Ha ofrecido un saludo de «paz y esperanza» y ha pedido porque este 2025 jubilar, sea motivo de ilusión «especialmente, para quienes por cualquier razón, se sientan desanimados».
En referencia al Evangelio ha subrayado la experiencia que tuvieron los pastores de Belén al entrar al establo y sentir la «luz nueva y especial» que emanaba del niño acostado en el pesebre.
Dirigiendo la mirada a la Amatxu, a la Virgen María, ha puesto el énfasis en que fue la que «en su maternidad sorprendente» fue «bendita entre las mujeres«. En este momento de la homilía ha realizado una referencia al tiempo y a la disposición de la madre de Dios de «dar sentido a las cosas inesperadas que nos suceden«. Algo que en estos tiempos, a veces, pasa desapercibido porque «andamos demasiado dispersos, respondiendo a estímulos que captan muestra atención». En este punto, ha mencionado expresamente a los móviles, afirmando que María «pertenece a un mundo en el que era posible detenerse en encuentros y acontecimientos» conservándolos y meditándolas en el corazón.
Jornada Mundial de la Paz
Ante este Día que celebra la Iglesia, el obispo ha mencionado el mensaje del papa invitando a abrir «el grito desesperado de auxilio de tantas madres, de tantos niños que sufren» por diversos motivos.
Joseba Segura ha propuesto tres «resoluciones concretas para el año nuevo: » Cultivar, como María, momentos de silencio para escuchar a Dios; Practicar en cada ocasión que se nos presente, gestos concretos de perdón y reconciliación y Ser instrumentos de paz en nuestros ambientes».
Hacia el final del mensaje, el prelado bilbaíno ha pedido porque este 2025 seas un año en el que «crezca la paz, porque se hacen más numerosos los corazones desarmados».