Mi corazón quise dar
y mi sombrero volqué,
rodando lo que guardé
en tantos años de amar:

Estrellas con estrellitas
estallando en blanco brillo
y un tierno amor muy sencillo
brotando de mis manitas.

Volteando mi sombrero
el arco iris cayó
y mi camino enjoyó
con tintes de jardinero.

En esa alfombra pisé
y en niño me convertí,
a reírme yo volví
y de luces me extasié.

La pajarita cantó
en mi cabeza posada
y, en musical alborada,
lluvia de fusas llovió.

Estoy ahora cargando
un gran zurrón de sonrisas,
de colores, trinos, brisas,
y un bien querer regalando.

Para curar mis heridas,
sigue avecilla cantando
y ve mis ansias calmando
para dar paz a mis prisas:

¡Lanzarme a devanar quiero
los senderos de este mundo
y ser rayito fecundo
que florezca en un lucero!

Mi ser ansía partir
a sembrar luz y esperanza.
Quien vive y no la alcanza
no sabe lo que es vivir.

Luciendo quiero morir,
dando mi vida entera,
y entregar la luz postrera
muriendo para vivir.

¡María riega el sombrero,
por si florece el lucero!

¡Quiero partir!
¡Quiero morir!
¡Quiero vivir!

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Jairo del Agua
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"Si no os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos"
(Mt 18,3).
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