¿La Ciencia, fuente de la Revelación?


La Sagrada Escritura y la Tradición han sido las fuentes de la Revelación de Dios tradicionales en la historia de la Iglesia. A través de ellas, reconocemos que Dios nos ha hablado y nos habla de forma autorizada y plena en Cristo, Plenitud de la Revelación. Pero los conocimientos humanos y especialmente el conocimiento científico es una fuente de conocimiento que tenemos que reconsiderar en su justa medida, y con el cual no podemos estar ya más en conflicto...

Por la ciencia conocemos más las leyes que rigen la Creación. Conocemos mejor la Creación misma a través de los conocimientos científicos, que nos revelan secretos de ella cada vez más profundos. Conociendo mejor las leyes que rigen la Creación, conocemos mejor al Creador. Los conocimientos científicos, por tanto, nos acercan más al conocimiento de Dios y por tanto nos acercan más a Dios. Los conocimientos científicos nos revelan cada vez má a Dios. Dios revela su ser y actuar a través de los descubrimientos científicos (implícitamente, claro está). La ciencia es, pues, en este sentido fuente de la revelación de Dios.

Y los conocimientos científicos son progresivos. Cada vez conocemos más de la Creación y de las leyes que la rigen, en un progreso continuo. Hipótesis científicas que se van matizando mutuamente, según criterios científicos. Y así en progreso continuo. La ley de la falsalidad de Karl Popper nos proporciona un marco epistemológico general para reconocer si estamos ante un planteamiento científico o no. En el conocimiento científico, el progreso es contino, porque la evolución de la realidad es continua... "hasta el final de los tiempos". También el conocimiento teológico, dicho sea de paso, deberia ser continuo, aunque nos hayamos instalado en la escolástica del siglo XIII. Es más cómodo instalarse que seguir avanzando. "Sal de tu tierra y de la casa de tus padres..." dijo el Señor a Abraham....

Y hay ciencias experimentales, sociales, humanas, cada una con una epistemología propia. No es lo mismo tratar con personas que con números. No es lo mismo experimentar con ratones de laboratorio, que tratar con seres humanos...

Salvando esta última consideración, nuestro abordamiento de las realidades físicas, humanas o sociales, tiene que ser riguroso, serio. No podemos hablar, por ejemplo, de economía a base de tópicos utópicos o buenistas, sin conocer los Principios de la Economía. La economía es una ciencia, querámoslo o no, y de economía hay que hablar con rigor. Sobre todo, si queremos, por ejemplo, erradicar seriamente la pobreza. ¡Hasta para poner de rodillas a los bancos hay que saber de economía! (habría que plantearlo seriamente, conociendo el impacto económico que causaría esta medida...).

Como sabemos no ha sido fácil nuestra relación con la Ciencia. Ya todos sabemos los casos de conflicto desde el Renacimiento. El problema no es que hayamos tenido conflictos con la Ciencia hace 500 años. El problema es que los seguimos teniendo actualmente.

Me causó tristeza cuando, en una reunion con los investigadores en el Vaticano, se dijo que "hay que aceptar las novedades de la Ciencia con total humildad". Está afirmación revela que todavía no nos hemos reconciliado plenamente con la Ciencia. Los conocimientoe científicos nos siguen humillando, porque seguimos en conflicto con ellos...

Yo, en cambio, pienso que no sólo no tenemos que humillarnos ante los descubrimientos científicos, sino que hay que dar gracias a Dios por ellos y darle Gloria, porque cuanto más conocemos científicamente la Creación, más conocemos al Creador.

Con la Ciencia no estamos en conflicto. ¡Hasta Nietzsche lo afirma en su libro "La genealogía de la moral"!

La Ciencia nos revela más y más al Creador. El Creador se revela más y más (implícitamente) a través de los conocimientos científicos.

¿Es la Ciencia, por tanto, fuente de la Revelación?
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