A mitad de mes presentará su dimisión al Papa por razones de edad Cañizares preside el 9 de octubre el último Te Deum de su gobierno episcopal
Se celebra del aniversario de la dedicación y consagración de la Seo a la Asunción de María, en 1238, cuando Jaime I conquistó la ciudad de Valencia y convirtió la Mezquita Mayor en catedral cristiana
El prelado habría comunicado al Cabildo Catedralicio que sus miembros mayores de 80 años que el 17 de octubre quedaran cesados en sus cargos, aunque continuarán como canónigos rasos
El cardenal tiene intenciones de continuar en el cargo si al Papa le parece bien y espera que se le conceda una prórroga de dos años en la sede episcopal de Valencia, afirman unas fuentes
El cardenal tiene intenciones de continuar en el cargo si al Papa le parece bien y espera que se le conceda una prórroga de dos años en la sede episcopal de Valencia, afirman unas fuentes
La Catedral de Valencia acogerá este viernes, 9 de octubre, la misa solemne con motivo de la conquista de la ciudad mora de Valencia por Jaime I en 1238 y del aniversario de la dedicación y consagración de la Seo a la Asunción de María tras la Reconquista y el solemne Te Deum, ambos presididos por el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares.
Este es el último Te Deum probablemente del 9 de octubre que presidirá el cardenal Cañizares, quien a mitad de octubre presentará su dimisión al Papa al cumplir la edad reglamentaria que establece el Código de Derecho Canónico. Y lo hará acompañado del Cabildo Catedralicio, que, según los mentideros eclesiásticos de la Villa, habría recibido comunicación del prelado de que todos los que hubiesen cumplido los 80 años el próximo día 17 quedarán cesados en sus cargos,aunque continuarán como canónigos rasos. La intención es renovar totalmente la plantilla y rejuvenecerla.
El cardenal tiene intenciones de continuar en el cargo si al Papa le parece bien y espera que se le conceda una prórroga de dos años en la sede episcopal de Valencia, afirman unas fuentes. Otras fuentes creen que el Papa va a aceptar pronto su renuncia al cargo. La sede también hay que rejuvenecerla.
Hay una tercera teoría en danza y es que como el Sínodo Diocesano no ha concluido por la pandemia se va a esperar unos meses a que dé tiempo a celebrar la sesión general final que es lo que falta, la cual estaba programada para este mismo mes de octubre, como broche de oro, despedida y cierre, al gobierno del arzobispo en la Diócesis.
Y en este país en que todos los Obispos tienen tortícolis –en palabras del cardenal Tarancón- de tanto mirar a Roma, se espera a lo que decidan aquellas instancias. Tal vez el cese canonical octogenario sea una velada luz y aviso a navegantes. Las celebraciones darán comienzo en la Catedral a las 10 horas con el rezo de Laudes seguido por la misa solemne oficiada por el Arzobispo tras la cual tendrá lugar el solemne Te Deum, han confirmado desde el Cabildo Catedralicio.
Debido a la pandemia, este año no se celebrará la procesión con la Senyera de Lo Rat Penat desde la sede de la entidad hasta la Seo sino que la bandera ya se encontrará en la Catedral una vez comience la celebración. A causa de las restricciones, la Coral Catedralicia no podrá interpretar el Te Deum que compuso José Climent, canónigo prefecto de música sacra de la Catedral y director honorífico de la Coral fallecido en 2017. En su lugar, un cuarteto de voces entonará un Te Deum en gregoriano bajo la dirección de Luis Garrido.
Primer intento de conquista: El Cid
Desterrado Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador de tierras castellanas como consecuencia de haber obligado al rey Alfonso VI de León y Castilla en la iglesia de Santa Gadea de Burgos a jurar (1072) que no había tomado parte en el asesinato de su hermano, el rey Sancho II de Castilla, relato legendario que narra el “Romance de la Jura de Santa Gadea”, al mando de un fuerte contingentes de soldados, se desplazó desde Zaragoza a Albarracín y entra a tierras valencianas por Alpuente, se desplaza a Elche, Polop, Tárbena, Benicadell,… y va de correrías por todo el territorio moro valenciano.
