El 13 de marzo de 2013, el cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio se convertía en el primer Papa Latinoamericano. “Ustedes saben que el deber del cónclave era dar un obispo a Roma. Parece que mis hermanos cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo…”, fueron sus primeras palabras, tras su elección.

Desde entonces, a lo largo de esta docena de años el Papa Francisco ha hecho de “la alegría del Evangelio” el programa pastoral de su pontificado, abanderando una “Iglesia en salida”, “pobre para los pobres”, marcada por el signo de la misericordia, la esperanza y la sinodalidad, y empeñada en la defensa y el cuidado de la casa común.

“En esta fecha recordamos de manera particular las numerosas veces que visitó su tierra latinoamericana y tenemos muy presente los desafíos que nos ha animado a trabajar para responder a la misión de ser una Iglesia sinodal en salida a las periferias”, manifiestan en su misiva los miembros de la Presidencia del Celam, al tiempo que se encomiendan a las oraciones del Obispo de Roma: “le pedimos que siga orando por los obispos de América Latina y el Caribe y por todo el Celam, que en 2025 cumplirá 70 años de servicio”. 

“Su testimonio llena de luz a toda la Iglesia”

De igual forma, conscientes de “este tiempo de prueba por los problemas de salud que le toca atravesar”, los obispos del Celam destacan que “su testimonio llena de luz a toda la Iglesia, ya que nos edifica que en medio de la fragilidad, sigue unido al Pueblo de Dios en la oración y entrega en el servicio pastoral”. 

“Gracias por este testimonio y seguimos orando por usted para que pronto pueda sentirse completamente recuperado y con la fuerza del Espíritu para seguir guiándonos como pastor universal”, concluye la misiva, en la que también encomiendan la vida y el ministerio del Papa “a la maternal protección de la Virgen María, Ntra. Sra. de Guadalupe”.