Dependiente del Colegio Nuestra Señora de los Desamparados Una Fundación de Jueces y Fiscales mantiene la Escuela Matinal de Nazaret para niños en riesgo de exclusión social y educativa
Su motor y avalentador principal es un Magistrado valenciano, José María Tomás y Tío, con una larga y meritoria carrera judicial, -oy Magistrado del Registro Civil de Valencia
Se consideran “utópicos aventureros de la ilusión”, y partió de la certeza de que es posible, políticamente rentable, socialmente exigible y éticamente imprescindible apostar por una Justicia diferente, comprometida, accesible y cercana.
| Baltasar Bueno, corresponsal en Valencia
De “todos los balcones de la Justicia” –como ellos mismos gustan decir- Magistrados, Jueces, Fiscales, Secretarios Judiciales, Abogados, Procuradores, Médicos Forenses, Profesores Universitarios, empresarios y representantes de Asociaciones de Consumidores y Usuarios, siempre desvinculados de cualquier opción política, en Valencia nació y funciona la Fundación por la Justicia (FxJ), organización sin ánimo de lucro, independiente y aconfesional, que trabaja por la promoción y defensa de los Derechos Humanos tanto en España como en los países más desfavorecidos de Asia, África y América Latina.
Se constituyó en 1994, después de una prolongada reflexión de “utópicos aventureros de la ilusión”, y partió de la certeza de que es posible, políticamente rentable, socialmente exigible y éticamente imprescindible apostar por una Justicia diferente, comprometida, accesible y cercana.
Su motor y avalentador principal es un Magistrado valenciano, José María Tomás y Tío, con una larga y meritoria carrera judicial, -hoy Magistrado del Registro Civil de Valencia- quien desde muy joven dedicó su tiempo libre a la lucha por las causas humanas perdidas y contra la injusticia allá donde estuviera. Un hombre de perfil humanista cristiano, inteligente, estudioso del Derecho, exigente y riguroso en la interpretación de la ley, al tiempo que comprensivo con la antropología humana. Lo suyo es un no parar en todo aquello que signifique intentar la justicia allá donde se haya quebrantada, especialmente en lo que concierne a los Derechos Humanos. Ello le ha llevado a importantes acciones internacionales, de modo singular en África y América Latina. Igual promueve un Pacto contra la corrupción, que organiza un Festival de Cine y Derechos Humanos, u otorga el Premio Derechos Humanos. Tambíén es impulsador de la Justicia Restaurativa en países con serias dificultades. Todo ello sin perder de vista lo que les está más cercano, la quiebra de los Derechos Humanos en los círculos geográficos del entorno donde nacieron y viven con intensidad.
El caso de la Escuela Matinal de Nazaret
Una de las acciones más tiernas de la Fundación la desarrollan a diario con los niños en riesgo de exclusión social en el barrio de Nazaret de Valencia ciudad, junto al mar, barrio periférico desconectado y aislado de la urbe, al que la agresiva ampliación del Puerto le ha quitado su otrora pacífica playa, cuenta con una población de 7.000 habitantes, buena parte de ellos población inmigrante y gitana.
El nivel de escolarización en Nazaret es uno de los más bajos de Valencia, con un porcentaje del 22% de la población sin estudios. El absentismo escolar, la desmotivación, la agresividad, así como la falta de valoración de la escuela como lugar de formación y desarrollo personal, el índice de fracaso escolar se revela como uno de los más altos de la ciudad, son fenómenos detectados por investigadores del Colegio Nuestra Señora de los Desamparados, dependiente de la Parroquia del mismo nombre, que rigen los PP. Redentoristas, el cual es dirigido por Nacho Grande, joven pedagogo al que Carlos Osoro, siendo arzobispo de Valencia, nombró director de Cáritas Diocesana. El actual arzobispo, cardenal Cañizares siempre que cita a los Colegios Diocesanos pone como ejemplo al de Nazaret, como el mejor de todos en todos los sentidos.
Una de las varias necesidades diagnosticadas fue la de atender al alumnado de Educación Infantil y Primaria con bajo rendimiento educativo, alto absentismo, vulnerabilidad social y desestructuración familiar, precisados de apoyo y acompañamiento para prevenir el fracaso escolar. Decidieron, analizada la realidad, combatirla y diseñaron el proyecto “Escuela Matinal de Nazaret”, que desarrollan en colaboración con Fundación por la Justicia.
El plan partía de un acercamiento al contexto familiar. Crearon la figura del monitor/a despertador que se acercará a los hogares de los/as absentistas reiterados; y, por otra parte, la realización de reuniones mensuales de asesoramiento y apoyo a las madres/cuidadoras relacionadas con la organización de la vida cotidiana de cuidado y educación de los/as menores. Había que conseguir que fueran a la Escuela Matinal de Nazaret, servicio que se presta diariamente de 8:00h a 10:00h en el Colegio.
Los objetivos: satisfacción de las carencias alimentarias y de higiene básica previas al periodo escolar; el desarrollo de actividades lúdicas y deportivas que propician una mayor inserción en el entorno de aprendizaje; asesoramiento a padres y atención psicológica. Todo con el fin de aumentar el rendimiento educativo, la reducción del abandono temprano de la escolarización y, por ende, detener de forma prematura los mecanismos generadores de la exclusión educativa y social.