"Tú resplandeces siempre en nuestro camino como un signo  de salvación y esperanza" "Tú, Esperanza del pueblo mexicano, sabes lo que necesitamos"

Aguiar y la Virgen de Guadalupe
Aguiar y la Virgen de Guadalupe

"Es indispensable el silencio ante el  mundo exterior para encontrarme conmigo mismo, descubriendo lo que Dios ha  sembrado en mi corazón"

"Este proceso de aprendizaje para orar necesita la herramienta fundamental, que debe  acompañarme durante toda mi vida: la lectura, meditación y reflexión comunitaria de los Evangelios"

"Los Obispos de México hemos  acordado intensificar cada año en el mes de Marzo, la atención y ayuda a la  Familia"

"Cristo dio  testimonio que somos complementarios, que tenemos la misma dignidad, y que sólo  en una relación fraterna y solidaria nos conducirá a edificar la anhelada Civilización del  Amor"

“Deja tu país, a tu parentela y la casa de tu padre, para ir a la tierra que yo te mostraré.  Haré nacer de ti un gran pueblo y te bendeciré. Engrandeceré tu nombre y tú mismo  serás una bendición…En ti serán bendecidos todos los pueblos de la tierra”. 

Respondiendo al Señor, seremos siempre acompañados y bendecidos por su amor. En  la misma tónica San Pablo lo reafirma en el cumplimiento de la misión, que Dios  solicita especialmente ante el sufrimiento y obstáculos, que se encuentren en el  camino. Para lo cual es fundamental centrar nuestra vida teniendo siempre en  cuenta a Jesucristo, en su testimonio y en sus enseñanzas, en las que  encontraremos la orientación ante las interrogantes existenciales; y la fortaleza  ante las adversidades, incluidas la persecución y la misma muerte. 

Abraham

“Querido hermano: Comparte conmigo los sufrimientos por la predicación del  Evangelio, sostenido por la fuerza de Dios. Pues Dios es quien nos ha salvado y nos ha  llamado a que le consagremos nuestra vida, no porque lo merecieran nuestras buenas  obras, sino porque así lo dispuso él gratuitamente”. 

Esto se ve reflejado en la escena del evangelio, que ofrece un pasaje asombroso y  lleno de elementos para vivir el discipulado con fidelidad y entrega. En primer lugar el  establecer la relación personal con el Señor Jesús: “Jesús tomó consigo a Pedro, a  Santiago y a Juan, el hermano de éste, y los hizo subir a solas con él a un monte  elevado”. 

Pero, ¿cómo puedo yo generar una relación personal e íntima con Jesús, si a Él  no lo puedo ver ni acompañar como Pedro, Santiago y Juan? 

La formas cambian, pero las posibilidades del Encuentro con Jesucristo no se limitan a  las corporales, se extienden mediante la relación espiritual, aunque intangible, no se  toca corporalmente pero es real; ya que puedo desarrollar una experiencia de relación  que transforma mi vida. 

Transfiguración del Señor
Transfiguración del Señor

Ahora, ¿cuál es el camino? Indudablemente es indispensable el silencio ante el  mundo exterior para encontrarme conmigo mismo, descubriendo lo que Dios ha  sembrado en mi corazón, y aprendiendo a dar cauce a las buenas inquietudes, que  surjan de ese descubrimiento.  

Este arranque es el inicio de un proceso que llamamos Oración desde el corazón: y  consiste en la relación con el Espíritu Santo, quien siembra las inquietudes y desarrolla  la experiencia para conocer la Voluntad de Dios Padre ante las diversas y variadas  circunstancias de mi vida, de mis relaciones interpersonales, y de mis respuestas a los  contextos familiares, laborales, y sociales. 

Este proceso de aprendizaje para orar necesita la herramienta fundamental, que debe  acompañarme durante toda mi vida: la lectura, meditación y reflexión comunitaria de los Evangelios, para conocer las enseñanzas de Jesucristo y la manera como  él respondió en sus circunstancias a su vocación. 

