el cuento'. Nos lo creemos, y nuestra felicidad va a depender de la cantidad de cosas que tengamos; de nuestra manera de vestir, de cómo viajamos, cómo consumimos..., cómo todas esas cosas. Y no nos damos cuenta de que nos están empobreciendo humanamente. De que nos quieren sujetos carentes para llenarnos de cosas.
Otra colonización: la del espíritu, de las mentes y del corazón.
Estamos en esa lógica, y el dolor más grande es que hemos usado el nombre de Dios con millones de vidas, con el planeta y con una actitud que yo defino como profundamente anticristiana. Esos son los anticristo, porque va en contra del proyecto de Cristo.
Bergoglio, cuando fue elegido Papa, primero eligió llamarse Francisco. Y, segundo, que la misa de entronización fuera el 19 de marzo, que era el día de san José, para hablar de José como custodio de la Sagrada Familia y del hombre como custodio de esa Creación de Dios. Habéis comentado en la rueda de prensa cómo nos estamos cargando el planeta, un regalo que nos ha sido dado casi en adopción porque no es nuestro, es más de nuestros hijos.
Eso expresa un empobrecimiento humano, porque no somos capaces de disfrutar de un atardecer; las luces nos impiden ver las estrellas. Estamos en otra mirada y, por un lado, no disfrutamos de la Creación, no la valoramos en sí. Y por otro, no nos damos cuenta de que dependemos de ella. Que si la acabamos, nos cargamos el planeta, acabamos con la vida.
Creo estamos ante una oportunidad muy importante porque, además de apoyar lo que está haciendo con recursos económicos, la campaña de Manos Unidas genera una conciencia de entender que tenemos un único mundo, un único planeta y una única familia humana con diferentes lados en diferentes lugares.
Estamos en un momento complicado. Además, el debate sobre el medio ambiente ha repuntado, al menos aquí: se ve de otra manera, vivimos la cumbre del clima -que acabó como acabó-. En nuestro ámbito evangélico, se ha vivido un sínodo como el de la Amazonía y estamos a la espera de de la exhortación papal. ¿La iglesia está empezando a tomárselo en serio o es la que más se lo toma en serio de todas las instituciones globales?
No me atrevería a responder la pregunta. Sí puedo decir: en la iglesia hay de todo. Es un espectro muy grande donde hay gente muy comprometida con los derechos ambientales, los derechos humanos. En todos los sentidos, te encuentras gente de iglesia en los lugares más recónditos haciendo cosas muy importantes. Pero también encuentras unas posiciones teológicas que legitiman este sistema, lo sacralizan.
El liberalismo. El capitalismo salvaje que provoca lo que comentabas al principio.
Eso está ahí. Lo que sí hay que reconocer es que, impensablemente, desde Roma se empieza a hablar un lenguaje distinto. Y en el sínodo hay unas imágenes profundamente bellas. Los indígenas, siempre marginados y excluidos, fueron el centro.
Incluso, marcando el camino en la procesión de entrada.
Y el Papa -decía la gente- escuchaba con más atención a los indígenas y todo lo de ellos. Allí, en Roma, en muchas intervenciones de los indígenas la introducción era “estamos aquí porque el Papa es de los nuestros”. Y un indígena llegó a decir: “nosotros entendemos al Papa porque él está muy solo”.
Es una realidad distinta, que estamos en ella y que es muy bonita por lo que está diciendo el Papa y por la forma en que lo está haciendo: está recordando lo fundamental del Evangelio. Cuando se puso el nombre de Francisco, yo esperé un tiempo.
Para que no pareciera una operación de marketing.
Sí porque de alguna manera conocí lo que había pasado en el entorno, conocía parte de la historia... Pero creo que aquí tenemos una bonita sorpresa y una vez más un proceso de conversión. Pienso que la decisión de él fue una acción muy importante donde incide del espíritu y que estamos volviendo por la senda que deberíamos seguir cuando se habla de las conversiones: la conversión pastoral en 'Evangelii gaudium' plantea revisar las estructuras de la Iglesia con el corazón del Evangelio; eso es lo que debemos hacer, siempre los cristianos. Cuando plantea la conversión ecológica en 'Laudato si', creo que es parte de la realidad. No podemos, por respeto al Creador, acabar con su obra. Y por supervivencia humana y de las especies.
Y con la mayor obra, 'supuesta', del Creador, que somos los seres humanos en relación, considerados hermanos.
