Lamentó no poder estar en las celebraciones por los 500 años de la primera misa en territorio argentino, pero aseguró que acompaña con el corazón este acontecimiento
El Papa felicitó a la comunidad diocesana y la alentó: “Preparen bien las cosas, abran el corazón a todos y también al Papa, recen por mí que necesito”
| AICA
(AICA).-El papa Francisco lamentó no poder estar en las celebraciones por los 500 años de la primera misa en territorio argentino, pero aseguró que acompaña con el corazón este acontecimiento que prepara para el año próximo la diócesis de Río Gallegos.
“Ustedes se están preparando para celebrar los 500 años de la primera misa en territorio argentino, ahí, en San Julián, la tierra de ustedes. Los acompaño desde acá, por supuesto que me hubiera gustado ir; no se puede todavía porque este año estoy lleno de viajes ya comprometidos. Pero los acompaño con el corazón”, sostuvo en un videomensaje enviado a esa comunidad diocesana.
“Pero ustedes también acompáñense entre ustedes. Que el festejo sea hecho por ustedes; que no sea un festejo importado, un festejo comprado, no, que sea un festejo manufacturado por ustedes, que lo hagan con vuestros hermanos, con vuestro corazón, con todo lo que ustedes tienen de bueno”, pidió y destacó: “En esta Iglesia donde hay lugar para todos”.
Francisco recordó que “la Iglesia es de todos, y Jesús nunca dice que en el cielo va a haber fiesta cuando vengan los justos, no, dice que va a haber fiesta cuando un pecador se acerca, cuando alguien que se siente indigno se acerca a Jesús”.
“Jesús nunca se cansa de perdonar, el nombre de Jesús es Misericordia somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón, bueno eso entre paréntesis; armen ustedes la fiesta como puedan, que toda la diócesis esté contenta porque Dios quiso. Providencia que fuera precisamente ese lugar, en vuestra diócesis donde se celebrara la primera misa en territorio argentino”, agregó.
El Papa felicitó a la comunidad diocesana y la alentó: “Preparen bien las cosas, abran el corazón a todos y también al Papa, recen por mí que necesito”.
“Que Dios los bendiga a todos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y que la Virgen los cuide. Adiós”, concluyó.