A esto se refiere San Pablo hoy: “Este don, que Dios ya nos ha concedido por medio  de Cristo Jesús desde toda la eternidad, ahora se ha manifestado con la venida del  mismo Cristo Jesús, nuestro salvador, que destruyó la muerte y ha hecho brillar la luz  de la vida y de la inmortalidad, por medio del Evangelio”. 

Estas reflexiones sobre la necesidad de transmitir a las nuevas generaciones la  importancia para desarrollar el camino espiritual, en relación con la vida cotidiana y el  cumplimiento de las responsabilidades respectivas, es y será indispensable, contar  con guías espirituales. El ideal es que en la primera etapa de la niñez sean conducidos  por los propios padres en el contexto familiar, vecinal y escolar

Trinidad

Se desprende por tanto, la necesaria asistencia que debemos ofrecer a las familias,  particularmente como Iglesia. Por esta razón, los Obispos de México hemos  acordado intensificar cada año en el mes de Marzo, la atención y ayuda a la  Familia. Tanto en la etapa previa de preparación al matrimonio, como posteriormente  ofrecer la asistencia para la formación y mutua ayuda entre los matrimonios  constituidos. 

La existencia de Movimientos y Asociaciones Apostólicas en favor de la familia, son  una enorme ayuda a nuestra sociedad, y por ello debemos apoyarlos en nuestras  comunidades parroquiales, tanto en estructuras materiales, facilitando los espacios,  como en la asistencia espiritual con los agentes de pastoral, sean sacerdotes,  religiosas, o laicos preparados y comprometidos en esta dimensión. 

También llega el próximo miércoles el Día Internacional de la Mujer. Cristo dio  testimonio que somos complementarios, que tenemos la misma dignidad, y que sólo  en una relación fraterna y solidaria nos conducirá a edificar la anhelada Civilización del  Amor. Es urgente e indispensable generar una cultura, sustentada en la misma  dignidad de ser hijos de Dios, y desarrollar las Instituciones necesarias para  ofrecer una sociedad, en la que todos tengamos opción a la educación, salud,  empleo, y vida digna. 

Los invito para que en esta Cuaresma desarrollemos una reflexión personal, familiar,  social, en los diversos círculos de nuestra vida, para replantearnos el aprendizaje para  ejercer la libertad, aprendiendo a optar siempre el bien, y a evitar el mal. Y de esta  manera, superar el individualismo y el subjetivismo, que tanto dañan a nuestra  sociedad; ya que están mal encauzados, y conducen al libertinaje y a las adicciones.  

Virgen de Guadalupe en España y México c
Virgen de Guadalupe en España y México c

Pidámosle ayuda a Nuestra Madre, María de Guadalupe, a quien le tenemos tanto  cariño y confianza, ella supo darle todo su afecto a Jesús, acompañándolo hasta el  final en el Calvario, y recibiendo por ello, la gracia de ver a su hijo resucitado.

Oh María, Madre nuestra, tú resplandeces siempre en nuestro camino como un signo  de salvación y esperanza; porque has venido aquí para mostrarnos el cariño y la  ternura necesaria, que nos permite confiar en tí y en tu Hijo Jesucristo.  

Tú, Esperanza del pueblo mexicano, sabes lo que necesitamos y estamos seguros de  que nos ayudarás a interpretar, lo que Dios Padre espera de nosotros, en este tiempo  tan desafiante. 

En ti confiamos, Madre del Divino Amor, guíanos con la luz de la Fe y la fortaleza de la  Esperanza para cumplir la voluntad del Padre, discerniendo en comunidad, lo que el  Espíritu Santo siembra en nuestros corazones.  

Auxílianos para que nuestras familias crezcamos en el Amor, y aprendamos a  compartir lo que somos y tenemos con nuestros hermanos más necesitados. 

Ayúdanos en esta Cuaresma a convertir nuestras penas y llantos en ocasión propicia  para descubrir, que a través de la cruz conseguiremos la alegría de la resurrección.  

A ti nos encomendamos, Madre de la Iglesia, para ser buenos y fieles discípulos de  Jesucristo, como tú ejemplarmente lo fuiste; y convertirnos en sembradores y  promotores de la paz.  

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies nuestras súplicas  en las necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita.  Amén.

Virgen de Guadalupe
Virgen de Guadalupe

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