48 horas después del envío del proyecto de la ley argentina, ante el Ministro de Justicia Tucho Fernández: "No se pueden defender los derechos humanos y propiciar el aborto"
"La circunstancia de que todavía no se hayan desarrollado plenamente no les quita nada de su dignidad humana a los niños por nacer"
“Dios nos ayude a que en esta ciudad construyamos cada vez más una sociedad inclusiva, donde todos puedan vivir dignamente, donde todos tengan la posibilidad de trabajar, ganar el pan para sus hijos y desarrollarse en plenitud”
"La dignidad de su ser no desaparece si esa persona se enferma, si se debilita, si envejece, si es pobre, si es discapacitado o incluso si ha cometido un crimen"
"La dignidad de su ser no desaparece si esa persona se enferma, si se debilita, si envejece, si es pobre, si es discapacitado o incluso si ha cometido un crimen"
(Valores Religiosos).- El arzobispo de La Plata, Víctor Manuel Fernández, apuntó contra una de las principales banderas del kirchnerismo gobernante para criticar la actitud del presidente Alberto Fernández de propiciar la legalización del aborto, al advertir que “nunca se defenderán hasta el fondo los derechos humanos si se los negamos a los niños por nacer”.
Lo dijo en la homilía de la misa que ofició en la catedral platense con motivo del 138° aniversario de la fundación de la ciudad, que contó con la presencia del intendente, Julio Garro; y el ministro de Justicia y Derechos Humanos bonaerense, Julio Alak. Fue 48 horas después de que el presidente enviara el proyecto al Congreso.
“Dios nos ayude a que en esta ciudad construyamos cada vez más una sociedad inclusiva, donde todos puedan vivir dignamente, donde todos tengan la posibilidad de trabajar, ganar el pan para sus hijos y desarrollarse en plenitud”, comenzó diciendo monseñor Fernández.
Más adelante, manifestó que “ante una crisis como la que ha provocado el coronavirus, el Papa Francisco nos ha regalado la encíclica Fratelli tutti, dedicada específicamente a la fraternidad y a la amistad social. Es decir, no a la amistad entre algunos individuos, sino a un espíritu de amistad en la sociedad, que forje puntos de contacto entre los diferentes, que articule a los diversos grupos, que marque a toda la sociedad con el tono de la amistad.
Puntualiza que “Francisco propone la apertura universal del amor, que no es tanto la relación con otros países, sino la actitud de abrirse a todos, incluyendo a los diferentes, a los últimos, a los olvidados, a los abandonados. Y toma como gran símbolo la figura del buen samaritano, que vio a un enemigo suyo tirado en al camino, abandonado por todos, y supo bajarse de su caballo, curarlo y cuidarlo”.
“Pero en el trasfondo último, todo esto no se entiende si no se reconoce la inmensa
dignidad de cada persona humana, la inviolable dignidad de toda persona humana más allá de cualquier circunstancia. Es la dignidad de su ser que no desaparece si esa persona se enferma, si se debilita, si envejece, si es pobre, si es discapacitado o incluso si ha cometido un crimen”, señaló. Subrayó que “nada le hace perder su dignidad humana. Ninguna circunstancia debe colocarse por encima de este principio fundamental, no hay contexto alguno que disminuya o anule esa dignidad. Si esto se olvida, es imposible sostener la fraternidad humana”.
“Entre los descartados de una sociedad que discrimina, excluye y olvida están los niños por nacer. La circunstancia de que todavía no se hayan desarrollado plenamente no les quita nada de su dignidad humana. Por eso, nunca se defenderán hasta el fondo los derechos humanos si se los negamos a los niños por nacer”, advirtió.