En marzo de 2019, la Generalitat Valenciana autorizó las obras de restauración de la Iglesia Fortaleza de san Bartolomé de Jávea, un proyecto de la Parroquia, que costea, y se ha llevado a cabo con los preceptivos informes arqueológicos de la Conselleria de Cultura.

El arquitecto director del proyecto de restauración es Salvador Vila, que es también arquitecto restaurador de la Catedral de Valencia. Las obras primero consistieron en sellar las grietas del templo, atender el deterioro de su fábrica y acaban de restaurar el campanario. Quedan más cosas por hacer, a ejecutar poco a poco según vaya alcanzando el dinero de los parroquianos

El arquitecto Salvador Vila, siempre muy riguroso, académico e historicista, vio huellas de almenas en lo alto de la torre, y ha recuperado la terminación del coronamiento que, en algún tiempo, debió tener la torre, cosa que a algunos no les ha gustado, pues quieren seguir viendo el campanario como estaba últimamente, sin almenas. Y ha surgido la polémica.

Salvador Vila ya está acostumbrado a los debates, discusiones y oposiciones sobre sus proyectos de restauración. En los que lleva adelante en la Catedral de Valencia, todos muy lógicos, argumentados e historiados, la Conselleria de Cultura siempre pone pegas, inconvenientes, obstáculos y peros a la hora de dar autorización dilatándolos todos. Ahora algunos también la han tomado con él en la Iglesia de Xabea, construida en el siglo XV, a la que en el XVII se le añadió el campanario.

Opiniones entre los discordantes, partidarios de ver el campanario sin almenas como en los últimos años. Hay para todos los gustos, que si con almenas se ofrece una imagen belicosa del templo, para nada… Que si la torre coronada recuerda la odiosa monarquía… Es decir, pocas y menos serias argumentaciones técnicas o científicas. En realidad, lo que ocurre es que acostumbrados algunos a ver la torre sin almenas, no se hacen a la nueva vista almenada.

La Iglesia hay que explicarla en su contexto. Xábea, hoy pueblo muy turístico, está situado sobre el mar Mediterráneo, al norte de la costa de la provincia de Alicante. Tiene en frente, a un centenar de kilómetros Ibiza. Poco más allá, a la derecha, las costas de Túnez y Argelia.

Entre los siglos XV y XVII los ataques de piratas y moriscos a las costas valencianas eran constantes y Jávea fue uno de los pueblos más castigados por la cercanía del continente africano y su facilidad orográfica como puerto. El pueblo se fortificó e inventó maneras de auto protegerse.

"Jávea tiene en frente, a un centenar de kilómetros Ibiza. Poco más allá, a la derecha, las costas de Túnez y Argelia"

Una de ellas el hacer las rejas de las ventanas abombadas, no planas, para mejor maniobrar contra el enemigo exterior desde las casas. Otra utilizar la Iglesia como recinto fortaleza defensiva. La torre se construyó en el apogeo de las incursiones piratas y se hizo almenada. Con el tiempo los merlones de piedra tosca, la piedra porosa autóctona típica de las construcciones del lugar,  desaparecieron.

La Iglesia-Fortaleza de San Bartolomé comenzó a ser construida en el S.XIV y su última ampliación fue en el XIX. La obra principal se encuadra dentro del gótico isabelino es Monumento Artístico Nacional desde 1931. Los ataques de los corsarios berberiscos desde el s. XV hicieron pensar que podría servir de fortaleza y el campanario del XVII utilizado como torre de vigilancia. Sobre las capillas, hay grandes ventanales al exterior por su finalidad defensiva. El conjunto está rematado por almenas y dispone de saeteras, vanos para los morteros y dos balcones amatacanados sobre las puertas. Es decir, la Iglesia servía para su misión religiosa y para defender a la población contra los ataques de los corsarios berberiscos.

En 1558, construyeron los de Jávea un castillo en la playa “con buena artillería, que defendía desde el Cabo de san Antonio hasta el de san Martín”, cuenta Viciana. Teodoro Llorente cuenta que la iglesia “era, a la vez, templo y fortaleza, y aun resultabva más visible este último aspecto cuando estaba coronado de almenas, , que hoy han desparecido, quedan las troneras que defendían las dos puertas…. La terraza de esta iglesia-ciudadela es un vistosísimo mirador”.

Llorente observó un escudo de Jávea existente en el altar del presbiterio, “muy grande, muy churrigueresco, obra del siglo XVIII”. Y describe “el escudo de Jabea… surmontado por la Flor de Lis, y flanqueado por dos Eles coronadas, como las de la ciudad de Valencia, insignias que dio don Felipe V a esta Villa en premio de su lealtad. Como Denia se alzó a favor del archiduque, los de Jábea, que llevaban siempre la contraria a aquella ciudad, fueron defensores acérrimos del de Borbón”. La curiosidad histórica por si a los antimonárquicos que no les gusta la corona almenada del campanario  por recordarles la monarquía les dice algo.

La Iglesia fortaleza o fortificada tiene una cronología que arranca desde el siglo XIV (torre-ábside de 1304, formando parte de las murallas de la ciudad) y continúa en los siglos XVI (1513, inicio iglesia; 1531, campanario; 1592 fecha en portada principal), XVII (1659, elevación del campanario), XVIII (1761-1770 sacristía nueva) y XIX (1844 capilla de la comunión y portada).

Para el historiador Francisco Figueras Pacheco, la Iglesia “es uno de los mejores modelos del arte ojival del Reino de Valencia…. En tiempos pasados esta parroquia fue a la vez iglesia y fortaleza, estando provista de almenas que hoy han desaparecido".