El jueves 15 de junio de 1094, Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador conquistó y tomó posesión de Valencia, que estaba en manos de los muslimes. Con él entraba el obispo don Jerónimo para levantar el ánimo y la fe de los mozárabes que vivían en ella a corto plazo y si se podía cristianizar musulmanes. Aquella guerra era mitad política, mitad de religión. O la religión era una excusa para blandir las espadas.
El Cid murió el 10 de julio de 1099. Caído el mito, vino la debacle de la moral de las tropas cristianas. A duras penas pudieron sostenerse y mantenerse. Los almorávides, sabedores de que el invencible Cid ya no existía, acometieron la reconquista de la ciudad para el Islam, guerreros que entraron en Valencia el 5 de mayo de 1102, forzando a salir a los cristianos con doña Jimena, viuda del Cid, sus dos hijas y el obispo don Jimeno, de la ciudad, llevándose el cadáver del Cid para que no fuera profanado. Alfonso I de Aragón en 1129 intentó hacerse de nuevo con Valencia. En 1177, Alfonso II de Aragón vuelve a intentarlo sin resultado positivo.
Fernando III, el Santo, rey de Castilla
Fernando III El Santo, conquistó Cuenca y teniendo cerca Valencia, pensó en hacerse con ella también. El rey moro de Valencia, Zeyt-Abu-Zeyt, recelándose la conquista quiso pactar con el rey castellano y aconsejado por su hermano Al Bayyasi, el Baezano, se fue a verle y le ofreció pactar. El rey estaba en Moya en marzo de 1225 con su Corte donde le recibió, ofreció tributos y prestó juramento de vasallaje perpetuo al rey castellano. Por esta razónFernando IIIno vio necesidad de bajar a Valencia y dirigió sus campañas militares de recuperación de los territorios ocupados por los moros para los cristianos más al centro y sur peninsular.
Jaime I después de conquistar “el regne de Mallorques e les altres Illes que pertanyen adaquella”, “per fe de Deus,… per convertirlos e que tornen aquel regne a la fe de Deus”, se dispone a conquistar el Reino Moro de Valencia, en buena parte porque la Iglesia le obliga a hacer una Cruzada de Liberación para absolverle de la pena de excomunión impuesta, por el grave delito canónico cometido al encarcelar a Bernardo de Monteagudo, elegido por los canónigos de Zaragoza para ser obispo, con el fin de impedir su consagración ya que en la silla episcopal quería colocar a un amigo suyo. Cruzada que contó con las debidas licencias de y Bulas de Roma.
Asediada la ciudad, el 28 de septiembre de 1238, víspera de san Miguel, fueron firmadas las capitulaciones. Una de las capitulaciones establecía que todos aquellos muslimes de Valencia que quisieran seguir permaneciendo en Valencia y su término lo podían hacer salvos y seguros siempre que permanecieran “in nostra fide”. Es decir, debían hacerse cristianos, cosa que en el Islam además de mal visto, está prohibido.
El 9 de octubre de 1238 , “nostra era Valencia,… que metessen nostra senyera en aquella torra que ara es del Temple,… e nos fom en la rambla entre el Reyal e la torra, e descalvacam e dreçamnos vers orient e ploram en nostres ulls besant la terra, per la gran merce que Deus nos havia feyta”. Jaime I tenía 30 años de edad. Aunque la entrada oficial y solemne, gloriosa, de Jaime I consta que la hizo el 9 de octubre, parece que inmediatamente se firmó, penetró en la urbe y la recorrió, fijándose en los lugares de mayor interés para repartir el botín entre los nobles y obispos que le acompañaban con sus respectivas tropas. Las crónicas de los perdedores cuando relatan la personalidad de Jaime I le apodan El Tirano. Nada más entrar, ordenó que la Mezquita Mayor fuese convertida en catedral cristiana, la que advocó a la Asunción de Nuestra Señora una de las devociones del monarca aragonés. Ante su altar juró no parar hasta expulsar a todos los sarracenos del territorio valenciano.