Descarga gratis el libro de Baltasar Bueno sobre el Corpus de Valencia Teología y antropología del Corpus valenciano
En Valencia, la procesión de Corpus ha sido siempre la mayor de todas las procesiones desde hace más de seis siglos, al desplegar en su cortejo por las calles de la ciudad las principales secuencias de la Historia de la Salvación, de la Biblia, donde se “lee” el misterio pascual, Jesucristo resucitado, victorioso y glorioso, que ayuda al ser humano acercarse a Dios
La Procesión de Corpus, en su manera popular de explicar los grandes misterios de la Biblia ha sido pionera y avanzada desde sus orígenes del actual movimiento bíblico, partidario de vencer los reparos que dificultan el acceso del pueblo cristiano a las Sagradas Escrituras en su integridad, y en su propia lengua y antropología, a los postulados del Concilio Vaticano II de tener muy en cuenta al pueblo, el destinatario del mensaje de Jesús en toda evangelización y catequización
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La fiesta de Corpus Christi en la Iglesia nació para reafirmar la fe y devoción en la Eucaristía contra los herejes que negaban la presencia real de Jesús en ella. En Valencia, la procesión de Corpus ha sido siempre la mayor de todas las procesiones desde hace más de seis siglos, al desplegar en su cortejo por las calles de la ciudad las principales secuencias de la Historia de la Salvación, de la Biblia, donde se “lee” el misterio pascual, Jesucristo resucitado, victorioso y glorioso, que ayuda al ser humano acercarse a Dios.
La procesión –que este año la pandemia impedirá con su acostumbrado esplendor- emplea un lenguaje de signos y símbolos - está llena de alegorías, signos y símbolos, que portan los personajes bíblicos- con el objeto de que la comunidad pueda percibir lo ininteligible de los misterios de la fe. Celebra, forma, informa y suscita emociones y preguntas sobre la Eucaristía en un clima pedagógico tendente a educar su sensibilidad espiritual. El signo anima a los hombres y mujeres a y en sus relaciones con Dios.
El símbolo afirma lo no afirmable, comunica lo inexpresado, es la figuración del Misterio, y conduce a la Eucaristía que es el símbolo nuclear de la Procesión. Signos y símbolos tienen por función ayudar a captar el misterio de la presencia real de Jesús bajo las especies de pan y vino, sub his figuris, que para los sentidos -visus, gustus, tactus in te fallitur- les son difícil aprehender. De ahí la murta y el incienso (olfato), las calles engalanadas, la ciudad convertida en salones y jardines de un palacio, la indumentaria de los personajes, (vista), las músicas y los cantos (oído), etc…
La Procesión es un kerygma, presenta a Cristo en la Eucaristía como vencedor en la lucha contra la muerte y el mal, que convierte el mal en bien y la muerte en vida. Es un itinerario mistagógico que inserta el misterio Eucarístico en la propia cultura y antropología del pueblo, un auto de fe viva de una comunidad que proclama y celebra la Eucaristía de forma solemne y exultante en una manifestación religiosa, una Teología Narrativa de la Biblia o en una Teología Popular de la Biblia, una Teología del Pueblo, que no se ha movido de su posición originaria, fuertemente bíblica, al contrario que determinadas Teologías académicas que se alejaron de lo que debe ser el corazón de toda Teología: la Biblia.
La Procesión de Corpus, en su manera popular de explicar los grandes misterios de la Biblia ha sido pionera y avanzada desde sus orígenes del actual movimiento bíblico, partidario de vencer los reparos que dificultan el acceso del pueblo cristiano a las Sagradas Escrituras en su integridad, y en su propia lengua y antropología, a los postulados del Concilio Vaticano II de tener muy en cuenta al pueblo, el destinatario del mensaje de Jesús en toda evangelización y catequización.
La Procesión es verificación de la Cristología que defienden los Santos Padres por cuanto reconoce y homenajea, proclama y celebra a Jesús, el Cristo histórico (san Ignacio de Antioquía), revestido del Espíritu Santo (san Juan Crisóstomo) y comunica la Resurrección (san Ireneo), el que es alimento para el cielo y la tierra (san Atanasio), y fuerza vivificadora y santificadora de Cristo (san Cirilo de Alejandría), misterio que es necesario celebrar visiblemente y entenderlo invisiblemente (San Agustín).
Jesús se enseñorea de la ciudad
La Procesión invita a todos ver en la Eucaristía no el terminus a quo (el pan y el vino), sino el término ad quem (el Cristo de la gloria, el Alfa y la Omega, el Viviente), que comunica la Resurrección y celebra la Salvación. Continúa la misión de la Iglesia de ser sacramento de comunicación de Dios con los seres humanos, inculturizando su mensaje, siendo instrumento al servicio del principal agente de la Evangelización que es el Espíritu Santo. En la Procesión, Jesús se enseñorea de la ciudad, convertida en un trasunto del jardín celestial, de similar modo a como se enseñorea del pan y el vino para hacerse presente en la comunidad que celebra la Eucaristía, eleva la ciudad a plenitud como eleva a plenitud los dones del pan y vino.
Desde su origen, el lenguaje de la Procesión del Corpus es elocuentemente audiovisual, llano, inteligible, y ha conseguido convertirse a lo largo de la historia en un lugar comunicacional, de catequesis eucarística de la Iglesia de Valencia, eminentemente bíblica, pública, visual y urbana, actualísima en el fondo y la forma, que ayuda a los fieles a adentrarse cada vez más en el misterio de la Eucaristía. Es un instrumento de comunicación de Dios con su pueblo, en el que Dios se abaja para hablar al ser humano en lenguaje humano y facilitarle que pueda acceder a Él.
La Procesión ha sido y sigue siendo un lugar especial, excepcional y extraordinario de la Pastoral Bíblica de la Iglesia de Valencia, en la que se combina armoniosamente lo que las Ciencias de la Educación definen como lo descriptivo (psicología, sociología, antropología,…), lo interpretativo (filosofía, teología, …) y lo proyectativo (metodología, didáctica,…), e integra lo fundamental (presupuestos básicos de la acción catequética), lo material (estructura y articulación del mensaje, inculturación,…) y lo formal (transmisión catequética, estructuras, agentes, lenguaje,…).
El rigor bíblico de la Procesión se debió fundamentalmente a que los figurantes de personajes bíblicos intervinientes y organizadores de la misma eran clérigos, miembros de Órdenes religiosas, destacando de entre ellos por su dominio de las artes escénicas, juglarescas y artísticas, los Dominicos, primera Orden instalada en Valencia tras la reconquista jaimina. Durante mucho tiempo, los actores de los misteris sólo podían ser clérigos, religiosos principalmente.
La Procesión es barroca, mediterránea, solemnial, expresiva, plástica, pictórica, vibrante, comunicativa, hechura del gusto de los valencianos a quienes todo gusta les entre por los cinco sentidos, especialmente por la vista. De alguna manera, ha sido y sigue siendo radiografía la antropología valenciana.
El Corpus Christi de Valencia by Jesús Bastante on Scribd
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