“Queremos sentirnos ‘en red’, saber de ustedes y de sus historias de vida; saber cómo están, cómo lo están pasando y qué necesidades tienen”, se lee en la invitación. El centro de los talleres fueron las emociones y la experiencia cotidiana, acompañadas del amor y cercanía de Jesús.
Participantes
El evento contó con la participación de la teóloga Anita Kok, encargada del diseño del taller que congregó a mujeres de Valdivia, La Unión, Comunidad de Crucero y Río Bueno, Copiapó, Viña del Mar, Santiago y Concepción, y una religiosa conocida y muy querida en la Diócesis, la Hna. Margarita Zima, Franciscana Misionera de María, actualmente radicada en Santiago.
Valorar la fe en medio de la pandemia
El equipo de la Pastoral de la Mujer de la Diócesis de Valdivia, destaca algunas de las experiencias compartidas durante el encuentro digital:
“La relacionalidad y la interdependencia se han dado en mi hogar, estamos más apegados, más de piel. Reconozco la mano de Dios allí, como una posibilidad de que no perdamos esa interconexión familiar, dándonos espacios propios y otros juntos”.
“Encerrados en casa con mi hija y un nieto, vivimos momentos íntimos. Hemos compartido nuestras frustraciones por no poder salir; felizmente, allí aparecen huellas de Dios en la vida que nos ayudan a ir superando la pena y el terror. Son pequeñas resurrecciones que nos dan la posibilidad de una renovación continua. La cuarentena me ha exigido valorar la fe y la gracia del Espíritu Santo actuando en mí”.
Solidaridad y capacidad de establecer alianzas
Mencionando las principales características que animan diariamente el ser mujer, destacaron variados testimonios, entre ellos, la solidaridad con la elaboración de tejidos para los recién nacidos, hijos de inmigrantes, y la elaboración de cajas solidarias para familias de la parroquia. A ello se sumaron la valentía, la justicia, la capacidad de establecer alianzas y trabajo ‘en red’; el preciado don de ‘apapachar’ con la capacidad de comprender, acoger y contener.
“Terminamos contentas de haber cumplido una nueva misión como Pastoral de la Mujer. La evaluación fue en torno a ese sentido del Reino predicado por Jesús, lo que nos permitió admirarnos de cómo esas semillas fueron fructificando entre todas nosotras, fue una verdadera ‘metanoia’, que nos compromete a replicarlo en nuestras comunidades”, expresaron las participantes, convencidas de que de esta crisis tienen que salir “fortificadas desde lo positivo, renacer de nuevo y fortalecer nuestra fe”.