¡Cómo no hablar de Ti, si tu voz me quema dentro como el fuego!


¡Vaya preguntas que me haces amigo mío! Me emplazas a que me confiese públicamente. Sabes que no desprecio los retos y lo voy a hacer, aún a riesgo de que me tachen de "carbonero". Cómo no hablar de lo que amo y me quema dentro como el fuego...

No quiero pecar de falsa modestia, por eso te diré que de "carbonero" solo un poco, porque de Teología sé alguna cosilla. No porque haya estudiado mil libros y pronunciado tropecientos discursos, sino porque llevo muchos años "orando y buscando" con pasión a ese "Dios desconocido" (Hch 17,23) del que trata la Teología.

Empezaré con tus preguntas directas: ¡SÍ, creo firmemente en la divinidad de Jesús!¡Sí, creo en la Presencia eucarística! Quizás el palabro "transustanciación" resulte hoy ininteligible y haya que describir ese cambio con mejores palabras. Pero, para mí, la repetición de las palabras del Señor sobre el pan y el vino los convierten en Presencia real, sin la menor duda. Además son saetas al corazón las últimas palabras: "Haced esto en memoria mía" (Lc 22, 19).

De este tema tengo ganas de escribir porque me parece que muchos -incluso religiosos- desbarran y consideran que la Eucaristía es solo simbólico pan y nada más que pan. ¡Pobres! Han cogido la "joya de la corona" y la han tirado a la carbonera, donde reluce con las piedras de carbón. De ahí la recojo yo con suma devoción para atesorarla en mi "fe del carbonero".

Respondo ahora al desafío de tus demás cuestiones de analítico creyente:

1º.-Hoy existe una LIBERTAD total para pensar y decir lo que se quiera. Lo que no significa que todo lo que leas u oigas sea verdad, aunque se lo oigas al mismísimo Papa. Pásalo por el tamiz de la "oración personal" y pregúntale directamente al Padre. Es un privilegio que tenemos los creyentes: Poder preguntar directamente al mismísimo Dios, presente en el "corazón" humano. Aunque ya sé que la doctrina y tradición de nuestra Iglesia (y de otras muchas) nos quieren imponer aduanas e intermediarios, como a niños de teta (muchos lo son). Recuerda: "Se acerca la hora y ya está aquí en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad" (Jn 4,23).
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2º.- Somos muy, muy LIMITADOS, y NUNCA llegaremos a abarcar todo lo que se refiere a Dios. Los misterios existen y se llaman misterios porque nuestra racionalidad NUNCA llegará a comprenderlos. Querer racionalizar todo lo divino es imposible. Querer vender como VERDAD absoluta lo que descubrimos es una pedantería suprema, aunque sean religiosos y teólogos de muchas campanillas quienes se manifiestan.

Recuerda que el orgullo, en especial el institucional, nubla la mente. No tienes más que recordar contra quiénes se manifestó Quien a TODOS acogió y curó…"Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los sencillos" (Mt 11,25).


3º.- A lo largo de la Historia ya se han planteado esos mismos errores (no son nuevos) y la Iglesia, propensa a cortar cabezas, los ha condenado como heréticos. En mi opinión, todas o casi todas las herejías tenían algo de verdad, pero nuestra Iglesia, condicionada por el absolutismo y el celo, siempre se negó a hacer autocrítica y a evolucionar, prefirió cortar. Esto es una realidad, pero también lo es que la historia humana repite y repite los errores. Por eso hay que mirarlos con mucha cautela cuando vuelven a la palestra. "El ser humano es el único animal que tropieza dos veces (o tres o cuatro…) con la misma piedra".

No tienes más que observar esa misma reiteración histórica en la Política. Hubo (y hay) ideas y regímenes políticos que causaron enormes estragos, innumerables muertos y pobrezas severísimas. Sin embargo, todavía hoy algunos insisten en defender e imponer aquellos dislates.

¿Por qué? Porque siempre habrá gente que cree en los "cuentos de hadas" (o se ven obligados dictatorialmente) al carecer de formación histórica para reconocer a los lobos redivivos. El cebo suele ser ese "algo de verdad" que existe en el fondo de todo error humano. (Observa los comunismos actuales, como ejemplo de lo dicho. Incluso algunos "iluminados" lo fundamentan en el Evangelio. Hasta ahí llega el fraude).
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4º.- Hoy volvemos a replantearnos todo en cuestiones de religión, como en otros sectores. Es la consecuencia -en mi opinión- de tres causas: Constante EVOLUCIÓN humana, máxima LIBERTAD y acentuado INMOVILISMO de los dirigentes de nuestra Iglesia (y otras) que no son capaces de ver "los signos de los tiempos" (Mt 16,3).

El choque entre la libre y racional "evolución" humana ("signo de los tiempos") y el autoritario inmovilismo eclesial nos ha hecho entrar en crisis, es decir, en una etapa de transición en la Iglesia. Se podría simplificar en este esquema: Fieles por un lado y Jerarquía por otro, seguida por el grupo de ultra ortodoxos (heterónomos) (1). Se resolverá con el tiempo, pero mientras tanto los individuos (tú y yo) nos debatimos entre esas dos aguas y sufrimos porque no sabemos a qué carta quedarnos. La duda es una grave enfermedad para el ser humano. De hecho es la causa de tus consultas.
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¿Cómo lo afronto yo?
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Me pedías mi confesión sincera y aquí estoy. Pues primero con oración profunda y constante (la "determinada determinación" de la Andariega). Ahí las revelaciones individuales son habituales y lo que debe ser cambiado (tanto a nivel individual como comunitario) salta y se hace patente.

