“Lo verdaderamente importante en la fiesta de este día es el Cuerpo y la Sangre del Señor. En esta Valencia donde con tanto esplendor se ha celebrado el Día de Corpus es el Cuerpo y la Sangre de Cristo.  El esplendor del Corpus no puede ser otro que la caridad y la solidaridad  para con los pobres, la adoración gratuita por quienes nos necesita. La celebración del Corpus  reclama no pasar de largo de los necesitados, sentirse cercano a quienes tienen hambre y sed”, dijo el cardenal arzobispo de Valencia en la Misa de Corpus esta tarde en la catedral, con nutrida asistencia de fieles, dada la fama y popularidad que históricamente ha tenido esta solemnidad, llamada la “festa grossa de la Ciutat”.

“Celebrar esta fiesta con esplendor y dejar y sentirse cercanos a la gente a la que sea conculcado su dignidad. Reconocer y confesar a Jesucristo en los pobres, los humillados, los sin techo, los tristes, los desconsolados, amándonos unos a otros como Él mismo nos ha amado, acercándonos de manera real a todos los crucificados, a los cristianos perseguidos a causa de su fe”, añadió.

“La Eucaristía nace y toma fuerza en el amor de Dios a nosotros. A compartir el pan con los demás. El Corpus se resume en el amor de Dios en el hombre. Ahí está Dios, amor de los amores. Ahí está el acontecimiento central de nuestra fe.  El Cuerpo y Sangre de Cristo, su muerte en la Cruz, se ha transformado en el acto supremo de amor. A partir de este Cuerpo hay que decir qué es amor. Estemos atentos y abiertos a acoger el Cuerpo de Cristo”, señaló el prelado en homilía.

En la Misa concelebraron con el prelado el vicario general, Vicente Fontestad; el capellán del Corpus, Álvaro Almenar, canónigo,  el canónigo tenor de la catedral, Miguel Bou, y el biblista y canónigo, Vicente Collado Bertomeu, director de la única tesis doctoral que se ha hecho sobre la procesión de Corpus de Valencia, la mía, defendida en la Facultad de Teología de san Vicente Ferrer, dela que es catedrático. Al término de la celebración litúrgica, Álvaro Almenar, vice rector de la Basílica de la Virgen de los Desamparados y Prior de la Cofradía de la Virgen de la Seo,  capellán de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén en Valencia, y capellán del Valencia CF., entre otros cargos. Estos actos lo fueron siempre en la Iglesia del Real Colegio Seminario de Corpus Christi, el monumento que levantara en Valencia el patriarca san Juan de Ribera, pero se decidió cambiar a la catedral por su capacidad en relación con los aforos.

El Pregón de Corpus

Álvaro Almenar hizo su Pregón en Lengua Valenciana y lo inició refiriéndose al Santo Cáliz de la Cena del Señor, de la Pasión del Señor, que se conserva en la Catedral de Valencia desde el siglo XV, y al Año Jubilar que se está celebrando convocado por el cardenal Cañizares. “Es Cristo quien nos convoca a la celebración Eucarística. Sin Eucaristía no hay vida cristiana en su plenitud. La Iglesia siempre vive de la Eucaristía”, dijo. “Sin reunirnos en la asamblea eucarística del domingo no podemos ser cristianos. “

Recordó la institución de la fiesta de Corpus Christi en la Iglesia Universal y su primera solemnidad externa en Valencia, muy popular y solemne, esta de casi siete siglos de existencia, que este año de nuevo la pandemia ha restringido y se realizará por el interior de la catedral, una procesión en la que sale el mismo Jesucristo, gracias al impulso decidido y valiente del arzobispo Cañizares que ha sido quien como pastor de la Diócesis ha impulsado las celebración las tradicionales fiestas  religiosas, aunque con las debidas limitaciones, pero nunca acobardándose, ni acomplejándose. En este punto pidió una ovación para el prelado como reconocimiento y agradecimiento, la cual fue rendida calurosamente por los asistentes al acto.

Concluyó deseando a todos que abrieran su corazón a Dios y pidieran que la fe cristiana no dejara de arraigar en tierras valencias. Una larga ovación ratificó las palabras del Pregonero, a quien se le entregó el título de Corpusiano de Honor.