El llanto de las ovejas de colores - (¿Catolicismo o Sectarismo?)

Oveja


A todos nos atrae la ovejita lucera, blanquísima, bien cardada, limpia como los chorros del oro, con su indescriptible expresión de inocencia y paz. No es extraño que nuestros Pastores -unos más que otros- se extasíen en la contemplación del mar de blanca lana. Son muy comprensibles sus preferencias. Pero he aquí que el Evangelio -que dicen seguir- prioriza a la díscola y ceñuda oveja negra: "¿Quién de vosotros, si tiene cien ovejas y se le pierde una, no deja las noventa nueve en el campo y va en busca de la perdida hasta que la encuentra?" (Lc 15,4).

Es, como mínimo, chocante que olviden e incumplan el Evangelio quienes defienden a capa y espada el "magisterio" de la Iglesia, entendida como el colegio de magnates "sabios y entendidos" (Mt 11,25) que la dirigen y dominan. Bendigo el "magisterio" como señalización pedagógica y orientadora. Pero me sorprende que, quienes se aferran a él y no te permiten saltarte una tilde sin considerarte "hereje", pasen de puntillas por encima del Evangelio, en este punto y en otros muchos.

Pareciera que prefieren que les miremos a ellos en vez de al Camino. Aún queriendo mucho a mis hermanos obispos, no caeré en la trampa de "adorar" el dedo (con anillo de oro) que apunta -o dice apuntar- al Cielo, en vez de adorar al único Santo que lo habita. Porque el Evangelio es muy claro: "No he venido a buscar a los justos, sino a los pecadores" (Mt 9,13).

A la oveja negra, que no mira hacia atrás, le importa un bledo esa actitud incongruente. Pero a una mayoría de católicos nos duele y mucho la incoherencia de quienes deberían ser ejemplo y guía. Porque parecen ir en aumento los eclesiásticos -de todos los niveles- que no solo son indiferentes ante la fugada, sino que desprecian u olvidan a las muchísimas "ovejas de colores" que permanecen llorando en la majada.

Oveja negra 2



¿Que quiénes son las "ovejas de colores"? Pues las muchísimas que no pertenecen a ningún "grupo de élite". Las que están saliendo de la alienación de siglos a que las sometieron pastores prepotentes. Las que buscan apasionadamente al buen Pastor y no se conforman con falsificaciones. Las que han encontrado su libertad, su inteligencia y su conciencia personal. Las que buscan sinceramente el color propio que pueden y deben aportar al rebaño. Las que no aguantan la rutina del aprisco y sueñan con los verdes prados del horizonte evangélico.


También están las que buscan la coherencia, la sencillez, el progreso, el diálogo vivificante y luminoso, la convivencia fraterna y la entrega mutua. Las que dudan de la esclerótica imposición de "varones" en posesión de la verdad, que han aprisionado al Espíritu, y no permiten que nadie más que ellos hablen en su nombre. Las que no creen que evangelizar sea mandar -y mucho menos dominar- sino servir y "dar la vida por las ovejas" (Jn 10,11).

Y las que buscan la progresiva revelación del "rostro del Dios amante" y se resisten a ser confinadas en el estatismo, el rito automático y las humanas cercas artificiales: "El Espíritu de la verdad, os guiará a la verdad completa. Pues no os hablará por su cuenta, sino que os dirá lo que ha oído y os anunciará las cosas venideras" (Jn 16,12).

Oveja 4



Estas ovejas no quieren salir de la fraternidad, no huyen. Quieren simplemente vivir la coherencia propia y ver la de sus Pastores. Les duelen enormemente los tibios, rígidos, sectarios y prepotentes; los que lucen trono, cetro y corona, en vez de sandalias, amor, sudor y cayado. Dudan que los Pastores siempre tengan razón y sea obligatorio seguirlos con los ojos cerrados, cuando escandalizan con sus contra signos e incoherencias. Por ello se las considera díscolas y sediciosas.

Estas ovejas, repudiadas por su color distinto, han bebido en la alberca de la samaritana y saben que el pastoreo es un servicio y no una dominancia. Y lloran por sentirse marginadas, vilipendiadas a veces, olvidadas casi siempre. Quisieran aportar al rebaño sus luces, su amor y sus colores, dar lo mejor de sí mismas, colaborar en la búsqueda del Pastor amante y amado, con que sueñan a toda hora: "¿A dónde te escondiste, Amado, y me dejaste con gemido?" (1). Aceptan incluso ser abandonadas cuando el Pastor sale a buscar la fugitiva.

Pondré tan solo un ejemplo para los que quieran sinceramente ver y oír:"¡Dichosos vuestros ojos porque ven y vuestros oídos porque oyen!" (Mt 13,16).

Tengo una amiga, joven todavía, que pertenece a este grupo de rumiantes. No tiene ni una sombra gris. Es de un color radiante, ordenado y perfumado. Sin embargo no deja de llorar su soledad y abandono. Ha habido quien la ha llamado "aborto eclesial" porque lo natural es ser blanca y seguir a los Pastores, aún en aquello que repugna a la conciencia. Esta profesora de un colegio religioso, que convive con clérigos, no se siente evangelizada, sino escandalizada, despreciada, confundida.



