Damos gracias a Dios por la bendición de la libertad. El pueblo estadounidense ha hablado en esta elección. Ahora es el momento de que nuestros líderes se reúnan con espíritu de unidad nacional y se dispongan a dialogar y a comprometerse por el bienestar común.
Como católicos y estadounidenses, nuestras prioridades y misión son claras. Estamos aquí para seguir a Jesucristo, dar testimonio de su amor en nuestras vidas y construir su Reino en la tierra. Creo que, en este momento de la historia de Estados Unidos, los católicos tienen el deber especial de ser pacificadores, promover la fraternidad y la confianza mutua y orar por un espíritu renovado de verdadero patriotismo en nuestro país.
La democracia requiere que todos nosotros nos comportemos como personas virtuosas y autodisciplinadas. Eso requiere que respetemos la libre expresión de opiniones y que nos tratemos los unos a los otros con caridad y civismo, aunque podamos estar profundamente en desacuerdo en nuestros debates sobre cuestiones de leyes y políticas públicas.
“Now is the time for our leaders to come together in a spirit of national unity and to commit themselves to dialogue and compromise for the common good”. @ArchbishopGomez
— Alessandro Gisotti (@AGisotti) November 8, 2020
President of U.S. Bishops’ Conference Issues Statement on #Election2020https://t.co/cfe83XuGhEpic.twitter.com/SvM8OVMNhQ
Al hacer esto, reconocemos que Joseph R. Biden, Jr., ha recibido suficientes votos para ser elegido el 46º presidente de Estados Unidos. Felicitamos al Sr. Biden y reconocemos que se une al difunto presidente John F. Kennedy como el segundo presidente de Estados Unidos en profesar la fe católica. También felicitamos a la Senadora Kamala D. Harris, de California, quien se convierte en la primera mujer en la historia en ser elegida como vicepresidenta.
Le pedimos a la Santísima Virgen María, patrona de esta gran nación, que interceda por nosotros. Que ella nos ayude a trabajar juntos para cumplir la hermosa visión de los misioneros y fundadores de Estados Unidos: una nación bajo Dios, donde se defiende la santidad de cada vida humana y se garantiza la libertad de conciencia y religión.