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Jesuita hispano papable, crónica de una elección anunciada

El último cónclave demuestra que se acerca la hora de un papa hispano. Hoy sabemos, sin que quepa poner en duda la información, que si Joseph Ratzinger resultó elegido en la cuarta votación, fue porque el cardenal jesuita hispano Jorge Bergoglio, que en votos útiles era su única alternativa, hizo saber su deseo de no ser Papa, por lo que convenció a la corriente progresista del colegio cardenalicio de que no se le votara, para facilitar la elección de Ratzinger. Así queda claro que los grandes electores papales son conscientes, al mismo tiempo, de la necesaria unidad de la Iglesia, del deseo de continuidad y de su abertura a la esperanza de quienes esperan un nuevo agiornamiento, que tenga en cuenta la mayoría real de los hispanos en la demografía del catolicismo y su marcada sensibilidad evangélica post-conciliar. La llegada de un papa hispano no será una revolución, sino el cumplimiento evolutivo de la crónica de una elección anunciada.

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RD

Viernes, 23 de septiembre 2005

El cardenal argentino Jorge Bergoglio y el cardenal Joseph Ratzinger fueron los dos más votados en el cónclave de abril y sólo la renuncia del arzobispo de Buenos Aires permitió la rápida elección del purpurado alemán, según el diario secreto de un cardenal y que recoge hoy la revista de política italiana 'Limes'.

Según el artículo de la revista, realizado por el periodista experto en el Vaticano del telediario del segundo canal de la televisión pública RAI Lucio Brunelli, en base al diario que le ha entregado un cardenal, Ratzinger fue elegido Papa con 84 votos y su única alternativa fue el jesuita argentino Bergoglio.

Éste contaba con 40 votos en el tercer y penúltimo escrutinio, lo que habrían sido suficientes para obstaculizar la elección del cardenal alemán, por lo que habló con los purpurados que apoyaban su candidatura para que no le votaran.

En el diario se explica cómo en la primera votación que se realizó el 18 de abril, tras el juramento de los cardenales, el entonces presidente de la Congregación para la Doctrina de la Fe conseguía 47 votos, Bergoglio 10, el cardenal Carlo María Martini 9, el cardenal Camillo Ruini 6, y el Secretario de Estado, Angelo Sodano 4, mientras que el resto se repartía entre los demás purpurados. El quórum necesario para la elección del Papa era de 77, por lo que a Ratzinger le faltaban 30.

'Todavía no es la hora de un Papa latinoamericano'

Las cenas y reuniones que mantuvieron los purpurados en su retiro de la Casa de Santa Marta hicieron que el día después, Ratzinger alcanzase los 65 votos, mientras que Sodano mantenía sus 4 votos, pero el resto se repartían entre Ratzinger y Bergoglio, que sumaba 35.

En la tercera votación, Ratzinger aumentó a 72 y le faltan sólo 5 votos para ser elegido, mientras que el cardenal argentino llegó a 40, por lo que desde la chimenea de la capilla Sixtina se elevó de nuevo la 'fumata negra'.

Pero fue durante el almuerzo del 19 de abril cuando Bergoglio hizo saber 'más con gestos que con palabras', dice el diario, su deseo de no ser Papa, por lo que convenció de que no se le votara para facilitar la elección de Ratzinger.

Los electores de Bergoglio ante la negativa del jesuita se resignaron, ya que no tenían otro nombre fuerte que proponer, y el decano de los cardenales en la cuarta votación de la tarde llegó a los necesarios 84 votos.

Por ahora, la descripción de 'Limes' es la que más se acerca a los rumores surgidos tras la elección de Benedicto XVI y sobre todo justifican la frase del cardenal belga Godfried Danneels que, a la salida del cónclave, comentó que 'la elección de Ratzinger demuestra que todavía no es la hora de un Papa latinoamericano'.

Se mueve por Roma en autobús

Esta descripción del cónclave apunta que nunca existió la candidatura del más moderado ex arzobispo de Milán, Carlo Maria Martini, como señalaba la prensa de todo el mundo y que sólo Bergoglio se acercó a Ratzinger.


El cardenal argentino, de 68 años, conocido por su humildad --vive en un apartamento en lugar de en su lujosa residencia oficial y se mueve por Roma en autobús--, era considerado uno de los papables, pero se sabía que jugaba en su contra el hecho de que es de la orden de los jesuitas, de la que nunca surgió ningún Papa porque sus miembros deben evitar los honores de la Iglesia y servir al Papa.


La agencia ASCA, sin embargo, comenta que, según sus informaciones, en este relato existen algunos datos inexactos, ya que, según otro cardenal que participó en el cónclave, Ratzinger sumó casi 100 votos y desde el principio Bergoglio expresó su deseo de no ser elegido, e incluso realizó el gesto de cruzar dos dedos para hacer entender que no quería ser elegido Pontífice.


ASCA también añade que, según los rumores surgidos tras el cónclave, el voto de Ratzinger fue siempre al arzobispo de Bolonia, el cardenal Giacomo Biffi, ya que en todas las votaciones, incluida la última, siempre obtuvo un voto.

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