¡Que saquen a los sacerdotes de las parroquias!
Estamos viendo que las iglesias se están vacilando y que la sociedad está perdiendo la fe en gradiente exponencial, y mientras tanto, los sacerdotes continúan dentro de los estrechísimos muros de su parroquia, detrás de los despachos o dedicados a una “pastoral parroquial” que, tal y como ha cristalizado después de más de doscientos años de “ritualismo sociológico” tal como lo conocemos hoy, es incapaz de iniciar, siquiera de pensar, lo que desde hace más de treinta años llamamos "nueva evangelización"...
Siempre me viene a la memoria este dato que dio el pastor líder de una de las iglesias cristianas de más crecimiento en Sudamérica: "Nosotros hacemos unas 5,000 visitas semanales a las casas...". Esa cifra no la alcanzamos nosotros ni juntando todas las parroquias de la diócesis en 150 años! Pero, me temo, que ése es el único camino...
Para confirmar lo dicho, el otro día me llamaron de un programa de radio, para sustituir a un joven sacerdote que, según me dijeron, ya no podía atender el programa, por sus ocupaciones en la parroquia... Ya me estoy imaginando la escena: el pobre joven sacerdote, en vez de poder predicar y proclamar el Evangelio abiertamente y sin cortapisas a cientos de miles de personas cada día (ése es el alcance de oyentes del programa) se tenía que dedicar a las actividades ritualistas parroquiales, para satisfacer las necesidades de consumo sacramental de la gente que en cada vez menos número acude a los ritos...
A la gente hoy hay que buscarla donde está, fuera de los templos, en las casas, en las calles y plazas, en los estadios, utilizar masivamente los medios de comunicación, como hacen las iglesias cristianas y las sectas de forma magistral (mientras nosotros seguimos durmiendo o utilizando los medios de comunicación para hacer programas generalistas sin saber muy bien para qué, o programas de opinión que nos dan más problemas que otra cosa …), y allí y desde allí, proclamar de verdad el Evangelio y hacer así realidad lo que el Señor mandó a sus discípulos el día de su Ascensión: "Id al mundo entero y proclamad el Evangelio!".
¿Qué pasaría si a los sacerdotes recién ordenados se les diera ¨un garaje¨ donde poder predicar la Palabra en total libertad y responsabilidad (sin impedimentos, ni cortapisas… ¡que se sientan protagonistas!), y desde allí convocar y pastorear a las ovejas? ¿Qué pasaría si se les dejara predicar allí o allá, en la radio o en la televisión o en un estadio, en otro país o en otro continente?¡Ésa sería su mejor escuela pastoral!
¡No más inmovilismo pastoral!
¡Que saquen a los sacerdotes de las parroquias!