Convertidos en depredadores unos de otros y de la Casa Común. También pienso que la conversión a la sinodalidad será la apuesta más importante.
Es esencial no solo para el sínodo de la Amazonía, sino para el funcionamiento de la Iglesia.
Por supuesto. Somos hermanos de camino. Que por algunas circunstancias unos tengan una misión u otra, eso es un elemento secundario. Lo esencial es que somos cristianos seguidores de Jesús en el camino.
Hemos entendido mal lo del rebaño...
Hemos entendido mal porque se ha colocado el rebaño como 'quien dirige' y no el rebaño como 'quien cuida y protege' a las ovejas y que es parte, también, del rebaño. Y está la sorpresa bella del sínodo de la Amazonía y la conversión cultural porque esa conversión cultural nos puede llevar a volver al Evangelio que hemos olvidado.
¿Qué consecuencias puede tener para la Iglesia mundial que esa conversión cultural se consagre en el sínodo de la Amazonía?
Hay una cosa muy importante a tener en cuenta en el Evangelio: Jesús habla arameo.
Es verdad.
Los Evangelios se escriben en griego porque era la cultura de ese tiempo. La cultura hablada. Jesús rezaba en hebreo. Luego, cuando el cristianismo se expande y Roma, que habla en latín, se convierte en el Imperio, el cristianismo hablado asume las formas, una serie de elementos romanos como fundamentales. Todo esto nos está diciendo que hay que diferenciar lo que es esencial de lo que es cultural para que el Evangelio pueda encarnarse y tomar la forma de cada cultura. Es lo que entendemos por encarnarse. Jesús toma la forma humana en un lugar concreto en una acción concreta no para imponer esa forma concreta, sino para mostrar que la encarnación asume toda la condición humana en ese lugar. Creo que eso nos obliga a una reflexión profunda.
Lo que pasa es que los guardianes de la ortodoxia dirán que muy bien, que a lo mejor no se toca el Evangelio pero se toca la tradición y que con esa falsa idea de inculturar lo que se hace es caer en el relativismo, en el todo vale.
Yo tengo una duda muy grande: la de si estos son guardianes de la ortodoxia o guardianes del poder acumulado en nombre de Dios.
El papa Francisco era una persona tradicional y un buscador honesto. Se equivocó y asumió las equivocaciones. Romero era una persona tradicional, buscadora pero honesta. Al final, no sabía si se habría convertido o no, pues él estaba buscando. Hace mucho tiempo, Jon Sobrino escribió un libro que se llamaba 'El principio misericordia' que tiene un capítulo titulado 'Despertad del sueño en la cruda inhumanidad'. Es la realidad la que convierte a una serie de personas que llegaron a América de un mundo tradicional, español, se encontraron con una realidad y esta realidad los cambió. A Pedro Casaldáliga uno no lo entiende sin ese proceso de inserción en la realidad. El cristianismo es la conversión, va por eso. No es unas ideas, sino que toca la vida.
Jesús tocaba la vida porque apenas estuvo, según los relatos evangélicos, 2 o 3 veces en un templo. Él la teología la hizo con la gente, comiendo, paseando con ellos, escuchando. El lenguaje que utiliza con la samaritana porque está en Samaria era distinto al que utiliza con otros en Galilea. Es normal, todos lo hacemos.
Las cartas de san Juan son muy interesantes porque cuando habla de los anticristos, habla de lo nuestro. Estamos nosotros. No hay que buscarlos fuera en los ateos o la gente que no cree. El problema fundamental lo tenemos dentro porque hemos construido una religión neofarisea y neoescriba y hemos dicho que es la verdadera. En consecuencia, la práctica de Jesús desaparece.
"El problema fundamental lo tenemos dentro porque hemos construido una religión neofarisea y neoescriba y hemos dicho que es la verdadera"
Castillo, nuestro teólogo de cabecera, está hablando últimamente mucho de que hemos traicionado el Evangelio por la religión. De que hemos entendido muy mal el concepto religión y la hemos convertido en estructura.
Pienso que los sentimientos más profundos que mueven a los seres humanos son controlados y dirigidos. Que hay unas razones por las que nos movemos y esas razones nos pueden llevar a actuar contra el sistema. Por eso los sistemas, cualesquiera que sean, controlan inmediatamente a la familia, la educación, el amor, la afectividad y la religión. Nos toca estar haciendo una revisión profunda para ver qué tanto de eso es del sistema y qué tanto es nuestro.
