Su Prior será investido Caballero Eclesiástico de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén El 12 de junio, proclamación solemne de la colegiata del Santo Sepulcro de Calatayud como Basílica Menor
Asistirán Caballeros y Damas de la Orden de toda España, que presidirá el Obispo de Tarazona, Eusebio Hernández sola, y los cardenales priores de las dos lugartenencias, Amigo y Martínez Sistach
Los Caballeros y Damas de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén son Canónigo y Canosas de Honor de la Basílica tras la investidura
Los retablos hacen de ésta iglesia un caso único al representase en ellos el ciclo completo de la Pasión de Cristo
Los retablos hacen de ésta iglesia un caso único al representase en ellos el ciclo completo de la Pasión de Cristo
El próximo 12 de junio a las 12 horas se procederá a la proclamación solemne de la Real Colegiata del Santo Sepulcro de Calatayud como Basílica Menor, acto en el que será cruzado e investido Caballero Eclesiástico de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén, Javier Sanz, en un acto al que asistirán Caballeros y Damas de la Orden de toda España, que presidirá el Obispo de Tarazona, Eusebio Hernández Sola, y los cardenales priores de las dos lugartenencias, Amigo y Martínez Sistach.
La Colegiata es oficialmente desde el pasado 25 de noviembre basílica. Se trata del primer templo que recibe esta consideración dentro de la Diócesis de Tarazona. La Santa Sede comunicó tal dignidad al prelado en nombre del Papa Francisco a través de la Sagrada Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. El decreto lleva fecha de 9 de noviembre.
La solicitud de tal título la propuso el Cabildo de la Colegiata a finales de 2019, basándose en su carácter histórico. El templo es la sede oficial de la Orden del Santo Sepulcro en España y la primera fundación fuera de Jerusalén, además de centro de peregrinación para la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro, templo que siempre estuvo unido a la Orden. En la petición que realizó el Obispo se aludía también a razones artísticas espacio dedicado a la iconografía de la Pasión, Muerte y Resurrección en exclusiva, y por ser un lugar donde se cuida mucho culto y liturgia.
Como singularidad especial tiene el hecho de que todos los Caballeros y Damas que son cruzados o investidas ingresando en la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén reciben el título de Canónigos Honorarios y Canonesas Honorarias de la antes Colegiata y ahora Basílica en actos que todos los años se celebran allí, donde toman posesión de su sitial.
La Basílica
En 1156 se funda la primera iglesia con la asistencia de Ramón Berenguer IV. A ésta le seguiría una nueva de estilo mudéjar consagrada en 1249 con asistencia de Jaime I. En el año 1605, tras el derribo da la iglesia anterior, se comenzó a levantar el templo actual. Las obras terminaron en 1613 según proyecto y ejecución de Gaspar de Villaverde.
Al morir sin hijos el rey Alfonso I el Batallador en 1134, nombró en su último testamento herederos de sus estados a los tres órdenes militares del Santo Sepulcro, del templo y del Hospital. La nobleza aragonesa, no conforme con tan extraño testamento, designó como sucesor a D. Ramiro, monje benedictino obispo de Roda, y hermano del monarca fallecido.
Como consecuencia de este testamento, y tras la concordia entre Ramón Berenguer IV y la orden del Santo Sepulcro, vino de Jerusalén en 1144 esto canónigo Giraldo con poderes del gran maestre para renunciar al tercio de la corona a cambio de diversos privilegios y prebendas, entre la que contaban terreno y dinero para levantar en Calatayud un templo y una casa para vivienda de canónigos de la orden.
La iglesia está construida casi totalmente en ladrillo, excepto el basamento y las portadas de sillería del paraje del Valdecantín. La fachada principal es muy severa, predominando la verticalidad sobre la horizontalidad.
En el primer cuerpo se abren tres puertas que dan acceso a cada una de las naves. La central más alta, tiene en el tímpano un relieve en piedra caliza que representa el Entierro de Cristo. Las laterales se rematan por la cruz patriarcal. El segundo cuerpo es rectangular, con un gran óculo central y rematado por un frontón triangular coronado por tres pináculos.
Dos torres flanquean ésta fachada, constan de tres cuerpos de planta cuadrada y un remate octogonal con chapitel cónico de pizarra. Toda la fachada tiene una decoración muy sencilla con tableros cuadrados y rectangulares de ladrillo resaltado. En el interior se trata de un monumental templo de tres naves, más amplia la central, crucero no resaltado en planta y un profundo presbiterio que sirve para albergar el coro. La separación de las naves se efectúa mediante pilares de orden toscano que sostienen arcos de medio punto.
Las naves se cubren con bóveda de lunetos la central y de arista las laterales. El crucero se cubre con una gran cúpula sobre pechinas, con tambor y linterna. En el tambor se abren ocho ventanas y ocho hornacinas con esculturas de ángeles con los atributos de la pasión. En las pechinas la cruz del santo sepulcro.
Los retablos hacen de ésta iglesia un caso único al representase en ellos el ciclo completo de la Pasión de Cristo. Los laterales son ocho, seis de ellos costeados por el prior Juan de Palafox, realizados inmediatamente después de concluirse la obra de la iglesia, y dos (La Entrada en Jerusalén y Jesús ante Caifás) por el canónigo don Francisco Yago de Soria, terminados en 1666, pero siguiendo la misma tipología y estilo. Son buena muestra de la escuela de escultores, doradores y pintores de retablos de Calatayud en el S.XVII.
En el presbiterio se levanta un baldaquino construido a medidos del S.XVIII por el escultor bilbilitano Félix Malo. Constituye una estructura plenamente barroca realizada en mármoles y madera dorada. La imagen de cristo yaciente está flanqueada por las tallas de José de Arimatea y Nicodemo, el conjunto está coronado por una imagen de Cristo resucitado y dos ángeles con el sudario y la lápida. A ambos lado del baldaquino sendas puertas de acceso al coro, talladas en madera de nogal con los bustos en bajorrelieve de María Magdalena y María Cleofás.
Tras el altar mayor se halla el coro, con doble orden de sillería, cuya estructura original del S.XVII fue enriquecida con detalles ornamentales del XVIII. En la silla prioral está tallado el relieve de San Agustín, ya que los canónigos del Sepulcro siguen la regla del Santo.
El templo original mudéjar del s. XIII se derribó en 1605 para construir el actual, pero su claustro ha llegado hasta nuestros días y aunque recientemente restaurado, puede considerarse el arquetipo de claustros mudéjares aragoneses, que no son muy numerosos. Es de plana cuadrada de algo más de 20 metros por lado y con cinco tramos por galería cubiertos por bóveda de crucería simple.
Al patio se abren los arcos apuntados separados por sólidos contrafuertes. En el interior de las galerías se conserva en parte su pintura original que imita ladrillo en las paredes y sillares en los nervios. Existe una segunda planta que se abre al patio mediante tres arquetes apuntados sobre cada arco.