"En busca de una Iglesia más valenciana, orgullosa de su lengua y su identidad" Se buscan obispos en Valencia…para una Iglesia más participada y participativa
La archidiócesis de Valencia desde hace unas décadas ha sido un vivero importante de obispos hasta el punto que se decía, en los ambientes curiles y curiales, que era una de las condiciones para alcanzar la mitra
Dicho esto, y tal y como me cuentan, los famosos papeles canónicos que no se pueden fotocopiar bajo penas infernales, han empezado a circular. Los informes que justifican, en cierto modo, aquello de que ha sido consultado el pueblo de Dios
Todavía estamos lejos de una consulta directa a los fieles en la Iglesia Católica o de una aclamación como San Ambrosio en Milán. Esperemos que todo se andará…
El deseo mayor es que la Iglesia Valentina sea puntera en vivacidad. Una Iglesia esperanzada y esperanzadora, en la que todos se sientan acogidos, y cada uno desde su puesto, contribuyamos a su mejor realización. Una Iglesia más participada y participativa. Y una Iglesia más valenciana, orgullosa de su lengua y su identidad.
Todavía estamos lejos de una consulta directa a los fieles en la Iglesia Católica o de una aclamación como San Ambrosio en Milán. Esperemos que todo se andará…
El deseo mayor es que la Iglesia Valentina sea puntera en vivacidad. Una Iglesia esperanzada y esperanzadora, en la que todos se sientan acogidos, y cada uno desde su puesto, contribuyamos a su mejor realización. Una Iglesia más participada y participativa. Y una Iglesia más valenciana, orgullosa de su lengua y su identidad.
Se buscan obispos en Valencia…
La archidiócesis de Valencia desde hace unas décadas ha sido un vivero importante de obispos hasta el punto que se decía, en los ambientes curiles y curiales, que era una de las condiciones para alcanzar la mitra. La lista podría ser interminable, aunque muchos de ellos de distinta manera han entrado en la categoría de eméritos.
La llegada del nuevo arzobispo, Enrique Benavent, y el anuncio por parte suya hace unos meses de la petición al Papa Francisco de obispos auxiliares ha desatado como es normal las quinielas. No olvidemos que estamos ante una macro diócesis, de más de 600 parroquias, un montón de religiosas/os, colegios diocesanos, movimientos de todo tipo…
En una palabra, la presencia episcopal es importante y necesaria. Y una sola persona, aunque tenga mucha capacidad de trabajo, es imposible que pueda asumirla. Y los Vicarios Episcopales están para otras funciones eclesiales bien delimitadas.
Dicho esto, y tal y como me cuentan, los famosos papeles canónicos que no se pueden fotocopiar bajo penas infernales, han empezado a circular. Los informes que justifican, en cierto modo, aquello de que ha sido consultado el pueblo de Dios. Todavía estamos lejos de una consulta directa a los fieles en la Iglesia Católica o de una aclamación como San Ambrosio en Milán. Esperemos que todo se andará…
Me llegan muchos nombres, y aunque pueda frustrar a los que han llegado hasta aquí en este artículo no voy a citar a ninguno, aunque tenga mi quiniela particular y mis preferencias. La razón de este silencio es justamente porque conozco a muchos posibles, y no me gustaría participar en la quema de su candidatura, e incluso alguno puede haber sido alumno mío. No obstante daré algunas pistas y deseos.
Probablemente entre los miembros del actual equipo diocesano haya alguno o los posibles. La edad se situaría entre los 55 y los 65 años. Ambos, si son dos de una tacada, dominan el valenciano y tienen una buena dimensión pastoral. Entre el clero, como siempre, tienen sus partidarios, pero también sus valedores. Soy perfectamente consciente que no he dicho mucho.
También tengo que añadir que hay un grupo de tapados, buenos candidatos, que no están actualmente en el equipo de gobierno, incluso puede haber alguno fuera de las fronteras diocesanas. Entiendo que, más o menos, para Pascua florida estarán, como dije, ya nombrados. Aunque esto dependerá también si en Roma huelen suficientemente a oveja.
Si eso sucede así podrán con el Arzobispo, hacer los cambios pertinentes y planificar el siguiente curso y sobre todo establecer un Plan de Pastoral, junto con el presbiterio y los laicos, motivador y realista, dejándose de fuegos artificiales.
El deseo mayor es que la Iglesia Valentina sea puntera en vivacidad. Una Iglesia esperanzada y esperanzadora, en la que todos se sientan acogidos, y cada uno desde su puesto, contribuyamos a su mejor realización. Una Iglesia más participada y participativa. Y una Iglesia más valenciana, orgullosa de su lengua y su identidad.
Etiquetas