Un funeral con el corazón de los pueblos indígenas 'Achakaspi', el padre José Miguel Goldáraz, está en la casa del Padre, su espíritu queda en los ríos de la Amazonía Ecuatoriana

José Miguel Goldáraz
José Miguel Goldáraz

El padre José Miguel Goldáraz está en la casa del Padre, pero su espíritu queda en los ríos de la Amazonía Ecuatoriana, en la selva que tanto amó y, sobre todo, en el corazón de los pueblos indígenas con los recorrió la mayor parte de su vida

"La comuna El Edén le puso el apodo de Achakaspi (palo de hacha o madera fuerte, en castellano), el nombre con el que siempre le llamaban los Kichwa y que también se  hizo popular en todo el pueblo, señalando que así era José Miguel"

"En su entierro, los rezos y cantos en lengua kichwa y castellano se mantuvieron hasta ya bien entrada la noche"

El padre José Miguel Goldáraz está en la casa del Padre, pero su espíritu queda en los ríos de la AmazoníaEcuatoriana, en la selva que tanto amó y, sobre todo, en el corazón de los pueblos indígenas con los recorrió la mayor parte de su vida.

Newsletter de RD · APÚNTATE AQUÍ

José Miguel Goldáraz
José Miguel Goldáraz

Como muchas de las personas que asistimos a su despedida no pude reprimir las lágrimas al rememorar su figura, las tantas horas de aprendizaje recibidas de su profunda sabiduría evangélica y los trabajos que pudimos desarrollar conjuntamente. A mí me enseñó a amar a los pueblos indígenas, a intentar comprenderlos incluso en sus inconsistencias y contradicciones. Somos muchas las personas que lo tenemos como un maestro y referente, como un profeta de nuestro tiempo, continuador de las huellas de Alejando Labaka e Inés Arango y tantos otros misioneros, religiosos y laicos, que han entregado su vida por estos pueblos.

Pero mucho más importante que el mensaje y el legado que nos ha dejado a nosotros, es la huella y semillas sembradas en los pueblos indígenas amazónicos.

El funeral

En la mañana del día 14 se realizó el funeral indígena de José Miguel, ahí los kichwas lo celebraron con sus cantos, sus historias y sus palabras; los shuar al igual que los waorani (los temibles guerreros aucas de las viejas historias) también danzaron y cantaron en su honor de forma similar a como despedían con sus cantos ancestrales a los hombres sabios y los viejos luchadores.

"Los kichwas lo celebraron con sus cantos, sus historias y sus palabras; los shuar al igual que los waorani (los temibles guerreros aucas de las viejas historias) también danzaron y cantaron en su honor de forma similar a como despedían con sus cantos ancestrales a los hombres sabios y los viejos luchadores"

Entierro de José Miguel Goldáraz
Entierro de José Miguel Goldáraz

Las principales participantes fueron las mujeres indígenas, mientras que los hombres permanecían más en un respetuoso y sentido silencio. Todo se realizó en las diversas lenguas de cada nacionalidad indígena, aunque luego nos traducían algunas partes de sus mensajes. 

A las dos de la tarde se celebró el funeral en la lengua castellana presidido por el obispo del Vicariato de Aguarico al que pertenecía José Miguel, Mons. Adalberto Jiménez, Capuchino y el acompañamiento de los obispos de los vicariatos cercanos: Sucumbíos, Tena y Puyo. Concelebraron muchos capuchinos ecuatorianos y de la provincia capuchina de Navarra. El funeral se desarrolló en una zona abierta del vicariato, porque la catedral de Coca hubiera resultado claramente insuficiente para los cientos de personasque quisieron despedir a José Miguel. La misa siguió el ritual específico capuchino y duró más de tres horas.

Antes de concluir se dio paso a la intervención de algunas personas, el custodio de los capuchinos del Ecuador, P. Leandro, hizo una reseña de la vida y trabajos de José Miguel. Sin embargo, especial relevancia tuvieron los mensajes de dos mujeres indígenas: Sonia Aguinda, dirigente de la Federación de Comunas de la Unión de Nativos de la Amazonía Ecuatoriana (FCUNAE), recordando como José Miguel había ayudado a crear las comunas y luego la organización que las reúne a todas y su apoyo en la titulación ante el Estado Ecuatoriano de sus territorios ancestrales; la segunda fue la mujer de la comuna El Edén que le puso el apodo de Achakaspi (palo de hacha o madera fuerte, en castellano), el nombre con el que siempre le llamaban los Kichwa y que también se  hizo popular en todo el pueblo, señalando que así era José Miguel. También representantes de los campesinos colonos, agradecían a la iglesia y a José Miguel por su apoyo en la defensa de sus derechos.

"La comuna El Edén que le puso el apodo de Achakaspi (palo de hacha o madera fuerte, en castellano), el nombre con el que siempre le llamaban los Kichwa y que también se  hizo popular en todo el pueblo, señalando que así era José Miguel"

José Miguel Goldáraz
José Miguel Goldáraz

El entierro

Después de muchos sentidos homenajes, se procedió al entierro. Aquí también tuvieron los indígenas un protagonismo fundamental. Fueron a hablar con Mons. Adalberto y le pidieron que se le sepultara al estilo kichwa, en una zona abierta donde ellos pudieran ir a visitar su tumba y rendirle su homenaje cada vez que llegaran a los cursos, reuniones y talleres que se realizan en la zona del vicariato. Monseñor aceptó esta propuesta y así se abrió una fosa sencilla en un espacio verde, con muchos árboles en el entorno, donde fue depositado el féretro. Los rezos y cantos en lengua kichwa y castellano se mantuvieron hasta ya bien entrada la noche.

"Los rezos y cantos en lengua kichwa y castellano se mantuvieron hasta ya bien entrada la noche"

El ambiente de estas celebraciones estuvo marcado por el dolor y la pena, a la vez que se elevaba una acción de gracias al Señor por la vida de José Miguel, al que se le reconoce como “peregrino de la esperanza”, lema de este año jubilar que nos ha propuesto nuestro papa Francisco.

José Miguel Goldáraz misionero, profeta de mochila al hombro con su eterna txapela, caminante en la selva y navegante en los ríos amazónicos, buscaba construir junto a los indígenas su utopía de “la tierra sin mal”, que no es otra que el Reino de Dios, ese Reino de Vida, Verdad, Paz, Justicia, Solidaridad y Fraternidad. por el que José Miguel actuó, luchó y se entregó. Apostó toda su vida y se atrevió realmente a "ser uno con los indígenas" porque amó apasionadamente al pueblo que Dios le encomendó.

"José Miguel Goldáraz misionero, profeta de mochila al hombro con su eterna txapela, caminante en la selva y navegante en los ríos amazónicos, buscaba construir junto a los indígenas su utopía de “'la tierra sin mal'"

José Miguel Goldáraz
José Miguel Goldáraz

Volver arriba