"Los que sueñan cada día con parar la primavera de Francisco se equivocan" Un Papa para una Iglesia viva y plural, a pesar de algunos
"La Iglesia se está confrontando internamente a fuerzas destructoras, aliadas y compañeras de viaje de muchos intereses de todo tipo, fundamentalmente políticos y económicos"
"Un antídoto contra estas maledicencias, propias de personajes que solo buscan notoriedad y traicionaron su juramento de obediencia al Papa es revisar a fondo la Eclesiología en la nota de la Unicidad"
"¿Colisionan la Unicidad y el Pluralismo? ¿No habría que estudiar a fondo en qué podemos sentirnos todos unidos y en que podemos discrepar sin romper la comunión en lo esencial? ¿Hablamos de inculturación de la Fe y no respetamos los procesos culturales e históricos de las distintas Iglesias?"
"Estamos en un momento complejo, pero apasionante. Los que sueñan cada día con parar la primavera de Francisco se equivocan, porque el Papa es el instrumento que el Señor ha elegido para guiarnos en estos momentos de la historia de la Iglesia"
"¿Colisionan la Unicidad y el Pluralismo? ¿No habría que estudiar a fondo en qué podemos sentirnos todos unidos y en que podemos discrepar sin romper la comunión en lo esencial? ¿Hablamos de inculturación de la Fe y no respetamos los procesos culturales e históricos de las distintas Iglesias?"
"Estamos en un momento complejo, pero apasionante. Los que sueñan cada día con parar la primavera de Francisco se equivocan, porque el Papa es el instrumento que el Señor ha elegido para guiarnos en estos momentos de la historia de la Iglesia"
Vivimos en la Iglesia en estos momentos “tiempos recios” como diría nuestra Santa Teresa. También los suyos fueron probablemente así. La Iglesia se está confrontando internamente a fuerzas destructoras, aliadas y compañeras de viaje de muchos intereses de todo tipo, fundamentalmente políticos y económicos. La universalidad de la Iglesia difumina muchas veces estos ataques, ya que en muchos lugares son significativos para esas élites generalmente ultraconservadoras, pero en otros pasan absolutamente desapercibidos o son ignorados.
Y la mayoría de los fieles se encuentran al margen de ese cotarro de comadres. Desde este punto de vista la transversalidad continental que esos indeseables desearían se diluye, a pesar de tener un fuerte apoyo económico y mediático. Claman y predican a diestro y siniestro el Cisma. Pero son ellos los que con esos ataques fundamentalmente al Papa Francisco se sitúan al margen De la Iglesia. Es verdad que son batallas dolorosas de aquellos que no han transitado por el Concilio Vaticano II o lo han interpretado de manera estética y no quirúrgica.
Un antídoto contra estas maledicencias, propias de personajes que solo buscan notoriedad y traicionaron su juramento de obediencia al Papa es revisar a fondo la Eclesiología en la nota de la Unicidad. ¿Colisionan la Unicidad y el Pluralismo? ¿No habría que estudiar a fondo en qué podemos sentirnos todos unidos y en que podemos discrepar sin romper la comunión en lo esencial? ¿Hablamos de inculturación de la Fe y no respetamos los procesos culturales e históricos de las distintas Iglesias? ¿No existe una teología asiática, africana, latinoamericana,,..algo tendrán que decir? Y muchos interrogantes más.
Una Iglesia más plural respondería a la realidad, aunque al final la posibilidad de tomar decisiones en aspectos no esenciales, ni dogmáticos estuviese mediatizada y discernida conjuntamente por Roma. Probablemente esta perspectiva asuste a muchos, pero la Sinodalidad debería caminar también por estas vías tan aparentemente vidriosas, pero que avalaría que la Iglesia se toma en serio el “sensus populi”. Ante estos planteamientos estos personajes siniestros se encontrarán con dificultades para seguir repartiendo sus opiniones venenosas, ya que esas mismas Iglesias rechazarían a esos mercachifles de pacotilla. Esta es una asignatura pendiente de la Iglesia, independientemente de esto último.
Los ataques externos o de fuera a la Iglesia han sido y serán una constante en la historia. Los embates contra la barca de Pedro no la han llevado a hundirse, ya no solo por razones teológicas, sino también sociológicas. El problema es que muchas veces la Iglesia ha escogido para defenderse el camino equivocado utilizando los mismos métodos que los atacantes. Pero no olvidemos que estos ataques han servido muchas veces han servido para resituarse, replantearse la transmisión del mensaje o finalmente ponerse en el sitio que le corresponde. Y, por supuesto, para pasar de la prepotencia a la humildad.
Estamos en un momento complejo, pero apasionante. Los que sueñan cada día con parar la primavera de Francisco se equivocan, porque el Papa es el instrumento que el Señor ha elegido para guiarnos en estos momentos de la historia de la Iglesia. También Moisés tuvo rebeliones y contestaciones. Francisco de Asís cuando presentó en San Juan de Letrán la primera Regla de 1209, los cardenales poco más o menos se rieron de él, porque eran retazos de los evangelios, sufrió y aguantó los embates de dentro la Iglesia hasta salirse con la suya. También, Francisco, a pesar de las tarascadas sigue con fuerza y dinamismo animando a una Iglesia, que estaba cansada y desanimada.
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