Llutxent, Daroca y Carboneras festejaron el 781 aniversario El MIlagro de los Corporales, fundante de la institución de la fiesta de Corpus Christi en la Iglesia Universal

Exposición eucarística
Exposición eucarística B. Bueno

"Las seis formas antes consagradas, estaban pegadas a la tela, empapadas y goteando sangre! Mostró el sacerdote los corporales al ejército y todos cayeron de rodillas, atónitos ante el prodigio".

El Pontífice aceptó las noticias del Milagro Eucarístico como una señal de que el Señor quería fuese instituido el Corpus Christi.

El Pontífice aceptó las noticias del Milagro Eucarístico como una señal de que el Señor quería fuese instituido el Corpus Christi.

La población de LLutxent, en la provincia de Valencia, celebró el 781 aniversario de Milagro de los Corporales –fundante de la institución de la fiesta de Corpus Christi en la Iglesia Universal- , tradicional jornada a la que asisten representaciones de las parroquias de Daroca (Zaragoza) y Carboneras (Cuenca) relacionadas a través de la historia con el prodigioso hecho.

El escenario fue en la iglesia del antiguo Monasterio de Corpus Christi, en su día de los Dominicos y actualmente de la Diputación de Valencia, donde se celebró una Misa solemne presidida por el Abad Mitrado de la Ilustre Colegiata Basílica de Santa María de Xàtiva, José Canet Canet, y concelebrada con 30 sacerdotes. En su texto homilético, el Abad pronunció una bella lección de Teología Eucarística e Histórica.

Estuvieron presentes párrocos y cofradías de Carboneras y Daroca, así como las primeras autoridades municipales de las tres poblaciones. Por la tarde, hubo procesión desde el santuario hasta la parroquia de la Asunción de LLutxent con el Santísimo, que hizo estación en la ermita de la Virgen de la Consolación, la cual destaca por su retablo de madera en la capilla mayor y una interesante azulejería valenciana del XVIII donde se reproduce escenas del acontecimiento religioso. Asistieron cientos de personas.

Milagro de los Corporales

En el año 1239, las tropas cristianas, en su campaña de conquista del reino moro de Valencia, tras la rendición y capitulación de la capital, iniciaron el operativo de conquista del valle de Albaida, comenzando por el castillo de Chio, que era puerta de acceso al mismo, desde donde pretendían seguir a Xàtiva y Montesa para rescatar a Pedro Alcalá, sobrino del Gran Maestre del Temple, encarcelado por los moros al haber sido sorprendido en una de sus correrías saqueo de las poblaciones moriscas.

Exposición eucarística
Exposición eucarística B. Bueno


El grueso de la tropa estaba integrado por tercios de Teruel, Calatayud y Daroca, acampadas en las inmediaciones de la citada fortaleza, cuando en el amanecer de 23 de febrero de 1239, asistiendo a Misa oficiada por el capellán de los tercios de Daroca en el momento de impartir la Comunión a los cinco capitanes y el general, se vieron sorprendidos por el ataque de los moros. La Misa quedó interrumpida recién comulgado el sacerdote y antes de comulgar los oficiales. El sacerdote escondió las seis hostias consagradas, envueltas en un corporal del altar, entre los matorrales del descampado en que se encontraban.

La batalla fue ganada por las tropas cristianas que obligaron a los moros a batirse en retirada. A su término, "acudieron los capitanes ante el altar de campaña para recibir la comunión y el sacerdote presuroso fue a buscar el Santísimo Misterio. Al llegar al altar y desdoblar los Corporales, cayó de hinojos e irrumpió con emocionado llanto. Se acercaron el general y los capitanes y al contemplar la maravilla quedaron admirados. "Las seis formas antes consagradas, estaban pegadas a la tela, empapadas y goteando sangre! Mostró el sacerdote los corporales al ejército y todos cayeron de rodillas, atónitos ante el prodigio".


Los Tercios se disputaron la propiedad de los Corporales milagrosos y hubo que sortearlos entre Daroca, Calatayud y Zaragoza. Por tres veces fue Daroca la agraciada y no quedando conformes los Tercios de Calatayud y Zaragoza, el general zanjó la polémica ordenando que los Corporales fueran llevados a hombros de una burra de regreso a casa y donde ella quisiera pararse, allí quedarían. La primera ciudad en toparse fue Daroca, en cuya iglesia del hospital de san Marcos detuvo y entró, muriendo ante su altar mayor tras once días de camino.

El milagro de los corporales
El milagro de los corporales


En 1261, el Cabildo y Villa de Daroca enviaron dos síndicos, uno civil y otro eclesiástico a la Corte Pontificia para que al papa le relataran el milagro. Estos fueron introducidos ante el Papa por san Buenaventura y santo Tomás de Aquino, los cuales inclinaron el ánimo del Pontífice a declarar la fiesta. El Pontífice aceptó las noticias del Milagro Eucarístico como una señal de que el Señor quería fuese instituido el Corpus Christi.

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