Todos llamados a vivir las bienaventuranzas de Jesús Todos los Santos (01.11.2021): Vivieron y viven en el Amor que no acaba
Los santos se complican la vida por los más débiles
| Rufo González
Comentario: “Bienaventurados vosotros... (Mt 5,1-12a)
La versión de las bienaventuranzas en el evangelio de Mateo es más larga que la de Lucas, aunque a ésta se la tiene como más ajustada a los orígenes. Con este texto inicia Mateo el amplio “Sermón de la Montaña” (Mt 4,25-8,1) en cuyo centro está el Padrenuestro. Es el corazón del evangelio. Son actitudes, acciones y oración que configuran al cristiano. En la base está el encuentro personal con Jesús mediante la fe. Quien le acepta es agraciado con su Espíritu. De ahí brotan amor incondicional, alegría, paz, paciencia... (Gál 5,22s).
Hoy celebramos a “Todos los Santos”, los “semejantes a él, porque le ven tal cual es” (1Jn 3,1-3). Gozan de la dicha plena que Jesús proclama. Es la Iglesia de la gloria. Es la bienaventuranza lograda. Hacia ella caminamos nosotros. Ya, en esta vida, podemos vivir en parte estas bienaventuranzas. Ellas nos abren unos cauces de libertad, de lucha contra el mal, de trabajo en construir unas condiciones de vida más justas y más productivas de fraternidad, de alegría, de paz, ...
Aunque leemos nueve, en realidad son ocho. La novena concreta la octava; se refiere a insultos, persecución, calumnias, que el grupo cristiano tendrá que soportar “por causa de Jesús”. La primera y la última ofrecen la misma dicha a “pobres en el espíritu” y a “perseguidos por causa de la justicia”: “de ellos es el reino de los cielos” (Mt 5, 3.10). Las personas desprendidas de la riqueza, capaces de ponerlas en la mesa común, y los que sufren por buscar la realización de todos (esta es la “justicia” que Dios quiere), están viviendo el Reino de Dios, el modo de vida que Dios quiere.
Las seis intermedias son promesas de futuro. Pueden dividirse en dos grupos:
- la2ª, 3ª y 4ª anuncian cambio de situación de quienes no pongan su confianza en en el poder, en el honor, en el tener: “heredarán la tierra, serán consolados y saciados”.
- las 5ª, 6ª y 7ª ofrecen “misericordia, visión de Dios y ser llamados hijos de Dios”, por amar gratis a todos, como Jesús: por “ser misericordiosos, limpios de corazón y trabajar por la paz”. Son tres modos básicos de ser y actuar de Jesús: compadecer, ser sincero y bien intencionado, y trabajar por la paz del corazón y de la relación social.
Jesús vive las bienaventuranzas. La primera y octava bienaventuranza son evidentes: “el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza” (Mt 8,20; Lc 9,58); “siendo rico se hizo pobre por vosotros para enriqueceros con su pobreza” (2Cor 8,9). Fue perseguido “por servir y dar su vida en rescate pormuchos” (Mc 10,45; Mateo 20:28; 1Tim 2,6a: “se entregó en rescate por todos”; concreta y aclara el sentido de la persecución y entrega de Jesús en favor de “todos” -pánton-, no sólo por “muchos” -pollôn-).
La pobreza de espíritu es despego de riqueza, de poder, de honor mundano... La codicia lleva a la acumulación, al prestigio y al dominio sobre los otros. Ahí surge la relación de desigualdad, opresión, rivalidad, violencia... Quien no acumula bienes y comparte está poniendo las bases de una sociedad nueva basada en la fraternidad, la libertad, la justicia, la paz, el dominio de sí, la paciencia... Hay que elegir entre el amor y el egoísmo, entre vivir para los demás y vivir para sí, entre Dios y el dinero (Mt 6, 24). Es la opción del grupo eclesial. Al fiel a la pobreza (8ª bienaventuranza), Dios le da medios de realización plena (Mt 6,25-33 par.). En las comunidades cristianas brillan “las dichas” (2ª, 3ª y 4ª): sentirán suya la tierra entera, consuelo cuando lloran, satisfacción de su sed de justicia. Las nuevas comunidades tendrán estas actitudes y tareas (5ª, 6ª y 7ª): solidaridad activa, sinceridad en su conducta, trabajo por la paz o felicidad humana. Y se les hará presente Dios con su misericordia, su visión y su paternidad.
Oración:dichosos vosotros... (Mt 5,1-12a)
Bienaventurado Jesús:
Nos unimos hoy a todas las comunidades cristianas:
“que te proclaman admirable y solo santo entre todos los santos;
que imploran de tu misericordia la realización de nuestra santidad,
mediante la participación en la plenitud de tu amor;
así pasaremos de esta mesa de la Iglesia peregrina
al banquete del reino de los cielos”
(Postcomunión de la misa de hoy).
