En su segunda actividad en una histórica visita a Venecia, el papa Francisco destacó hoy el rol de los artistas para la construcción de un mundo más fraterno y les advirtió por los peligros de una mercantilización del arte, al encontrar en el Pabellón vaticano de la bienal a un grupo de pintores, escultores y otras profesiones.

" Tenía muchas ganas de venir a la Bienal de Arte de Venecia para devolver una visita, como es buena costumbre entre amigos. De hecho, el pasado mes de junio tuve la alegría de recibir a un grupo numeroso de artistas en la Capilla Sixtina", planteó el pontífice al recordar el evento de 2023 en el que sentó las bases para que este año el Vaticano tuviera su Pabellón dentro de la cárcel femenina de Giudecca. 

"Ahora soy yo quien viene "a su casa" a conocerlos personalmente, para sentirme aún más cerca de ustedes y, de esta manera, agradecerles por lo que son y por lo que hacen. Y al mismo tiempo desde aquí me gustaría enviar a todos este mensaje: el mundo necesita de artistas. Así lo demuestra la multitud de personas de todas las edades que frecuentan lugares y eventos de arte", los valoró Francisco. 

"Confieso que a su lado no me siento un extraño: me siento como en casa. Y creo que en realidad esto se aplica a todos los seres humanos, porque, a todos los efectos, el arte tiene el estatus de 'ciudad de refugio', una ciudad que desobedece el régimen de violencia y discriminación para crear formas de pertenencia del ser humano capaz de reconocer, incluir, proteger y abrazar a todos. Todos, empezando por el último", agregó en esa dirección.

Ciudades refugio

Según el Papa, "las ciudades de refugio son una institución bíblica, ya mencionada en el código deuteronómico (ver Dt 4.41), destinadas a impedir el derramamiento de sangre inocente y a moderar el deseo ciego de venganza, garantizar la protección de los derechos humanos y buscar formas de reconciliación". 

"Sería importante si las diversas prácticas artísticas pudieran constituirse en todas partes como una especie de red de ciudades-refugio, colaborando para liberar al mundo de antinomias sin sentido y ahora vacías, pero que buscan hacerse cargo del racismo, la xenofobia, la desigualdad, el desequilibrio
ecológica y aporofobia, ese terrible neologismo que significa 'fobia a los pobres'", reflexionó en ese marco. 

De acuerdo al Papa, "detrás de estas antinomias siempre existe el rechazo del otro. Hay un egoísmo que nos hace funcionar como archipiélagos solitarios en lugar de colaborativos. Les imploro, amigos artistas, imaginen ciudades que todavía no existen en el mapa: ciudades donde ningún ser humano es considerado un extraño".

Hermanos en todas partes

"Por eso, c uando decimos “extranjeros en todas partes”, proponemos “hermanos en todas partes”, agregó luego.

En ese contexto, el Papa explicó que "el título del pabellón en el que nos encontramos es “Con mis ojos”: todos necesitamos ser mirados y al mismo tiempo mirarnos a nosotros mismos". 

"En esto Jesús es el Maestro perenne: mira a todos con la intensidad de un amor que no juzga, sino que sabe estar cerca y animar. Y yo diría que el arte nos educa a este tipo de mirada, no posesiva, no objetivante, pero tampoco indiferente ni superficial; nos educa a una mirada contemplativa", siguió.

El Pabellón del Vaticano está dedicado al tema de los derechos humanos y a la figura de los últimos inquilinos de mundos marginados, donde nuestra mirada rara vez llega.  a través del que la Santa Sede busca “favorecer la construcción de una cultura del encuentro”. 

"Los artistas están en el mundo, pero están llamados a ir más allá. Por ejemplo, hoy más que nunca urge que sepan distinguir claramente el arte del mercado. Por supuesto, el mercado promueve y canoniza, pero siempre existe el riesgo de que "vampirice" la creatividad, robe inocencia", advirtió.

"Hoy hemos elegido reunirnos todos aquí, en la prisión de mujeres de Giudecca. Y Es cierto que nadie tiene el monopolio del dolor humano. Pero hay una alegría y un sufrimiento que si se unen en lo femenino en forma única y que debemos escuchar, porque tienen algo importante que enseñarnos. Pienso en artistas como Frida Khalo, Corita Kent o Louise Burgueses y muchas otras. Espero de todo corazón que el arte contemporáneo pueda abrir nuestra mirada, ayudándonos a valorar adecuadamente la contribución de las mujeres, como coprotagonistas de la aventura humana", finalizó.