II Jueves de Cuaresma 

Texto evangélico 

“Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba cada día. Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que caía de la mesa del rico. Y hasta los perros venían y le lamían las llagas. Sucedió que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán” (Lc 16, 19-22).

Paso de Pasión: El Ecce Homo 

“Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado; pero él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Nuestro castigo saludable cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron” (Isa 53, 4-5). 

Comentario 

Jesús, el más bello de los hombres (Sal 45), es la revelación de la plenitud humana, por su entrega amorosa en favor de toda la humanidad. El amor es epifanía de la belleza. 

En Jesús se cumplen las profecías, y Él es quien nos demuestra con su Pasión y muerte que aquel que siembra generosamente, generosamente cosechará. Él ha asumido la figura del Siervo, y es el Señor; Él se ha puesto a los pies de los discípulos, y es el Maestro.

En Jesús se pueden contemplar las paradojas del Evangelio: el último es el primero, el que pierde la vida, la gana. No hay mayor posibilidad de plenitud humana que la de entregarse por amor a los demás. Y Jesús nos desvela en su Pasión la máxima perfección. El Hombre deshecho es canon de humanidad lograda. 

Pregunta 

¿Has experimentado en ti la alegría de darte a los demás?