(Vatican News).- Los arzobispos de Chicago y Nueva York han emitido una declaración conjunta en reacción a una norma federal recientemente propuesta que obligaría a los centros sanitarios católicos a ofrecer procedimientos de cambio de género.
La norma propuesta el 25 de julio de 2022 por el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) de EE.UU. pretende aplicar la Sección 1557 de la Ley de Asistencia Asequible, concretamente para "consolidar las protecciones contra la discriminación por razón de sexo, incluyendo la orientación sexual y la identidad de género", según el sitio web del HHS.
Atención sanitaria católica de calidad para todos
En una declaración publicada por America Magazine, el cardenal Blase Cupich de Chicago y el cardenal Timothy Dolan de Nueva York afirman su apoyo incondicional a "todos los esfuerzos para garantizar que todos, sin excepción, reciban la mejor atención sanitaria que les corresponde".
Señalan que 1 de cada 7 estadounidenses que visitan un hospital recibirá atención en un centro católico, lo que equivale a más de 115 millones de visitas cada año.
"Lo hacen sabiendo que recibirán una excelente atención médica y que serán tratados con dignidad, respeto y acogida", dicen los cardenales. "Eso es cierto para todas las personas que acuden a nosotros, sin importar su edad, sexo, origen racial o étnico, o religión".
Los pacientes transexuales también reciben la misma calidad de atención que todos los demás, afirman los dos cardenales.
"Los hospitales católicos no discriminan a nadie y hacerlo sería ofensivo para el ministerio de curación abrazador y expansivo de Jesucristo"
Obligar a los médicos a violar su conciencia
Al mismo tiempo, los cardenales Dolan y Cupich alegan que la norma propuesta por el HHS coaccionaría a los centros y al personal católico a violar sus conciencias.
"Bajo esta nueva norma propuesta, se consideraría discriminación que un centro de salud o un trabajador se opusiera a realizar procedimientos de cambio de género, independientemente de si esa objeción es una cuestión de creencias religiosas sinceras o de juicio clínico"
Los cardenales afirman que la norma representa "una coacción gubernamental que se inmiscuye en la libertad religiosa de los centros sanitarios confesionales" y que, por tanto, amenaza los derechos de conciencia de quienes consideran esos procedimientos contrarios a sus propias creencias.
Incluso las personas sin fe, señalan los cardenales, pueden objetar a los procedimientos de cambio de género, y por lo tanto no debe esperarse que "violen sus conciencias como una condición de empleo."
Objeción al procedimiento, no a la persona
Los cardenales Cupich y Dolan reafirman entonces su creencia de que objetar a tales procedimientos no constituye de ninguna manera una discriminación, también porque esos mismos hospitales y médicos católicos ofrecen la misma calidad de atención a los pacientes transgénero.
"El foco de tal objeción está completamente en el procedimiento, no en el paciente"
Los cardenales estadounidenses señalan que la norma propuesta no codifica "los derechos de los proveedores confesionales a rechazar procedimientos basados en la conciencia, como hacen otras leyes federales".
Más bien, dicen, la norma permite al HHS decidir si puede obligar a los centros a "violar sus creencias".
En conclusión, los cardenales Dolan y Cupich defienden el derecho de todos los estadounidenses a recibir una atención sanitaria de calidad que respete "la vida y la dignidad de cada persona".
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