En Sueca la pidió el Ayuntamiento y Albalat celebra el Cristo de las Ánimas La Delegación de Gobierno de Valencia comienza a autorizar procesiones
El cardenal Cañizares de manera valiente y decidida estuvo siempre empeñado en que lo religioso no fuera limitado o coartado, mientras que los poderes públicos si permitían partidos de fútbol con público o eventos musicales de masas.
Este fin de semana, en Albalat dels Sorells, el Cristo de las Almas, procesionará por todas las calles del pueblo, itinerario que realizará en dos días
Todo apunta a que o los párrocos ya se están animando a volver a los usos y costumbres de siempre en lo tocante a lo religioso, empujados por la gente, saliendo de su inercia
Todo apunta a que o los párrocos ya se están animando a volver a los usos y costumbres de siempre en lo tocante a lo religioso, empujados por la gente, saliendo de su inercia
La Delegación del Gobierno en la Comunidad Valenciana ha comenzado a autorizar procesiones en los pueblos, siendo las primeras de ellas la de la Virgen de Sales, patrona de Sueca, ésta a petición del Ayuntamiento, y este fin de semana en Albalat dels Sorells, que festeja al Cristo de las Almas.
En las últimas semanas desde el Arzobispado se había reanudado el programa de salidas e la Virgen de los Desamparados, patrona de Valencia y su Reino, a los pueblos que era una forma de mantener la presencia de lo religioso en las calles, empeño en el que no cedió nunca un ápice el cardenal arzobispo, Antonio Cañizares, quien hasta en los períodos más duros de la pandemia, de manera valiente y decidida, salió personalmente por las calles de la ciudad de Valencia y pueblos de la Diócesis con la imagen de la Patrona a bordo del ·”maremóvil”.
En los comienzos de la pandemia, con las severas restricciones, un domingo hizo que se sacara la imagen de la Virgen a la puerta de su Basílica cara a la ciudad, lo que le valió furibundos ataques verbales por parte de un sector de la izquierda municipal. Todo apunta a que o los párrocos ya se están animando a volver a los usos y costumbres de siempre en lo tocante a lo religioso, empujados por la gente, saliendo de su inercia, pues era incomprensible que se realizara conciertos masivos, partidos de fútbol con gente, y demás actos de masas, y no se permitiera la celebración de procesiones con lo tranquilas y ordenadas que son.
Este fin de semana, sábado y domingo, el pueblo de Albalat dels Sorells celebra fiestas al Crist de les Ànimes y sus clavarios han decidido que recorra la casi totalidad de las calles del pueblo en lo que emplearán dos días. Desde tiempo inmemorial es venerado en Albalat dels Sorells el Crist de les Ànimes, uno más de la colección de Cristos de la arabizada horta de Valencia, fruto de la intensa pastoral de la Iglesia Católica en el siglo XVII para cristianizar lo que quedaba del Reino Moro de Valencia. Tiene la singularidad esta imagen de tener su capilla permanente dentro del cementerio, todo un simbolismo religioso al entenderse que es un buen lugar para proteger a los que ya finaron sus vidas.
La devoción popular hacia a este Cristo se acrecentó más de lo que ya existía cuando en 1918 aconteció la pandemia de la gripe española, según contaba en su pregón de fiestas de este año Javier Bueno. Fue en octubre del precitado año cuando la segunda ola de l gripe comenzó a causar estragos entre la vecindad. “El día 8 octubre festividad del Cristo de las Almas de 1918 se produjo el primer enterramiento por la epidemia en nuestro municipio, siendo una premonición para algunos; Antonio Rausell Muñoz, fue aquella primera víctima albalatana de la pandemia y pasará a la historia por ello, pero le siguieron entre 6 y 7 víctimas prácticamente diarias en los siguientes meses… las autoridades prohibieron los entierros, salir de casa salvo para aquello que fuera imprescindible, se limpiaban estaciones, ferrocarriles, zonas públicas y se hicieron populares las máscaras de tela y gasa; en Albalat dels Sorells se marcaban las puertas de las casas infectadas y un carro recorría las calles recogiendo los fallecidos para trasladarlos hasta el cementerio sin celebrar funeral".
“La pandemia duró casi 3 años en todo el mundo, pero en Albalat –explicó el pregonero- alcanzado el año 1919 no hubo apenas casos virulentos y se interpretó por los más fieles como una intercesión del Cristo de las Almas". La alegría fue tal, que de manera extraordinaria se celebró una fiesta al Cristo de las Almas en agosto de 1919, en agradecimiento por su protección durante la epidemia".
Este año, la clavaría de la fiesta del Cristo ha organizado una procesión con la imagen del Crucificado por todo el pueblo en la que empleará dos días, uno para cada mitad del casco urbano. Así lo pidieron a la delegación del Gobierno y así se les ha concedido, acompañando a los actos religiosos habrá otros lúdicos y los consabidos fuegos pirotécnicos. Además, han publicado oro libro sobre el Crist de les Ànimes. De ello puede afirmarse que Albalat dels Sorells ha logrado ser uno de los primeros pueblos en celebrar como tenía por costumbre sus tradicionales fiestas religiosas, que tanto les cuesta, o se autolimitan, a otros pueblos.
El Crist de les Ànimes, cuyos preciosos reposteros ya lucen en los balcones de las casas, será llevado parsimoniosamente por las calles del pueblo tan castigado y martirizado por la vieja carretera de Barcelona, el Cami Rel, y que logró sacar de su interior un gran alcalde que tuvieron, Vicente Almenar. Desviada la carretera, las calles de Albalat son una balsa de aceite. Contará la imagen con la grata compañía de la banda Unió Musical, la que tanto impulsara Paco Claramunt, creación que se inspiró en la banda de Villanueva de Castellón, pueblo hermanado musicalmente con Albalat.
El Cristo, además, pasará por delante del palacio castillo, hermosísima joya arquitectónica del siglo XV, al que sin duda bendecirá, como a todos los lugareños. Y en las casas para celebrarlo, estarán presentes las famosas coques cristines que nadie en la comarca, ni en el reino, sabe hacerlas mejor que las mujeres de Albalat dels Sorells. Compruébenlo todo lo que les apunto este fin de semana en este lugar muy cuidado, relajante, convertido por muchos motivos no en un pueblo dormitorio, sino en un pueblo bombonera, un pueblo dinámico, apetecedor.