Cañizares logró que se realizara una procesión sencilla y emotiva Valencia tuvo procesión de Corpus restringida, autorizada por la Delegación del Gobierno
Cañizares: "Dios está aquí, el Dios de los amores, venid adorémosle. El amor del Padre el amo del padre debe provocar en nosotros la llamada contíiua de la conversión"
"Dios está ahí. Dios está ahí. Dejemos que ese amor, nuestro amor, se manifieste en el amor a los pobres y más necesitados, Amemos a los demás como El nos ha amado, a los necesitados, a los enfermos, a los que piden nuestra ayuda y demandan nuestra compañía y consuelo. Vivir el misterio eucarístico"
"Dejemos que ese amor, nuestro amor, se manifieste en el amor a los pobres y más necesitados"
"Dejemos que ese amor, nuestro amor, se manifieste en el amor a los pobres y más necesitados"
No con el esplendor y emotividad con que se desarrolla desde hace más de seis siglos a causa de las restricciones de la pandemia, la ciudad de Valencia ha tenido su procesión de Corpus, sencilla y breve, pero emotiva, la cual contó permiso de la Delegación del Gobierno en la Comunidad Valenciana.
Con el canto de Laudes comenzó la celebración de la Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Jesucristo en la Catedral de Valencia, que presidió el Cardenal Arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares Lloveras, acompañado por sus obispos auxiliares Javier Salinas y Vicente Juan, éste último con la salud algo decaída. Concelebraron, el Vicario General, Vicente Fontestad, y el Cabildo Catedralicio.
En su homilía, el prelado dijo que “la Eucaristía es el sacramento más grande y precioso, en el que cristo nos acoge, nos ama y nos alimenta… es un sacramento de piedad, signo de unidad, vínculo de caridad, banquete pascual, ahí está encerrada toda la verdad, toda nuestra fe y nuestra esperanza”.
“En Ella está toda la Buena Nueva de la salvación que Dios ha hecho posible por medio de su Hijo. La Eucaristía es la fuente y la cima de toda la vida de la Iglesia. Toda la vida cristiana nace de Ella, el amor de Dios que se ha entregadopor medio de Jesucristo, es Dios con nosotros, el amor de los amores. Toda la vida de la Iglesia nace del costado de Cristo”, afirmó Cañizares.
“Dios está aquí, el Dios de los amores, venid adorémosle. El amor del Padre el amo del padre debe provocar en nosotros la llamada contínua de la conversión. El Evangelio de Mateo ilumina el misterio de Cristo, implica a entrar en comunión con Cristo, y confesar nuestra fe, en la presencia real de Cristo en la Eucaristía, en el amor que surge en el corazón del Padre, un solo corazón, una sola alma. La comunión es ante todo unidad con y en Cristo, y vínculo ceñidor “, dijo.
"La fe la Iglesia tiene sus propias exigencias. El problema mayor con que nos encontramos siempre es el encuentro con Dios. Dios está ahí. Dios está ahí. Dejemos que ese amor, nuestro amor, se manifieste en el amor a los pobres y más necesitados. Amemos a los demás como El nos ha amado, a los necesitados, a los enfermos, a los que piden nuestra ayuda y demandan nuestra compañía y consuelo. Vivir el misterio eucarístico El misterio eucarístico, que nos hace verdaderamente hermanos”, señaló el prelado.
Concluida la Misa se hizo un pequeña procesión desde la catedral hasta el palacio de la Generalidad-siguiendo el itinerario de la Cavalcada del Convit- integrada por muy pocas personas, por lo de la pandemia, encabezada por la cruz alzada y el capellán de Amics del Corpus, el canónigo Alvaro Almenar, simbolizando el Capellá de les Roques y como delegado de protocolo de la Catedral, organizadora de la procesión,estando presentes los característicos Cirialots de Corpus, el Cabildo catedralicio y el Santísimo Sacramento, portado en custodia pequeña najo palio.
El cardenal la llevó a la salida y entrada de la catedral y durante el corto recorrido fue misión del vicario general. Detrás del palio, iban autoridades, especialmente militares, policiales y de la Guardia Civil, así como políticos del PP y CS. Sendas ovaciones el público que se congregó y contempló la procesión se produjeron al paso de la Custodia. No hubo músicas y se entonó durante el recorrido cánticos eucarísticos.
El acto en la calle estuvo autorizado por la Delegación del Gobierno en la Comunidad Valenciana y se considera que realizado gracias a la decidida y valiente actitud del cardenal Cañizares, la cual ya mantuvo y demostró en las pasadas fiestas de la Virgen oponiéndose que pasaran desapercibidas. Él mismo hizo algunos recorridos con la imagen de la Virgen por la Diócesis con el maremóvil. Cañizares también impulsó que las fiestas marianas tuvieran la popular Missa d Infants en la plaza de la Virgen, la primera pública en España en el contexto del coronavirus.