¿Vives de manera profética tu identidad porque te sabes destinado a la gloria? II Domingo de Cuaresma

II Domingo de Cuaresma
II Domingo de Cuaresma

La Transfiguración

II Domingo de Cuaresma 

Texto Evangélico 

“Seis días más tarde, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y subió con ellos aparte, a un monte alto. Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Cuando bajaban del monte, Jesús les mandó: «No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos» (Mt 17, 1-2.9). 

Profecía de la Pasión (XII) 

“Dijo Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza Vio Dios todo lo que había hecho, y era muy bueno. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día sexto” (Gn 1, 26. 31). 

Comentario

Al contemplar el rostro transfigurado de Jesús, quien al sexto día sube con sus discípulos a lo alto del monte, cabe recordar que Dios creó al ser humano el día sexto, y lo creó a imagen suya, colmado de belleza y de bondad, hasta el extremo de sentir entera complacencia en lo que había hecho. 

El evangelista san Mateo no solo nos hace ver en Jesús el rostro de gloria que infundió el Creador al ser humano, sino que a lo largo del Evangelio, quiere demostrarnos que Jesús es el nuevo y definitivo Moisés, a quien en el Monte Sinaí también se le iluminó el rostro. “Aarón y todos los hijos de Israel vieron a Moisés con la piel de la cara radiante y no se atrevieron a acercarse a él” (Ex 34, 30). 

Según el relato bíblico, en el Génesis se prefigura al hombre pleno, que no es otro que el nuevo Adán, Jesucristo. Y como Él mismo anticipa en el monte alto, la humanidad gloriosa aparece con la resurrección del Señor. 

Pregunta 

¿Vives de manera profética tu identidad porque te sabes destinado a la gloria?

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