Cuando desde el centro se habla del resto de España, en bastantes ocasiones se desconoce la realidad de cada uno de los territorios. También ese desconocimiento y consiguiente minusvaloración en lo que concierne a lo religioso. Ejemplo de ello es que cuando se menciona desde la centralidad a las procesiones de Corpus más importantes de España sólo se cite a Toledo, Granada o Sevilla, a pesar del gran peso y espectacularidad de la Valencia, muy didáctica y bíblica. En este caso además lo que siempre ha fallado es la debida promoción o difusión por parte de los valencianos de su procesión. Ensimismados en su participación o contemplación raramente la han promocionado. 

A lo largo de su historia, una sección importante de la procesión ha sido la presencia de los Gremios forales, fuerza económica y social hasta principios del siglo XIX. En el bando o crida que el Consell de la Ciutat hacía todos los años en las vísperas de la fiesta de Corpus invitando a la procesión, “vajen o seguesquen ordenadament la dita processó ab lus ciris segons quels será designat per los ordenadors” figuraban siempre “els officis e caps de mesters”, los gremios, importante estamento dinamizador de la vida social y económica medieval.

Fueron los Gremios una parte importante  de la procesión de Corpus, en la que desplegaban toda su imaginación, creatividad y poderío compitiendo unos con otros al máximo para el máximo destacar desde la primera en la que participaron oficialmente convidados en 1372. El próximo año se cumplirán los 650 años de su incorporación a la fiesta.

Ejemplo de cómo desfilaban y qué hacían los Gremios en esta procesión, la más importante de la ciudad, lo encontramos en la celebrada el 9 de octubre de 1738 –en el relato se les nombra no con su nombre histórico en valenciano, ya había ocurrido la castellanización de todo por Felipe V- para conmemorar el 500 aniversario de la conquista de Valencia por Jaime I. Cabe preguntarse.

Desfilaban “, empezando los más modernos en la forma, y graduación siguiente”, dice Joseph Vicente Ortí por orden de antigüedad. Encabezaban esta presencia los Cesteros y Tragineros, a los que se agregaron los Peyneros, por ser los tres de pocos agremiados. Seguía el de Caldereros con su bandera de damasco rojo carmesí – las banderas gremiales son todas de damasco rojo carmesí- con fajas de oro y la imagen de su patrono san Juan “que va sobre un bellísimo trono de un arco de flores de seda, llevando las andas unos que van vestidos de ninfas, con trajes muy lucidos y vistosos, y otros seis que con achas alumvravan la santa Imagen”.

Los Colchoneros sacaron “sobre un trono todo cubierto de algodones a la Virgen de las Nieves, cuya imagen va alumbrada con diez y seis achas de cera, y la llevan a ombros cuatro negros”. Los Corredores de cuello “con la imagen de Nuestra Señora de la Piedad, Patrona de este oficio.” Los Roperos con santa Catalina mártir, “precediendo marciales instrumentos de caxas, y pífanos, y acompañaban su “bandera ochenta hombres vestido a lo militar y cuarenta con otras tantas antorchas de cera.

Los Cordoneros les seguían “con un triunfante Carro, que le tiraban quatro Pavos Reales con dos hombres a la lanza, sirviendo por riendas unas cintas anchas de nacar, que las governava un hermoso Niño en forma de Angel, rica y gallardamente vestido”. En este carro pusieron la figura del “Invicto Rey Don Jayme debaxo de un grave, y magnifico pavellon, sobre su Real Persona la insignia de el Murcielago… Los Maestros “sacaron el Tabernáculo de su especial Patrona la Santísima Virgen del Rosario que adornada con variedad de joyas, de esmeraldas, diamantes y piedras·.  Los Sombreros con su patrón Santiago Apóstol que llevaban cuatro moros, precedidos “por atabalillo y dulzayna”..

Los Guanteros  con su patrón san Bartolomé en un carro triunfal que tiraban dos hombres imitando a leones “que a su acertada ficción se admiravan los adultos, y se horrorizaban los niños”. Iban “por todo el discurso de la Carrera arrojando, guantes, cordones, pelotas y dulces”.

