El ya obispo emérito defiende su gestión en Riobamba y rechaza las acusaciones de corrupción Julio Parrilla: “Si bien no soy perfecto, mi corazón ha estado puesto en Riobamba y no me he dedicado a otra cosa”
“Nunca he tenido ningún tipo de denuncia ni problema. Ningún proceso ni civil, ni canónico de ningún tipo”
“Les tengo que decir que la economía de la diócesis, que es humilde, ha quedado muy estabilizada a pesar de la pandemia”
Acusó a su denunciante, la misionera Julia Serrano, de perseguir alguna finalidad oscura: “Quien haya levantado esta polvareda, sabrá sus intenciones. Cuando una persona intoxica la información, es porque tiene una finalidad. ¿Cuál será? No lo sé”
“Amo profundamente a Dios nuestro Señor. He cumplido 75 años, le he dado mi vida”
Acusó a su denunciante, la misionera Julia Serrano, de perseguir alguna finalidad oscura: “Quien haya levantado esta polvareda, sabrá sus intenciones. Cuando una persona intoxica la información, es porque tiene una finalidad. ¿Cuál será? No lo sé”
“Amo profundamente a Dios nuestro Señor. He cumplido 75 años, le he dado mi vida”
“Me voy con la conciencia muy tranquila”, aseguró con voz solemne Julio Parrilla, aunque siempre pensó que su “despedida sería un poco más pacífica y alegre”. El ya obispo emérito de Riobamba, antes de abandonar su cargo, convocó una rueda de prensa en la catedral de la diócesis, para responder a las preguntas de los periodistas, defender su gestión episcopal y rechazar las acusaciones de destitución por parte de la Santa Sede y de corrupción y mala praxis por parte de la misionera Julia Serrano.
Según el prelado emérito, “esta persona ha cuestionado algunas cosas que crean inquietud, tanto es así que, a veces, olvidamos cuál es el problema de fondo, que es muy sencillo”. Y Parrilla explicó detalladamente el procedimiento canónico que tiene que seguir todos los obispos del mundo para presentar su renuncia al Papa el mismo día en que cumplen los 75 años de edad.
“Yo cumplí 75 años el 25 de marco de 2021 y presenté mi renuncia ante la Santa Sede. Al mismo tiempo, cuando el Papa aceptó mi renuncia, y para que no quede la sede vacante, nombró un administrador apostólico”, en la persona de monseñor José Bolívar de Piedra, obispo auxiliar de la archidiócesis de Cuenca.
Por eso, monseñor Parrilla cree que “por este desenfoque de pensar que la renuncia es lo mismo que pedir la dimisión, y ese es un equívoco importante, y por unas supuestas razones de mal manejo de fondos y de dificultades morales, esto se ha convertido en una auténtica polvareda, como si la renuncia de un obispo fuera una cosa extraordinaria”.
Para hacer frente a las acusaciones de mal manejo de fondos, el prelado recordó que un “obispo no puede disponer de dinero, sin el permiso de consejos locales y de la Santa Sede”. Por eso, “cuando se tuvo que hacer algún tipo de transacción o firmar algún tipo de contrato, se tiene que consultar a la Santa Sede. Y si se da la autorización, entonces se puede actuar, de lo contrario, no se puede”.
Tras las explicaciones técnicas y para demostrar todavía más su inocencia, Julio Parrilla se remitió a los hechos: “Nunca he tenido ningún tipo de denuncia ni problema. Ningún proceso ni civil, ni canónico de ningún tipo. Y les tengo que decir que la economía de la diócesis, que es humilde, ha quedado muy estabilizada a pesar de la pandemia”.
Sobre la acusación de que los sacerdotes de Riobamba infringen el celibato y tienen hijos, Parrilla respondió: “Pues yo allí también me acabo de enterar, como ustedes. Por mi lado, yo no tengo hijos y aquí en Riobamba saben de la vida que llevo. Si bien no soy perfecto, mi corazón ha estado puesto en Riobamba y no me he dedicado a otra cosa, pues el pastor debe estar con su rebaño”.
Parrilla se mostró visiblemente dolido con los medios que publicaron las denuncias de Julia Serrano y con la propia monja. “Estas cosas que se dicen, no están bien dichas. Y los medios, si son éticos, tienen que contrastar la información que dan, sobre todo cuando afecta a la dignidad de las personas. De lo contrario es difamación”, denunció.
Y a la misionera Julia Serrano la acusó de perseguir con sus denuncias alguna finalidad oscura: “Quien haya levantado esta polvareda, sabrá sus intenciones. Por mi parte, no me puedo poner en la situación de alguien a quien no conozco. Lo único que sé es que, cuando una persona intoxica la información, es porque tiene una finalidad. ¿Cuál será? No lo sé”.
Julio Parrilla concluyó su rueda de prensa de despedida de la diócesis con una declaración pública de amor a Dios, a Ecuador y a Cáritas: “Amo profundamente a Dios nuestro Señor. He cumplido 75 años, le he dado mi vida. Llevo 30 años en Ecuador, he trabajado siempre en Cáritas, también como presidente nacional. He trabajado arduamente durante el terremoto, y aquí en Riobamba en todos los proyectos agroeconómicos de huertos familiares y muchos otros. Eso es lo que ha llenado mi vida y no tengo otra vida que ser obispo y dentro de cuatro o cinco días, ser jubilado”, concluyó.
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