El Obispo Arturo Ros explicó su labor inspirada en Fratelli Tutti del Papa Francisco Cáritas no cerró durante la pandemia y acompañó a 60.000 personas que acudieron a ella
A lo largo de 2020, Cáritas contó con la colaboración desinteresada de 5391 personas voluntarias la mayor parte de las cuales eran mujeres.
A pesar de las dificultades derivadas de la pandemia por COVID-19, un 78 por ciento del voluntariado de la institución se mantuvo activo durante el último año.
Cáritas Diocesana de Valencia ha hecho balance y rendición de cuentas del ejercicio último en la mañana del día litúrgico de Corpus Christi, Día del Amor Fraterno, de la solidaridad, el cual ha girado en torno de la pandemia del coronavirus, momento duro, aunque no el más duro de todos los que ha tenido en los 60 años de vida que tiene, aniversario que cumplirá el próximo mes de octubre.
Fueron varios los mensajes lanzados, esperanzadores y de ánimo, por parte de quienes ofrecieron la rueda de prensa –Arturo Ros, obispo auxiliar, responsable de la pastoral de caridad y acción social de la Iglesia en Valencia; Nacho Grande, director; y Aurora Aranda, secretaria general- que radiografiaron la situación de la sociedad valenciana, agravada por el coronavirus, cuya media de pobreza (23,7 por ciento) supera la media española (20,7 por ciento), cifras que les anima a seguir trabajando, para lo que han contado la importante colaboración de los valencianos, superando los ingresos aportados a Cáritas los 6.000.000 de euros, por lo que dieron las gracias a todos por su solidaridad.
Contextualizó la rueda de prensa el Obispo Arturo Ros, siempre discreto, pero eficaz, que suele hablar más con gestos y obras que con palabras, a partir de Fratelli Tutti del Papa Francisco, en la que invita a todos ser custodes, guardianes, vigilantes y cuidadores de la fragilidad de los demás, tarea en la que está inmersa Cáritas desde su fundación.
Aurora Aranda fue la mujer de los datos quien dijo había sido un año duro por culpa dela pandemia, pero que Cáritas había tenido que hacer frente a otras crisis tal vez más duras como la de la riada de Valencia de 1957, o las recientes crisis de 2008 a 2013, en las que quedaron tocadas muchas familias sin que se hubieran repuesto al llegar la epidemia, cuyas consecuencias son muy graves, pero aún restan más por llegar ahora cuando finalicen los Ertes y subvenciones perentorias.
Cáritas acompañó en 2020 a 60.000 personas, lo que supone un 26,3 por ciento de beneficiarios más que el año anterior. Y se logró con el apoyo de los valencianos, lo que agradeció. En la propia fachada del edificio de Cáritas hay un gran cartelón donde se da las gracias a todos por su actitud solidaria y contributiva.
La rueda de prensa fue densa en datos y cifras, también en actitudes. Cáritas dijeron no cerró durante la pandemia, estuvo siempre abierta al lado de quienes le necesitaban con sus profesionales en vanguardia, en la trinchera, que los tiene muy buenos, como los del departamento de comunicación, que suelen ser los mejores en organizar y preparar las ruedas de prensa y atender con eficacia a los periodistas.
Los datos
Cáritas Valencia acompañó a 62 534 personas en 2020, un 26,3 por ciento más que el año anterior, en un año marcado, fundamentalmente, por la crisis de la COVID-19. En este sentido, las actuaciones de la institución, que en este año celebra su 60 aniversario, han debido responder a una crisis multidimensional que, además de económica, es también sanitaria, educativa, social, política, de cuidados y relaciones, etc.
Monseñor Ros: “Cáritas es de una necesidad vital: son tiempos de cristiana rebeldía, especialmente en la defensa de la dignidad de las personas” @ValenciaCaritashttps://t.co/GPGXGYo2Xdpic.twitter.com/s6HD4yiiBt
— Archidiócesis de Valencia (@archivalencia) June 3, 2021
Así, en la rueda de prensa celebrada esta mañana, los responsables de Cáritas Valencia han insistido en que «la crisis no ha sido igual para todas las personas: muchas familias han visto cómo, repentina y más intensamente, sus condiciones de vida empeoraban al perder el empleo, y con él, los pocos ingresos que tenían».
A las dificultades en el acceso a la vivienda y a un empleo digno, que ya se daban en años anteriores se han unido las que ha generado la brecha educativa y digital y los problemas de salud, especialmente de carácter psicosocial, y en los cuidados, que han incrementado profundamente el impacto que esta crisis ha traído a las familias acompañadas por Cáritas y que han empeorado una situación que ya era precaria antes de la pandemia.
