“Desmasculinizar” es aceptar a la mujer en igualdad de condiciones que al hombre “Hay algo que no me gusta de ustedes, perdonen mi sinceridad”
El Papa Francisco desconcierta cuando habla de las mujeres (2)
| Rufo González
El año pasado (30 noviembre 2023), Francisco recibió a los miembros de la Comisión Teológica Internacional, en la sala adyacente al Aula Pablo VI. Por la inflamación de los pulmones, le recomendaron hablar poco. Sólo les dijo estas “palabras espontáneas”:
Francisco: “Gracias por esta visita. Y gracias por su trabajo. Aquí hay un bonito discurso con cosas teológicas, pero por como yo estoy, mejor no leerlo. Se lo entrego a ustedes. Les agradezco lo que hacen. La teología, la reflexión teológica, es muy importante. Pero hay algo que no me gusta de ustedes, perdonen mi sinceridad. Una, dos, tres, cuatro mujeres: ¡pobrecitas! ¡Están solas! Ah, perdón, cinco. ¡En esto debemos avanzar!”.
Comentario: Justo que manifieste su queja por el número pequeño de mujeres entre tantos teólogos. Hecho indiscutible. También en el último sínodo: 54 mujeres frente a 314 varones. Echo en falta una mínima explicación. Mucho tienen que ver las estructuras patriarcales de la Iglesia. Siglos de exclusión de las mujeres. Hoy, siguen sin ser admitidas como esposas de clérigos, y, de modo definitivo, a los ministerios asociados al poder. Mientras siga la discriminación por género en el ministerio, habrá pocas teólogas.
Francisco: “Las mujeres tienen una capacidad de reflexión teológica diferente a la que tenemos los hombres. Debe ser porque he estudiado mucho la teología de una mujer. Me ayudó una excelente alemana, Hanna-Barbara Gerl, sobre Guardini. Ella había estudiado esa historia y la teología de esa mujer no es tan profunda, pero es hermosa, es creativa. Y ahora, en la próxima reunión de los nueve cardenales, tendremos una reflexión sobre la dimensión femenina de la Iglesia.
Comentario: No creo que baste estudiar la teología de esta mujer para afirmar que “las mujeres tienen una capacidad de reflexión teológica diferente a la que tenemos los hombres”. Ella logró la “habilitación” de profesora de Filosofía en la Universidad de Múnich en 1979, con una monografía sobre el teólogo R. Guardini. No es partidaria de la “ordenación” de la mujer. Delegada de la iglesia alemana en el Camino Sinodal, al no comulgar con la “dirección y la conducta” del Camino Sinodal, adujo que se “ponían en duda doctrinas y creencias católicas centrales”, y renunció a su cargo. Desde 2011 dirige el Instituto Europeo de Filosofía y Religión en la Universidad Filosófico-Teológica Papa Benedicto XVI en Heiligenkreuz, Austria. Su teología, dice Francisco, “es una teología “no tan profunda, pero hermosa y creativa”.
Francisco: “La Iglesia es mujer. Y si no entendemos lo que es una mujer, lo que es la teología de una mujer, nunca entenderemos lo que es la Iglesia. Uno de los grandes pecados que hemos cometido es `masculinizar´ la Iglesia”.
Comentario: La Iglesia “es mujer y hombre”, y “no es mujer ni hombre”: “Cuantos habéis sido bautizados en Cristo, os habéis revestido de Cristo. No hay judío y griego, esclavo y libre, hombre y mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gál 3,27-28).
No comparto la idea de que, si no se entiende “lo que es una mujer y la teología de una mujer”, nunca podemos entender la Iglesia. Lo importante es entender al ser humano y su vocación a realizarse en todas sus dimensiones, como hombre y mujer, en igualdad, en dignidad y en derechos y deberes básicos, teniendo en cuenta también su biología.