Los Tintoreros de seda con sus patronos san Miguel y san Dionisio sobre un carro triunfal arrastrado por “Siete horribles Dragones despidiendo por sus bocas tanto fuego que parecio desatarse todo el abismo”. Los Veleros con su Patrona la Virgen de la Misericordia “debazo de un primorosissimo arco de flores de seda”.

Los Horneros se juntaron antes de la procesión en la calle Capuchinas, la de su Cofradía, con su bandera y un Rollo por insignia, …. Llevaban un carro triunfal tirado “por quatro mulas vistosamente enjaezadas, y quatro vestidos a lo morisco para cuidar de ellas, y que no atropellasen a la gente. Avia en dicho Carro fabricado un horno tan a lo natural que en el se ivan cociendo panes por otros quatro hombres, que le arrojavan al pueblo para aumentar el bullicio, cuya harina era de la mejor calidad”.

Los Cortantes llevaban en su banderadibujadas una Custodia con la Eucaristía“y para hacer más bullicioso el cortejo sacaron dos toros”, sobre uno de los cuales iba un niño vestido de ángel. Ocho hombres controlaban que no se desmandaran los toros,  ni hiriesen a nadie.

Los Molineros, “ a pesar dela tenaz sequedad que se havia padecido en el verano, era considerable el perjuicio que havia experimentado este Oficio, pues todo aquel tiempo estuvieron los Molinos sin agua,… … fue tan afectuoso su zelo, que salieron los Mozos con su estandarte  en su remate la Virgen de los Desamparados… y los Maestros con Nuestra Señora del Carmen”, con un carro triunfal sobre el que iba “un Molino tan al vivo, que ivan moliendo trigo, esparciéndole por la carrera de la Procesion con gran cantidad de arina”.

Los Albañiles salieron con su bandera en la que había una imagen de la Resurrección del Señor, mientras que los Maestros llevaban en su bandera una imagen del Santo Sepulcro. Les acompañaba la Tarasca. Los Alpargateros y Esparteros con la imagen de san Onofre. Los Cuberos con la imagen del Niño Jesús. Los Zurradores con la imagen de san Juan Bautista.

Continuaban los Sogueros también con san Juan Bautista. Los Corregeros con san Sebastián y san Antonio. Los Texedores de Lino con santa Ana. Los Texedores de lana ·con una bellísima imagen de la Pura Concepción, que iva colocada sobre un magestuosissimo trono”. Los Herreros,  Albeytares y de Corte con un carro triunfal con santa Lucía y san Eloy. Los Cerrageros, Escopeteros y Lenteros sacaron un carro sobre el cual iban los Oficiales y Maestros trabajando, al lado de santa Lucía. Los Armeros con la imagen de san Martín Obispo.

Los Carpinteros con su bandera y san José al remate. Los mozos llevaban “el Guión del Santo Niño y su Tabernáculo primorosamente fabricado”. Los Zapateros con las imágenes de san Crispín y san Francisco de Asís, sus patronos.  Los Tundidores con las imágenes “de la Concepción Purissima de Maria y sant Christoval. Los Sastres con san Vicente mártir “dentro de un airoso Tabernáculo”..

Los Curtidores era el Gremio eucarístico por excelencia. En su bandera estaba bordada la Custodia con la Eucaristía con la inscripción “Si la llevamos es porque la ganamos”. Al remate una cruz y dos leones, la divisa del Oficio. Este Gremio participó en septiembre de 1398 en el rescate de la Custodia y Sagrada Forma que corsarios tunecinos robaron en uno de sus saqueos a Torreblanca. Cerraba el desfile cívico religioso el Gremio de Peryales con sus peculiares músicas de salterio y violines, con sus patronos la Santísima Trinidad y san Miguel.

Este despliegue proporcionaba a la procesión de Corpus una brillantez y espectacularidad enorme, perdiendo mucha de su vistosidad cuando a partir de la Constitución de 1812, la de La Pepa, ya no fue obligatorio agremiarse para ejercer un oficio proclamándose la libertad de industria. Al poco, se decretó las Desamortizaciones de bienes de las Órdenes Religiosas, incautándose de sus bienes y expulsando a sus miembros de los conventos, desapareciendo su participación en la procesión, lo que redujo la espectacularidad de la procesión.