El prelado enfoca su reflexión en el momento particular en que vivimos este Día Mundial con la pandemia: "El Papa Francisco nos ha propuesto salir, no quedarnos, ir a una misión, salir a conocer a otros, vivir el espíritu de la Iglesia y de manera significativa en este tiempo en el que estamos en cuarentena nos damos cuenta de que todo esto puede hacerse precisamente cambiando las formas y las metodologías, dice, todos nos sorprendimos: los sacerdotes, los obispos, los responsables de las diferentes áreas de la Iglesia del hecho de que hoy llegamos a personas que antes eran más difíciles de alcanzar, que estamos teniendo una resonancia que no teníamos antes y es un resultado que debemos a los medios que son grandes, poderosos, incluso peligrosos pero sobre todo bendecidos si los usamos como una herramienta simple para anunciar el Evangelio".
El Arzobispo Barba también expresa sus pensamientos sobre el futuro que nos espera: "Hoy vivimos en una fase de confinamiento, con puertas cerradas desde adentro. Esta fase no puede durar toda la vida, pero cuando salgamos, encontraremos una nueva normalidad, una nueva realidad y tendremos que estar un paso adelante para que la Iglesia no pierda 'la nueva que ha conquistado'. De hecho, nos dimos cuenta de que éramos una Iglesia con puertas cerradas, mientras que ahora somos una Iglesia más viva que nunca, vemos que el concepto de "Iglesia Doméstica" ha sido entendida y fortalecida, y que esa gente, aunque no puede acercarse a los Sacramentos todos los días, se ha dado cuenta de que la Iglesia es el verdadero Sacramento de Cristo donde quiera que Jesús esté presente".
"Continuamos ayudando, acompañando, apoyando a aquellos que necesitan otros esfuerzos para llevar el mensaje del Evangelio - concluyó el prelado - debemos dar espacio a los jóvenes y reflexionar sobre cómo llevar el mensaje sabiendo que Jesús es el centro, es el eje y si Jesús es el centro del mensaje nuestras comunicaciones siempre serán bien apoyadas".