Creer en ti es aceptartu propuesta de amor:
sentirse amado incondicionalmente por Dios Padre;
aceptar, como tú, su Espíritu de amor universal, gratuito;
escuchar “el testimonio del Espíritu de que somos hijos de Dios” (Rm 8,16);
“estar convencidos de que nada podrá separarnos del amor de Dios
manifestado en ti, Cristo Jesús, nuestro Señor” (Rm 8,38s).
Esta es la santidad o perfección del Padre:el Amor,
que brilló en ti como el sol sobre malos y buenos;
que te condujo a vivir las bienaventuranzas;
que te hizo dichoso a pesar de no tener dónde reclinar la cabeza;
que te animó a crear comunidad de pobres por decisión propia;
que te fortaleció ante el poder, dinero y gloria de este mundo;
que te acompañó hasta la cruz, donde “entregaste el espíritu” (Jn 19,30).
Sólo los pobres por amor encuentran y reparten:
tu libertad que opta “por la fe que actúa por amor” (Gál 5,6b);
tu consuelo verdadero al que sufre cualquier necesidad;
tu satisfacción de sed de justicia y respeto de los derechos humanos.
Tu amor incondicional, Jesús amado, te lleva:
a tener misericordia y ayudar incluso a quien no se lo merece;
a actuar con sinceridad y buena intención;
a trabajar por la paz, como buen hijo del Padre.
Actúas así, porque vives la misericordia entrañable del Padre:
presente en la creación, en toda vida humana;
más viva y cercana en tu persona, Hijo amado de Dios.
Queremos que tu Espíritu nos convenza de que:
“lo que vale es la fe que actúa por el amor” (Gál 5,6).
“Dios nos eligió en Cristo... para que fuésemos santos
e intachables ante élpor el amor”(Ef 1,4).
“fijemos los ojosen el que inició y completa nuestra fe, Jesús...
el que soportó la cruz, despreciando la ignominia...
y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios” (Hebr 12,2-3).
Gracias, Jesús, por las personas bienaventuradas:
que he conocido por su amor generoso (recuerdo sus nombres...);
que se complican la vida por los más débiles (Cáritas, Manos Unidas...);
que luchan por los derechos humanos en la sociedad y en las iglesias,
por la defensa de la vida y de la naturaleza,
por el cuidado de los refugiados, perseguidos, marginados...
Preces de los Fieles (Todos los Santos 01.11.2021)
Por Jesús hemos conocido “qué amor nos tiene el Padre para llamarnos hijos suyos, pues¡lo somos!” (1Jn 3,1). “Dios nos eligió en Cristo... para que fuésemos santos e intachables ante élpor el amor”(Ef 1,4). Pidamos esperar “la corona de la vida, que el Señor prometió a los que lo aman” (Sant 1,12; 1Cor 2,9), diciendo:“Seremos semejantes a él porque lo veremos tal cual es” (1Jn 3,2).
Por la Iglesia:
- que valore y cuide mucho toda relación de amor entre las personas;
- que no tenga apego a la riqueza, a la vana gloria, al poder...
Roguemos al Señor: “Seremos semejantes a él porque lo veremos tal cual es” (1Jn 3,2).
Por las intenciones del Papa (noviembre 2021):
- que “las personas que sufren de depresión reciban apoyo de todos”;
- que “en su agotamiento extremo reciban una luz que les abra a la vida”.
Roguemos al Señor: “Seremos semejantes a él porque lo veremos tal cual es” (1Jn 3,2).
Por los que tienen corazón, pero creen vivir sin Dios:
- que sigan haciendo caso a su corazón, regalo del Amor, verdadero Dios;
- que conozcan nuestra admiración, respeto, fraternidad...
Roguemos al Señor: “Seremos semejantes a él porque lo veremos tal cual es” (1Jn 3,2).
Por quienes visitan hoy y mañana los cementerios:
- que sientan el consuelo de los que “ya están viendo a Dios”;
- que se animen a perdonar, a ayudar, a vivir en mejor amor.
Roguemos al Señor: “Seremos semejantes a él porque lo veremos tal cual es” (1Jn 3,2).
Por enfermos, refugiados, marginados...:
- que sean nuestro Cristo forastero, desnudo, hambriento...;
- que colaboren con quienes les acogen y ayuda.
Roguemos al Señor: “Seremos semejantes a él porque lo veremos tal cual es” (1Jn 3,2).
Por esta celebración:
- que nos haga más vivos en el amor, es decir, más santos;
- que nos inspire ser tan humanos como Jesús, el mejor regalo del Padre Dios.
Roguemos al Señor: “Seremos semejantes a él porque lo veremos tal cual es” (1Jn 3,2).
Que “esta mesa de la Iglesia peregrina” nos mueva a vivir en santidad, es decir, en amor gratuito, universal, sin condiciones, como el amor que nos tiene el Padre, el Hijo y el Espíritu, que viven por los siglos de los siglos.
Amén.
Jaén, 1 de noviembre de 2021