¿Conoces a Jesús? ¿Te conoces? 34 V Viernes de Pascua
“Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta». Jesús le replica: «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras” (Jn 14, 8-11)
La Iglesia celebra la fiesta de dos apóstoles, no porque falten días para honrar a cada uno de ellos por separado, sino para garantizar el testimonio que ambos nos ofrecen como expresión de objetiva dos testigos. Desde esta referencia cabe interpretar las fiestas de san Pedro y San Pablo, y de la de san Simón y san Judas. El relato de Emaús lo protagonizan Cleofás y otro compañero, y Jesús envió a sus discípulos de dos en dos: “Llamó a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos” (Mc 6, 7).
El Evangelio nos plantea una de las preguntas que Jesús hace, y que cada uno de nosotros debería hacerse: 'Hace tanto tiempo que estoy con vosotros, ¿y aún no me conoces, Felipe?' No se trata de un conocimiento meramente especulativo, sino del conocimiento que proviene del amor hacia una persona y que revela su intimidad. En el caso de Jesús, su intimidad se manifiesta en la relación que tiene con Dios, su Padre. Jesús es el Hijo amado de Dios, y aquel que se relaciona con Jesús, se relaciona con Dios.
El Evangelio no solo nos revela que Jesús vive en el Padre y el Padre en Él, sino que también llega a incorporar en esa misma relación: “El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él” (Jn 14, 23).
¿Conoces a Jesús? ¿Te conoces?
