Nueva carta apostólica "Anunciad", y hasta cuándo nos van a justificar ante la sociedad los pequeños actos filantrópicos paliativos


Lo que nos diferencia de una ONG es el anuncio. Si no anunciamos, nos "degradamos" y nos convertimos en una simple ONG más, enfocados sólo en la realización, cuantos más mejor pensamos, de pequeños actos paliativos filantrópicos, con la secreta pretensión de poder presentar "algún número de algo" que nos pueda justificar ante la sociedad. Y no nos damos cuenta de que desde ese activismo filantrópico paliativo minorista, nuestra justificación ante la sociedad tiene los días contados, sencillamente porque el Estado tiene más dinero que nosotros, y además nosotros, cada vez menos...

Tampoco la retórica de la pobreza nos justifica ante la sociedad intelectual, ni aporta lo más mínimo a la resolución del problema de la pobreza, en las personas y en los pueblos, ni de ningún otro problema. Desde esta retórica de la pobreza, que es un discurso intelectualmente naif, utópico, arbitrista, emotivo y buenista, en este mundo de telecomunicaciones y sociedad de la información, bloques económicos, grandes transacciones internacionales (en el mercado Forex se mueven más de 4 trillones de dólares al día; sólo en intercambio entre dólares y euros se mueven al día 400 billones de dólares), esta retórica de la pobreza, digo, más que favorecer, entorpece el camino para encontrar soluciones reales al problema de la pobreza de las personas y de los pueblos; soluciones que por otra parte muchas de ellas están en camino.

Señalamos, por ejemplo, el Acuerdo de Cotonú (Benín), acuerdo de asociación entre los estados de África, del Caribe, y del pacífico por una parte, y la Comunidad Europea y sus estados miembros, por otra, firmado en Cotonú el 23 de junio de 2000. Los objetivos principales de este acuerdo son la reducción y en el futuro la erradicación de la pobreza, así como la integración progresiva de los estados de África, del Caribe y del pacífico, en la economía mundial, de forma respetuosa con los objetivos del desarrollo sostenible. Este acuerdo fija el importe global de la ayuda financiera destinada a estos países, en el marco financiero pluri-anual de 2014-2020, en 31.500 millones de euros.

Este impresionante acuerdo, vigente hoy, se está implementando en estos momentos... ¡de espaldas a nosotros!, mientras nosotros cantamos utopías y miramos para otro lado... Cuántos observadores ha enviado la Iglesia, tanto eclesiásticos como laicos, para hacer seguimiento de este gran acuerdo de lucha contra la pobreza en medio mundo? Y así muchos otros...

También en el ámbito intelectual, y sobre todo en el ámbito de las soluciones estructurales, estamos perdiendo justificación a marchas forzadas, si es que no la hemos perdido ya completamente...

Enterémonos ya. Lo que nos identifica es el anuncio y quien nos justifica, ante el Padre y ante la sociedad, es Jesucristo. Mientras no demos testimonio de Jesucristo resucitado, y mientras no utilicemos la cabeza, animada por la fe, para pensar seriamente sobre los problemas del hombre y del mundo, y sobre todo en sus soluciones, estaremos perdiendo más y más el tren de la historia.

Empecemos, pues, por el principio: "Id y anunciad..." (Mt 28).
Pues eso, "Anunciad".
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