19 de octubre: Mes del Rosario: La Asunción de María al cielo 

Texto bíblico 

“¿Quién es esta que sube del desierto, como columna de humo, perfumada con mirra y olíbano, con tantos aromas exóticos?” (Cant 3, 6) 

Comentario 

Desde una remota tradición, los cristianos veneraron el triunfo de María, la madre de Jesús. Según textos antiguos, los apóstoles sintieron una fuerza especial que los indujo a reunirse en Jerusalén cuando la Virgen terminó su curso terreno. Esta misma tradición narra cómo enterraron el cuerpo de Nuestra Señora en el Valle de Josafat, junto al torrente Cedrón. Durante cuatro días se escucharon cantos celestiales y un aroma de flores inundó los alrededores del sepulcro, hasta que, al cuarto día, cesaron los cantos y se disipó el perfume. Al acudir a ver el sepulcro, el cuerpo de María ya no estaba. 

Esta tradición fue acogida por la Iglesia, y en 1950 el Papa Pío XII proclamó como verdad de fe la Asunción de Nuestra Señora a los cielos en cuerpo y alma. Sin embargo, no definió si María murió o simplemente se durmió. San Juan Pablo II argumentó a favor de la muerte de María, afirmando que siguió los pasos de su Hijo. 

El triunfo de María es también el nuestro. Ella se convierte en la mejor intercesora de toda la humanidad. Desde los primeros tiempos, los cristianos han recurrido a ella con la hermosa plegaria: “Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios; no desoigas la oración de tus hijos necesitados; líbranos de todo peligro, oh siempre Virgen gloriosa y bendita” (siglo III). 

Propuesta 

Invoca a María.