Según investigaciones, el 4 de agosto de 1976, el padre Arturo Pinto y Mons. Angelelli, llamado “el obispo de los pobres”, regresaban de una celebración en honor de dos sacerdotes asesinados. Mientras transitaban por la carretera hacia Córdoba, dos coches se acercaron chocando contra ellos. El padre Pinto, único testigo de lo sucedido, comunicó que, al despertarse, encontró al obispo asesinado con varios disparos en la cabeza.
Durante muchos años se manejó la hipótesis de un accidente automovilístico. En 2009 el caso se reabrió. El 4 de julio de 2014, dos altos mandos del ejército fueron condenados a cadena perpetua por el homicidio del obispo. En 2015 se abrió la fase diocesana de su causa de beatificación.
El documento está firmado por el arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos José Ñáñez; los obispos auxiliares, monseñores Pedro Torres y Ricardo Seirutti; el obispo de Río Cuarto, monseñor Adolfo Uriona FDP; el obispo de Villa María, monseñor Samuel Jofré; el obispo de San Francisco, monseñor Sergio Buenanueva; el obispo prelado de Deán Funes, monseñor Gustavo Zurbriggen; y el de Cruz del Eje y anfitrión, monseñor Ricardo Araya.
En su declaración, los prelados comentan lo vivido estos días en Córdoba y agradecen a Dios por la vitalidad de la fe de sus comunidades, “por su pasión evangelizadora y el anhelo de santidad que despierta el Espíritu”.
Por otra parte, destacan “una gracia de Dios para su pueblo: la inminente beatificación del obispo Enrique Angelelli, de los sacerdotes Gabriel Longueville y Carlos Murias, y del laico Wenceslao Pedernera. Dos de ellos (Angelelli y Murias), hijos de esta tierra cordobesa”, señalan.
“Su sangre fue derramada por fidelidad al Evangelio. En medio de una de las noches más oscuras en la vida de nuestra Patria, el amor a Cristo los llevó a estar junto a los más pobres. Eligieron ser hermanos cuando algunos preferían volverse enemigos”
“Cuando miramos la vida de los santos -enseña el Papa Francisco- lo ‘que hay que contemplar es el conjunto de su vida, su camino entero de santificación, esa figura que refleja algo de Jesucristo y que resulta cuando uno logra componer el sentido de la totalidad de su persona’”, señalan, citando la exhortación Gaudete et Exsultate.
“¿Qué nos dicen las figuras de Angelelli y sus compañeros? ¿Qué Palabra de Dios para nosotros está esperándonos ahí? ¿Qué semilla de justicia y reconciliación ha sido sembrada en nuestra tierra con sus vidas?”, preguntan los obispos.
“Su amor a los pobres y su identificación con Cristo humillado, paciente y manso en medio de una creciente espiral de violencia, constituyen un elocuente mensaje para vivir el hoy de nuestra fe y responsabilidad en la construcción de la sociedad”
“Como ha ocurrido tantas veces en la historia de la Iglesia, la Providencia unió en el martirio a pastores, laicos y consagrados. Es gracia que viene de Dios y es para todos. Alegra el corazón, nos invita a la conversión y reaviva el fuego de la pasión evangelizadora”, afirman.
En ese sentido, invitan a cada bautizado y a cada una de las comunidades cordobesas “a vivir intensamente la gracia de esta beatificación que tendrá lugar el próximo sábado 27 de abril por la mañana en la ciudad de La Rioja”, y desean “que la Purísima, el Santo Cura Brochero y los futuros beatos mártires sigan animando e inspirando con su cercanía el caminar de nuestras Iglesias”.