Mons. José Guadalupe Torres Campos expresó el profundo dolor ante la pérdida Exige Pastoral de Movilidad Humana a las autoridades no politizar, ni criminalizar los hechos donde fallecieron 53 migrantes
El pasado 27 de junio fueron halladas 64 personas dentro de un camión cerca de San Antonio, Texas, en el suroeste de Estados Unidos, de acuerdo con las declaraciones del presidente de Estados Unidos Joe Biden, los informes iniciales indican que esta tragedia fue causada por contrabandistas o traficantes de personas, quienes abandonaron el camión dejando que más de 50 personas encerradas murieran por asfixia y deshidratación.
Mediante un comunicado, la Dimensión Episcopal de Pastoral de Movilidad Humana, lamentó esta tragedia y pidió a los gobiernos apoyar a las personas migrantes que se ven obligados a cruzar las fronteras ya sea por huir de la violencia o la pobreza.
Jimena Hernández corresponsal en México
El obispo de Ciudad Juárez, Mons. José Guadalupe Torres Campos, encargado de la Dimensión Episcopal de Pastoral de Movilidad Humana emitió un comunicado donde expresó el profundo dolor ante la perdida de la vida de hasta el momento 53 personas, de nacionalidad mexicana, guatemalteca y hondureña.
Mons. Torres, recordó que en su mayoría las personas que se aventuran a migrar de sus países en estas condiciones, lo hacen escapando de un temor fundado que pone en riesgo su vida e integridad personal, lo que los obliga desesperadamente a buscar la forma de ingresar por cualquier medio a otro país, colocándose en un estado mayor de vulnerabilidad.
En el escrito, la Dimensión Episcopal, hace un llamado a los gobiernos para que se establezcan medidas eficaces que aminoren la migración forzada y se garanticen los derechos humanos.
“Instamos a los Estados a que, a través de la cooperación internacional, establezcan acuerdos que promuevan la erradicación de las causas que generan la migración forzosa y cumplan con los estándares internacionales de derechos humanos, para garantizar una movilidad humana digna, que respete la vida de aquellos hermanos y hermanas que se ven obligados a cruzar las fronteras”, señalaron.
Además exigieron a las autoridades no politizar, ni criminalizar estos hechos, pues aseguraron que primero deben garantizar los derechos de los familiares de las víctimas, realizando una investigación exhaustiva de los hechos, garantizando el derecho a la justicia, la verdad y la reparación integral, así como agilizando los procesos de repatriación de los cuerpos de sus seres queridos.
La Pastoral de Movilidad Humana que atiende a miles de personas en situación de migración envió condolencias a los familiares de las víctimas, para que pronto encuentren paz y tranquilidad en sus corazones.
Diversas instituciones se han pronunciado sobre estos lamentables hechos, como los miembros de Red Clamor: Red Eclesial Latinoamericana y Caribeña de Migración, Desplazamiento, Refugio y Trata de Personas.
En entrevista, Gerardo Cruz, miembro de Red Clamor, comentó que estas lamentables muertes son muestra de la crisis de humanidad que estamos viviendo a nivel global.
“Es muestra de una crisis exacerbada por la violencia estructural que ha dejado sin oportunidades de desarrollo a millones de personas a lo largo del mundo. Nuestra región de América Latina y en especial Centroamérica es una región donde la exclusión es la constante de todos los días, millones de personas se ven obligadas a buscar nuevas oportunidades en otros lugares y a exponer su vida, cuando emprenden un viaje de inmigración, saben de la vulnerabilidad que tienen, saben que están expuestos incluso hasta perder la vida”, comentó
Gerardo Cruz, lamentó que los gobiernos no presten importancia a los derechos humanos de sus habitantes y aseguró que estos hechos se dan en democracias fallidas, donde gobiernos son dominados por intereses particulares o por grupos del narcotráfico y del crimen organizado a nivel global y nacional.
“Los migrantes son invisibles para los gobiernos hasta convertirse en una nota periodística de este tipo, cuando han perdido la vida”
Por lo que destacó que como sociedad y como humanidad “requerimos madurar y reconstruir el cuidado mutuo entre nosotros y como ha propuesto la Sección de Migrantes y Refugiados del Vaticano: Acoger, Proteger, Promover e Integrar a las personas migrantes, desde su lugar de origen o los que ya están en el tránsito o en países de llegada, seamos más humanos y procuremos el bien de todos”.
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