"Brillan como bombillas cálidas transparentando el Amor que les habita" Los Santos, las vidrieras del mundo
"Ellos se sabían pobres, y su riqueza era su fe y las personas que amaban"
"Ellos lloraban, porque no les daba miedo el mostrarse sensibles y vulnerables"
"Ellos querían justicia y trabajo para todos, y luchaban por la vida digna de los demás"
"Ellos fueron perseguidos y a veces ajusticiados, denunciados, expulsados, excomulgados, etc etc… porque eran valientes y creían en el Amor Verdadero que da su vida por los demás"
"Ellos querían justicia y trabajo para todos, y luchaban por la vida digna de los demás"
"Ellos fueron perseguidos y a veces ajusticiados, denunciados, expulsados, excomulgados, etc etc… porque eran valientes y creían en el Amor Verdadero que da su vida por los demás"
Brillan como una constelación de bondad a través de los siglos. Sabemos el nombre de unos cuantos: Teresa, juan, Ignacio, María, Francisco… sobre los que se escribieron muchas páginas y les levantaron miles de estatuas… Pero de otros millones y millones no sabemos los nombres siquiera, perdidos en el olvido del tiempo y la sencillez de la vida que ya pasó. De todas las culturas y religiones, de todos los países que existieron y lo que aún están. Ellos brillan como bombillas cálidas transparentando el Amor que les habita. Porque descubrieron que ese es nuestro Camino y el motivo de nuestra fugaz existencia: amar a los demás, ayudar a los otros, dar la vida por los amigos, socorrer a los necesitados, querernos a nosotros mismos a pesar de nuestro maletín de desastres, ser sal para el mundo soso, será luz para los días oscuros…
Ellos se sabían pobres, y su riqueza era su fe y las personas que amaban.
Ellos eran mansos y no hacían daño ni albergaban la respuesta del mordisco de las serpientes.
Ellos lloraban, porque no les daba miedo el mostrarse sensibles y vulnerables.
Ellos querían justicia y trabajo para todos, y luchaban por la vida digna de los demás.
Ellos eran compasivos con el dolor y la miseria ajena; no juzgaban, curaban.
Ellos conservaban limpio su corazón, pues a pesar de sus pecados, seguían amando como los niños.
Ellos trabajaban por la paz y el entendimiento de sus familias, de sus barrios, de sus gobiernos, del mundo entero.
Ellos fueron perseguidos y a veces ajusticiados, denunciados, expulsados, excomulgados, etc etc… porque eran valientes y creían en el Amor Verdadero que da su vida por los demás. Muchos de ellos conocieron a Jesús y le siguieron. Otros de Occidente y de Oriente nunca supieron quién era, pero vivieron su Verdad sin conocerle, llenos del Espíritu Santo que mueve a la Bondad a todas los corazones de la tierra.
Ellos nos protegen. Ellos nos cuidan y nos conducen hacia el Bien.
Ellos son como las vidrieras de las Iglesias: un arco iris variado y heterogéneo que deja pasar la Luz.
Ellos son los Santos.
Avisillos.
En Insta puedes escuchar un bonito tema de Luis Alfredo que interpreto: “Devuélveles la vida”.
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