(Antonio Aradillas).- Vaya por delante que en idéntica proporción y prestigio honra y ennoblece a una institución como la UNESCO la concesión del título "Patrimonio de la Humanidad" a una obra, fundación o creación, que a la misma UNESCO encumbra y engrandece tal reconocimiento, cuando es merecido y no fueron espurios intereses sus instigadores. Con convencimiento tan elemental expongo a continuación algunas de las razones principales, que juzgo sobradas, como para que la Semana Santa que se celebra en los pueblos y ciudades de España, con lo que es y significa, pueda aspirar a tal distinción y reconocimiento de carácter universal.
. Nuestra Semana Santa, desde la pluralidad de sus expresiones tanto religiosas, como cívicas, contiene y manifiesta cuantos elementos puedan definir en plenitud y veracidad lo que es el pueblo español en su rica variedad de versiones.
. Precisamente en fiestas, con fe, devoción y con sentido popular configurado y modelado por tradiciones, costumbres e historias, es cuando los pueblos lo son de verdad y así lo pregonan y aclaman. La resultante no puede ser más sorprendente y veraz.
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