El estado norteamericano de Illinois abrió 24 investigaciones sobre presuntas conductas sexuales inapropiadas de sacerdotes católicos que la Arquidiócesis de Chicago informó previamente a la agencia estatal de bienestar infantil, informó ayer esta entidad.
Jassen Strokosch, portavoz del Departamento de Servicios para Niños y Familias de Illinois (DCFS), informó que algunos de los reportes recibidos fueron seleccionados para investigación porque el presunto autor
aún podría tener contacto con menores.
'Es importante para nosotros que las víctimas que tuvieron el coraje de presentar informes sepan que sus declaraciones han sido examinadas, que ninguno de ellos cayó en el olvido', manifestó.
De acuerdo con el diario USA Today, las pesquisas se producen en medio de preocupaciones de que la agencia de bienestar
no revisó adecuadamente las denuncias de aproximadamente 1.100 casos de presunto abuso realizadas desde 2006.
Ese año, la Arquidiócesis de Chicago alcanzó un acuerdo voluntario para notificar al DCFS cada vez que se diera cuenta de acusaciones de abuso.
Tal mecanismo se estableció después de que la mala comunicación entre las organizaciones permitió que un sacerdote condenado por abuso sexual de niños
siguiera trabajando en una escuela mucho después de los informes iniciales en su contra.
Sin embargo, advirtió el periódico, nuevas revelaciones sugieren que la agencia
pudo haber pasado por alto las notificaciones de la arquidiócesis, y según dijo Strokosch este miércoles, el personal superior del departamento solo se dio cuenta del protocolo de 2006 hace aproximadamente tres semanas.
'Es difícil saber exactamente qué sucedió o en qué momento ese procedimiento quedó en el camino, pero el proceso que originalmente estaba en su lugar después no se siguió. Inicialmente hubo un proceso más robusto', explicó a USA Today.
Según el portavoz, una vez que se dieron cuenta de ese problema,
querían asegurarse de que no haya niños en peligro.
Anne Maselli, directora de comunicaciones de la Arquidiócesis de Chicago, dijo que la iglesia no sabe qué informes está revisando el DCFS, pero que ha informado todas las denuncias de abuso sexual infantil a esa entidad y a las autoridades civiles.
También señaló que la arquidiócesis
ha pagado alrededor de 220 millones de dólares en acuerdos por denuncias de mala conducta en las últimas dos décadas.