De esa fuente salen casi todos mis artículos críticos. Ya te advierto que, sobre todo al principio, suele haber muchas resistencias de la "conciencia social religiosa" (esto es lo que manda la Iglesia y punto), es decir, de todas las "escayolas rígidas" con que nos educaron (o nos imponen aún hoy). Ejemplo: No dejes de releer mis meditaciones recientes sobre la muy bochornosa Liturgia actual e impuesta.

Es un deber del creyente empujar el "inmovilismo" y propiciar los cambios necesarios. Si no, no estoy siendo fiel a mi misión y a mi Iglesia. Esto es trabajar por la "conversión" de la Iglesia institucional (que lo necesita y mucho) y el avance del "reino de Dios". Lo decimos y lo pedimos, pero la realidad es que hay bastante poca "coherencia" institucional e individual.
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Después, intento distinguir la "teología luminosa" (la que beneficia) de la "teología oscura" (la que no aporta nada o perjudica). Para ello me pregunto: ¿Esto NUEVO o VIEJO que me llega (teoría, práctica, lectura, libro, explicación, persona, devoción, consejo, etc.) me aporta algo y me hace bien o, por el contrario, no me aporta nada, me perjudica o no me sirve para la vida?

Y me hago otra pregunta muy, muy importante para mí, y que pocos se hacen: ¿Eso NUEVO o VIEJO que me llega, incluso oficialmente, me ayuda a descubrir "el rostro amoroso del Abba de Jesús"? Si la respuesta es positiva, me adhiero y profundizo. Si la respuesta es negativa, lo rechazo y lo combato, especialmente si me llega vía doctrina o tradición oficial.

Un ejemplo para que lo visualices: La "simonía" de pagar las Misas (disimulada como "estipendio") está instaurada oficialmente, pero yo la rechazo y la combato.

Estamos viviendo una etapa de excesivo RACIONALISMO (lo queremos entender y explicar todo de tejas abajo) y ha surgido una nube de teólogos "libres" y "racionalistas" en muchas latitudes. La Jerarquía de la Iglesia siente el peligro de la exageración y reacciona con el tradicional conservadurismo y rigidez en vez de distinguir lo que es ACEPTABLE (aporta nuevas luces) de lo que es INACEPTABLE (nos confunde y quiebra la fe de la Iglesia).

Por ejemplo: Las "meditaciones sobre la Redención" que irás leyendo en las próximas semanas en mi Blog son inevitables. Ningún católico que haga oración profunda puede hoy creer, ni siquiera rutinariamente, en el "dios sádico" de la expiación tradicional. Descubrir al Dios Amor construye mi persona y mi fe católica. Por eso considero "teología luminosa" la que defiendo y defenderé sobre ese tema. Hay infinidad de teólogos y fieles que "ven" lo mismo que yo, aún en contra de un oficialismo petrificado, interpretaciones escriturarias rígidas y una liturgia muy contaminada.

Creer solamente por lo que otros me dicen es "heteronomía" (regirse por los imperativos de otros). Si yo soy crítico con algunos planteamientos y prácticas de mi Iglesia, ¿cómo no voy a ser crítico con lo que dicen (o imponen) algunos teólogos? Tengo que recurrir indefectiblemente a mi "conciencia profunda" en la forma que te he contado.
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Cuando miramos a Dios, querido Antonio, todos sufrimos "midriasis" (dilatación de las pupilas) porque es imposible verlo y menos desde la cabeza. A mí no me estorban los dogmas. Por eso prefiero creer en la Tradición y en la Iglesia en todo aquello que NO se oponga al Abba de Jesús.

Pero me rebelo contra el ocultamiento, la tergiversación o la quiebra del Rostro de Dios, revelado en el Evangelio e impreso en el fondo del corazón humano. Y me rebelo igualmente contra el olvido de la Misericordia que debe regir entre los seres humanos y especialmente entre la Iglesia y sus fieles. De esos dos errores nos vienen "las corrupciones" varias de las que debemos "convertirnos", como individuos y como Iglesia.

Finalmente me atrevo a sugerirte que estés atento a mi próxima meditación sobre las teologías actuales. Posiblemente te aportará más explicaciones razonadas sobre lo que yo pienso, siento y creo, que es lo que me pedías en tu correo. A mí no me cuesta creer en lo milagroso o sobrenatural con tal que NO contradiga que Dios es Amor. Pensar que todo cabe en nuestra cabeza o querer rebajarlo todo a nuestra estatura humana me parece una enorme torpeza.

Un abrazo inmenso amigo mío. Espero haber respondido a tus inquietudes.

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(1) Heterónomo: Dicho de una persona que está sometida a un poder ajeno que le impide el libre desarrollo de su naturaleza.
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