Sí que “uno de los grandes pecados que hemos cometido es masculinizar la Iglesia”. No lo calificaría de “pecado personal”, sino de “pecado social”. También esto tiene causa. Muchos dirigentes han marginado el Evangelio y el espíritu de Jesús, por su afán de poder y riqueza. Lo prueban los bulos históricos, aceptados egoístamente, como la “Donación de Constantino” (siglo IV), las “Decretales pseudo isidorianas” (s. IX; recopilación falsa de decretos papales de los tres primeros siglos) ...
Francisco: “Y esto no se resuelve por la vía ministerial, esto es otra cosa. Se resuelve por la vía mística, por la vía real. A mí me ha dado mucha luz el pensamiento de Balthasar: principio petrino y principio mariano. Esto se puede debatir, pero los dos principios están ahí. El mariano es más importante que el petrino, porque existe la Iglesia esposa, la Iglesia mujer, sin masculinizarla.
Comentario:
Estos principios, elegidos por los últimos Papas para lo que no pensó el teólogo suizo, están contenidos en el libro de Hans Urs Von Balthasar: El complejo antirromano. Integración del papado en la Iglesia universal (BAC Madrid 1981). Analizando la vida de la Iglesia primitiva, Balthasar encuentra cinco perfiles o principios que afectan a toda la estructura eclesial: el principio petrino (ministerio pastoral), el principio paulino (misionero), el principio joánico (contemplativo), el principio jacobeo (Tradición) y el principio mariano (María es el modelo de la fe para todos los miembros de la Iglesia).
Los Papas, desde Pablo VI hasta Francisco, vienen utilizando el principio petrino y el mariano para justificar la actual discriminación de género en los servicios eclesiales. Balthasar pretendía con estos principios integrar el Papado en la Iglesia, no sólo en la católica, sino en todas las que tienen su origen en Cristo.
Son principios universales que afectan a toda la Iglesia. La Iglesia necesita ministerios pastorales, entre los cuales está el de gobierno y presidencia de cada comunidad y de las diversas unidades pastorales (base, parroquia, diócesis, universal). El ministerio pastoral es necesario, imprescindible, para la Iglesia. Pero no es necesario que sea únicamente cosa de hombres. La teología bíblica y dogmática no concluye con que la Iglesia no tiene poder para “ordenar” mujeres”. Eso es ideología clerical interesada.
Igualmente, el principio mariano afecta a todos los cristianos, hombres y mujeres. Para todos María es tipo y modelo: su sí a Dios, aceptando la maternidad divina, es el acto de amor, que todo cristiano debe dar para seguir a Jesús. Sin duda: “el mariano es más importante que el petrino, porque existe la Iglesia esposa”, Hasta aquí, bien. Eso de que existe “la Iglesia mujer, sin masculinizarla” es lo mismo que decir que existe “la Iglesia hombre, sin feminizarlo”. María es modelo de todo cristiano, hombre y mujer. La Iglesia (hombres y mujeres) es esposa de Dios y de Cristo como imagen, no como estructura exclusivamente femenina.
Francisco: “Y se preguntarán: ¿hacia dónde conduce este discurso? No sólo para decirles que tengan más mujeres aquí adentro -esa es una-, sino para ayudarles a reflexionar. La mujer Iglesia, la esposa Iglesia. Y esta es una tarea que les pido, por favor. Desmasculinizar la Iglesia”.
Comentario: “Desmasculinizar” es aceptar a la mujer en igualdad de condiciones que al hombre. La Iglesia está “masculinizada”, no porque haya más hombres que mujeres -es justo al revés-, sino porque el ministerio “ordenado” está legalmente reservado a los hombres. Luego es evidente que “ordenando” mujeres desaparece la “masculinización”. Después vendría la desclericalización: eliminar la división de clases: clérigos-laicos, el modelo de poder piramidal, jerárquico. Hay que instaurar la fraternidad, el sacerdocio común, como la base principal de la Iglesia, “el principio mariano, el más importante”. Los servidores no pueden estar por encima de la Iglesia-comunidad fraternal.