El discernimiento. Considerarnos adultos; durante muchísimo tiempo, a más de la mitad de la población católica en el planeta no les hemos considerado adultos.
Si miramos al norte vemos una cosa impresionante: para resolver los problemas no había una doctrina; se invitaba al discernimiento. Y el discernimiento con un criterio fundamental, la propuesta de Jesús: aquí no hay una doctrina, aquí hay una relación en la unidad de Dios. Entonces, vamos a hacer el discernimiento. Esto es lo que hemos perdido porque confundimos la fidelidad a unas normas tradicionales -que pueden ser muy buenas para un lugar-, con algo que en otro tiempo consideramos como la fidelidad a Jesús. Por eso la conversión cultural puede marcar muchas cosas.
En el sínodo se habla de revolución; se habla de conversión cultural y de inculturación. Se habla de un rito panamazónico..., de muchas cosas. ¿Qué crees que es lo esencial que debe salir del sínodo, aunque es un proceso que continuará después de la exhortación del Papa? Porque esta es otra de las novedades, que no acaba todo en un documento. Aún así, es inevitable pensar que la exhortación va a marcar un antes y un después. ¿Cuáles crees tú que podrían ser los puntos esenciales para esa inculturación?
Lo primero es el proceso. Entender los sínodos como 'proceso' en el camino. El Instrumentum laboris y el documento del sínodo marcan profundamente el tema de la escucha. La escucha a la madre tierra, la escucha a los pueblos. Pienso que una Iglesia a la escucha es un elemento fundamental porque la escucha obliga a quedarse callado. Y que si es sincera, nos toca por todos lados a los seres humanos.
Y luego, el discernimiento 'a la luz'. Pero con el cuidado que toca poner a lo cultural. Entonces, será un discernimiento que hará honor a su palabra y eso va a a marcar. Y como la naturaleza amazónica es profundamente diversa, tendremos que aprender la unidad en la diversidad. A mirar la diversidad no como un problema, sino como una oportunidad. A entender que hay una interdependencia entre los pueblos, entre los saberes, con todo el bioma, con toda la naturaleza y ahí cabemos todos. Posiblemente, alguien de aquí no tiene por qué irse al Amazonas e incluso le servirá para inculturarse acá y para entender que lo que pase allá me toca a mí. Ahora esperamos que este proceso desate otro proceso en la región de los grandes lagos en África, por ejemplo. Ya se está moviendo la REPAM en Centroamérica. Hay una preocupación por la protección del acuífero guaraní en en el sur. Creo que esto va a generar una dinámica de ser Iglesia que, por supuesto, seguirá asustando a unos pero que nos puede colocar en una actitud de aplicación real del Concilio. Hay que volver a las fuentes no para quedarnos ahí, sino para iluminar el presente.
"Ahora nos toca entender que hay una interdependencia entre los pueblos, entre los saberes, con todo el bioma"
Ojalá Dios y el Papa te escuchen.
Me ocurrió una anécdota: antes de que eligieran al Papa, me hicieron una entrevista. Me mostraron unos candidatos y yo dije: de aquí no va salir nada. Pero yo siempre tenía el sueño. Me decían ¿que espera usted? Yo contesté: un papa que se preocupe por la naturaleza, por los pobres, por los derechos humanos. Toda esta realidad que estamos viviendo. En el fondo, creo que la renuncia de Benedicto me ha hecho pensar mucho y creo que fue un acto valiente que posibilitó muchas cosas. Yo tenía la esperanza y las hipótesis. Si la renuncia de Benedicto era porque se había dado cuenta de que no tenía el poder y que el poder lo tenía la curia, y que las disputas entre las dos facciones eran absolutamente escandalosas -y eso lo conocían los obispos- entonces, iban a elegir alguien totalmente distinto.
Creo que aquí el Papa mantendrá la línea marcada por el documento sinodal. Porque, además, había una característica fundamental de quienes estaban allá adentro, la escucha con mucha atención de los indígenas y las mujeres, muy en la línea de Jesús: los débiles, los marginados; los que no cuentan. son los que cuentan para el Reino. Es por eso que por ahí puede ser interesante. Pero, bueno, también hay que saber que la Iglesia no la hacen los papas: ellos recogen, devuelven y animan. Y pueden facilitar unas políticas que permitan un tipo de obispos, de cardenales, de orientación. Y creo que él va bien. Hay que reconocer que más de 30 años en una misma política ultraconservadora y en muchos casos anticristiana marca profundamente.
Marca a las generaciones, claro.
Aquí en España la tienen completa.