TdC 2024 LA URGENCIA DE “CONCRETIZAR LA ESPERANZA”

LA URGENCIA DE “CONCRETIZAR LA ESPERANZA”
LA URGENCIA DE “CONCRETIZAR LA ESPERANZA” Tiempo de la Creación

Mientras nos preparamos para el Tiempo de la Creación 2024, valga una reflexión sobre el tema de este año que tiene como lema “ESPERANZAR Y ACTUAR CON LA CREACIÓN”.

La esperanza cristiana es una virtud que explica el misterio del tiempo y de la eternidad. Unida a la fe en el Hijo nos permite vivir en libertad, es decir, vivir bajo el dinamismo de su Espíritu que es el que nos hace libres.

La esperanza cristiana inspira las actividades de los hombres pero para poder articular la religión con la sociedad utilizamos la categoría de esperanza activa que muestra nuevas respuestas, mas creativas y nos permite recrear una sociedad que ponga en el centro la vida y su cuidado.

Uno de los objetivos de la encíclica Laudato si ́ es crear conciencia “en el cuidado de la casa común” (LS 13). En este proceso nadie se puede permitir el lujo de renunciar a la esperanza y para concretar esta esperanza hay que poner en práctica las soluciones al problema ecológico mundial.

El Papa pone un énfasis especial en dos grupos de actores directamente involucrados en las posibles soluciones: los líderes políticos y los líderes ecologistas.

A los líderes políticos les pide liderazgo, compromiso y resultados y advierte que el ambiente humano y el ambiente natural se degradan juntos (LS 48) y denuncia la debilidad de la reacción política internacional, ya que en muchas ocasiones el interés económico prevalece sobre el bien común (LS 54). Prueba de ello es el fracaso de las cumbres mundiales sobre el medio ambiente.

Ante los escasos resultados de las cumbres mundiales interpela a los estados a aceptar y aprobar un sistema normativo que incluya límites infranqueables y que asegure la protección de los ecosistemas (LS 53). Esto se consigue con buenos líderes políticos que no sometan la política a la economía (LS 189). El ser humano debe estar en el centro y ser prioridad en los procesos de toma de decisiones políticas, sobre todo cuando aspiramos a una verdadera “conversión a la ecología humana” (CV 51).

A los líderes ecologistas les pide diálogo, humanismo y coherencia. Para buscar estas soluciones el Papa apela a la relación natural que existe entre razón y fe y señala que la ciencia y la religión, que aportan diferentes aproximaciones a la realidad, pueden entrar en un diálogo intenso y productivo para ambas. (LS 62).

Para ello propone no igualar a todos los seres vivos ni caer en una divinización de la tierra. Critica a quienes luchan por salvar otras especies pero no actúan de la misma manera para defender la igual dignidad entre los seres humanos (LS 90) y permanecen indiferentes ante cuestiones, que atentan contra esta dignidad humana como son la trata de personas, las desgracias de los pobres o la destrucción de otros seres humanos.

Francisco es muy claro al decir que no es compatible la defensa de la naturaleza con la justificación del aborto (LS 120) o con la experimentación con embriones humanos vivos (LS 136). En este sentido el papa Francisco advierte de que la incoherencia y la deshumanización pone en riesgo el sentido de la lucha por el medio ambiente (LS 91).

Este llamado del papa puede dar resultados fructíferos si en la reflexión académica seria, damos pie a que ésta sea la fuente que llena de contenido y datos objetivos las discusiones y debates entre el mundo de la política y el mundo de los ambientalistas.

Igualmente la reflexiones y resultados académicos pueden servir de puente que ilumine el diálogo, ya que el trabajo académico si se realiza de forma colaborativa entre teólogos, técnicos y políticos debería convertirse en un “vaso comunicante” para el consenso.


Rosa María Quero Pérez
Animadora Laudato Si ́ del Movimiento Laudato si ́
Secretariado para el Cuidado de la Creación de la Diócesis de Córdoba

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