Tan solo unos meses antes del comienzo de esta, Cáritas ya advertía sobre aquellas personas y hogares que se encontraban en el espacio de la integración, pero “en la cuerda floja”, sin colchón de resistencia, y para quienes los vientos de una nueva crisis tendrían fatales consecuencias.
A pesar de algunas medidas económicas expansivas adoptadas, la crisis por la COVID-19 ha traído nuevos rostros que no suelen ser atendidos por Cáritas: familias que antes de la pandemia tenían trabajo, vivienda y que se encontraban en situación relativamente estable, pero que de forma repentina se han quedado sin recursos económicos, sin trabajo, sin prestaciones por desempleo o ERTE; familias que se han visto obligadas a cambiar de vivienda por no poder pagar la que era su residencia habitual, y otras que, de forma sobrevenida, se ven en el espacio de la exclusión, sin recursos, ni experiencia, ni habilidades para moverse en el ámbito de la protección social.
Junto a estos nuevos perfiles, asociados a la pandemia, quienes con mayor frecuencia solicitan la ayuda de Cáritas en la diócesis de Valencia son: parejas jóvenes con hijos; mujeres solas con menores a su cargo; personas migrantes en situación administrativa irregular; personas mayores de 65 años que se encuentran solas; y personas con viviendas precarias.
Entre las personas acompañadas por Cáritas Valencia, destacan los 16 199 menores de edad atendidos por las Cáritas parroquiales y en sus proyectos de Infancia y adolescencia; los 43 que han residido en el Hogar Mare de Déu dels Desemparats i dels Innocents y los 40 que participan en el Centro de Día Manantial, en Burjassot. Asimismo, un total de 176 personas son acompañadas en las 47 viviendas cedidas por Cáritas a familias vulnerables, migrantes y refugiados y personas en situación de sin hogar; y 202 de estas últimas, pudieron pasar el confinamiento y los meses de invierno en el Centro San Esteban. En 2021, el Centro ampliará sus meses de apertura (de septiembre de 2021 a marzo de 2022) como uno de los gestos significativos que la institución realizará con motivo de su 60 aniversario.
A lo largo de 2020 Cáritas contó con la colaboración desinteresada de 5391 personas voluntarias la mayor parte de las cuales eran mujeres. A pesar de las dificultades derivadas de la pandemia por COVID-19, un 78 por ciento del voluntariado de la institución se mantuvo activo durante el último año.
En cuanto a los recursos económicos, los fondos propios siguen suponiendo más del 60 % de los ingresos que recibe Cáritas Valencia, habiendo aumentado, significativamente, en el último año, las colaboraciones con empresas y otras entidades que se han volcado con las personas en situación de mayor vulnerabilidad en este momento de crisis.
En cuanto a los recursos invertidos, en 2020 también se han incrementado respecto a años anteriores y suponen un apoyo fundamental para quienes no pueden ejercer sus derechos y cubrir sus necesidades básicas. En 2020 Cáritas invirtió más de ocho millones de euros (8 282 010 €) en la atención social en la diócesis de Valencia.
Retos de futuro
Retos para superar la pandemia
Entre los retos destacados por la entidad de cara a superar este periodo «tan complicado que no ha afectado de igual forma a todas las personas debido a los altos niveles de desigualdad que ya padecíamos», el director de Cáritas Valencia, Ignacio Grande, ha recordado «la necesidad de mantener y ampliar las políticas expansivas, de carácter social y económico que se han desarrollado en los últimos meses; así como promover el empleo decente y las políticas de acceso a la vivienda como elementos esenciales para la consolidación de derechos».
Asimismo, Grande ha animado a las Administraciones a repensar el modelo de cuidadosy a facilitar el acceso a derechos en igualdad de condiciones, teniendo en cuenta, especialmente, las dificultades generadas por la brecha digital, entre otras.
Ignacio Grande ha concluido el acto recordando las palabras del papa Francisco en su última encíclica, donde anima a toda la sociedad a ser «parte activa en la rehabilitación y el auxilio de las sociedades heridas».
"En Cáritas Valencia estamos implicados en esta tarea de acompañar a las personas en sus situaciones de mayor vulnerabilidad, en las vulneraciones de sus derechos; así como recordar, a los actores implicados, fundamentalmente a las Administraciones públicas, para que no pierdan de vista que su función principal es remover los obstáculos para que estas personas vivan en las condiciones que les permitan desarrollarse de manera completa y con total dignidad. Ha sido nuestra tarea en los últimos 60 años y es en ella en la que estamos empeñadas todas las personas que formamos Cáritas. Queremos seguir diciendo que el deseo de Cáritas es “estar cerca y estarlo siempre”.