A veces viene a verme, llora en mi hombro y me confiesa el dolor se sentirse en los márgenes de la Iglesia. Le suelo decir que se equivoca, que en realidad transita por el centro del camino, sin dejarse alienar por los de una u otra cuneta. No milita entre los hostiles porque es católica hasta el tuétano, ni siquiera acompaña a los más vociferantes y rupturistas. Pero tampoco se deja captar por los integrismos, fundamentalismos, favoritismos, sectarismos, cruzados sin cruz e inquisidores de nuevo cuño.

Pongamos que esté afectada por su subjetivismo. Incluso desproporcionada por su apasionamiento. ¡Puede! Todos lo estamos en alguna medida. Pero no logro entender que una teóloga laica, buena maestra, amante de la oración y el silencio, consagrada a su Dios y a sus hermanos, pueda sentirse abandonada por su Iglesia. ¡Qué verá o qué dejará de ver para sentirse en el margen de la "Iglesia oficial" que la rodea! Una persona que es capaz de afirmar con total sinceridad que "la ciudad es su monasterio, las calles su claustro y su pisito su celda" no debe andar muy lejos del Señor. Sin embargo, se siente en los márgenes…

Porque no comulga con una Iglesia de jerarcas que "velan" el rostro de Dios en vez de "revelarlo". Porque no cree que la religión deba IMPONERSE sino PROPONERSE y MOSTRARSE con simplicidad y sobriedad. Porque se INSTRUMENTALIZA la Escritura para defender inamovibles barricadas, en vez de ESCUCHARLA para descubrir los caminos del Espíritu, siempre nuevos.



Porque no cree en una rígida Teología "descendente" que solo RAZONA desde interpretaciones y principios inmutables, fabricados por seres humanos. Sino en una Teología "ascendente" que BUSCA incansable, desde lo hondo, el rostro del Amado que nos habita y nos guía: "¡Oh cristalina fuente, si en esos tus semblantes plateados formases de repente los ojos deseados que tengo en mis entrañas dibujados!" (2).

Porque no puede aceptar que la dignidad de la mujer se fundamente en la maternidad o la virginidad, sino en la "dignidad de hija", creada a la par que el varón, "a imagen y semejanza" del Creador. Porque no puede aceptar el SILENCIO impuesto a las ovejas, a las que solo se permite balar "amén". Sino que defiende el DIÁLOGO eclesial a todos los niveles en un marco de libertad y respeto. Como se ve, es un caso bastante moderado que no pide rupturas sino conversión.

Hay otras ovejas con otros colores, otros llantos, otras insatisfacciones. Debería bastar este ejemplo para cuestionar a nuestros dirigentes sobre su "actitud cristiana". No se puede presumir de católico sin ser antes cristiano.

¿Está justificado permanecer parapetados en los exquisitos "nuevos movimientos" (que gozan de mi afecto sincero) y olvidar a los demás católicos, incluso a esos que aman y buscan apasionadamente al Señor? Cada obispo, cada papa, cada cura, cada católico, debería cuestionarse en conciencia qué clase de "catolicismo" (universalidad) se está construyendo desde un "sectarismo" galopante.



¿Qué miedos (ausencia de fe) causan el encierro con la "guardia pretoriana" tras los muros vaticanos o tras la verja del palacio obispal, en vez de empeñarse en la búsqueda, el cuidado y la alimentación de las ovejas, de todas las ovejas, las negras, las blancas y las de colores? ¡Eso sería construir universalidad, catolicismo, fraternidad! ¡Eso sería hacer Evangelio! Me parece…

Pero dejaré que Santiago termine esta meditación:"Hermanos míos, no mezcléis con favoritismos la fe de nuestro Señor Jesucristo glorificado. Si entra en vuestra asamblea un hombre con anillo de oro y vestido elegantemente, y entra también un pobre con vestido miserable, y vosotros volvéis vuestra mirada al que viste elegantemente y le decís: Tú, siéntate aquí, en el puesto de honor, y al pobre: Tú estate de pie o siéntate aquí, a mis pies, ¿no hacéis así distinción entre vosotros mismos, y no juzgáis con pensamientos perversos?" (San 2,1)

¿Y quiénes son hoy "pobres" en nuestra Iglesia? ¿No lo serán también los católicos abandonados, olvidados, marginados, incluso despreciados y perseguidos?

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(1) San Juan de la Cruz, "Cántico espiritual", estrofa 1.
(2) San Juan de la Cruz, "Cántico espiritual", estrofa 12 (redacción 2ª).

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LA VOZ DE LOS LECTORES:



Estimado Jairo: Somos un matrimonio de seglares dominicos que hemos encontrado tu página y nos has impactado. Esto es un elogio, un agradecimiento y unas palabras de ánimo para que sigas evangelizando desde internet. Hemos enviado a nuestros amigos y conocidos tu serie de artículos "A quién oramos" y, sinceramente, nos encanta todo lo que dices y cómo lo dices. Sin tapujos, sin miedos, con la absoluta confianza que nos transmites de sentirte abrazado a los hermanos y en los brazos del Padre.

Esta Iglesia nuestra necesita alentadores como tú, capaz de impulsar esa transformación desde dentro, hacerla viva y actual. ¡Lo deseamos tanto! Nos va a costar porque lleva demasiada carga superflua y ornamental.

Gracias por transmitir "lo contemplado" y darnos empujones de vida en este siglo nuevo. Que el Señor te siga inspirando para que, a través de tu voz, llegue su Espíritu a los confines de la tierra. Un abrazo muy grande.

Amparo y Ceci
Valencia - España

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