Laura Sgrò publica 'Stupri sacri' (violaciones sagradas) "No hay estadísticas, no hay un censo sobre los abusos a las monjas ni sobre los abortos provocados"

Los abusos a religiosas, eje del último libro de Laura Sgrò
Los abusos a religiosas, eje del último libro de Laura Sgrò Efe

"Pensé que ya lo había escuchado todo, cuando María rompió a llorar, esta vez fue un llanto histérico, que no pude detener. Cuando finalmente se calmó, tomó mi mano y dijo sollozando: "¡Mataron a mi hijo también!" La obligaron a abortar. La insté a que lo denunciara porque no podía llevar toda esa carga sola"

Sgrò, abogado en el Tribunal de Apelación del Estado de la Ciudad del Vaticano y de la Sacra Rota, lo que le permite ejercer ante cualquier tribunal eclesiástico del mundo, explica que a diferencia de otros casos, como los abusos a menores, que cuando son adultos algunos han tenido el valor y la fuerza de denunciar

"Espero que cree mayor conciencia sobre el tema de abusos a monjas y, respecto al caso Rupnik, espero que, como se anunció, haya un juicio lo antes posible", añade Sgró.

El olvidado crimen de las violaciones y abusos a las monjas en la Iglesia católica, incluso con abortos, se aborda en el duro libro "Stupri sacri" (Violaciones sagradas) de la abogada Laura Sgrò, quien se ha ocupado de la defensa de algunas de estas víctimas, y que se publica este martes en Italia.

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"No hay estadísticas, no hay un censo sobre los abusos a las monjas ni sobre los abortos provocados, que también es un tema más delicado. Esto es algo que debe ser abordado finalmente", denuncia a EFE la abogada de algunos de los juicios más mediáticos del Vaticano.

Sgró inicia su libro con el testimonio de María, nombre inventado, una diminuta religiosa que acudió a ella para contarle años de abusos, además de las acusaciones "de habérselo inventado todo" y provocado "a ese pobre cura para que le pusiera las manos encima".

Los abusos a mujeres en la Iglesia, a examen
Los abusos a mujeres en la Iglesia, a examen Cathopic



"Pensé que ya lo había escuchado todo, cuando María rompió a llorar, esta vez fue un llanto histérico, que no pude detener. Cuando finalmente se calmó, tomó mi mano y dijo sollozando: "¡Mataron a mi hijo también!" La obligaron a abortar. La insté a que lo denunciara porque no podía llevar toda esa carga sola", explica la abogada en su libro.

Y continúa: "Hermana María, no renuncies a la verdad, no renuncies a la justicia. La acompañé hasta la puerta y ella me abrazó. Nunca más volví a saber de ella. María fue la primera en venir".

Sgrò, abogado en el Tribunal de Apelación del Estado de la Ciudad del Vaticano y de la Sacra Rota, lo que le permite ejercer ante cualquier tribunal eclesiástico del mundo, explica que a diferencia de otros casos, como los abusos a menores, que cuando son adultos algunos han tenido el valor y la fuerza de denunciar, "las monjas no denuncian porque están obligadas a obedecer" .

"Es precisamente el contexto en el que se ejerce sobre ellas la manipulación lo que hace que se encuentren en una situación aún de mayor control. Se sabe muy poco de cómo viven las monjas, de las manipulaciones que sufren. Y de los abusos que se perpetran dentro de los conventos", explica la letrada.

Presentación del libro de Laura Sgrò

Caso Rupnik

El libro se detiene sobre todo en el caso del jesuita esloveno Marko Rupnik, conocido por ser el autor de mosaicos en las iglesias de todo el mundo, en los testimonios de algunas de sus víctimas sobre los abusos sexuales y psicológicos a los que fueron sometidas.

Relata el valor de Gloria Branciani, nacida en Roma en 1964, quien cuenta en el libro con todo detalle los abusos que sufrió cuando era estudiante de Medicina y cómo fue completamente manipulada por Rupnik "para que creciese su espiritualidad", mientras hacía con ella lo que quería.

Las víctimas de Rupnik, en Roma
Las víctimas de Rupnik, en Roma @dianemontagna



La mujer contó los abusos sexuales cometidos en el estudio de mosaicos donde trabajaba en Roma y en el coche en el que la llevaba por Eslovenia "para que conociese la cultura", además de como incluso la obligó a mantener relaciones entre tres personas, junto con otra religiosa también captada por el jesuita diciéndole que era "la máxima representación de la Santísima Trinidad".

También se cuentan la historias de Mirjan Kovac, quien recibió los testimonios de otras de sus compañeras de los abusos durante años de Rupnik y decidió reaccionar ante los abusos de poder y psicológicos que sufrió ella, o de Samuelle, otra joven que trabajó para el religioso artista y que fue totalmente "anulada".

"Espero que cree mayor conciencia sobre el tema de abusos a monjas y, respecto al caso Rupnik, espero que, como se anunció, haya un juicio lo antes posible", añade Sgró.

El libro explica asimismo la batalla por eliminar las obras de Rupnik de las iglesias y santuarios de todo el mundo por respeto a las víctimas y del gran imperio económico que creó el sacerdote, que ahora es difícil deshacer por todos los intereses creados.

"Buenos días abogada. Le escribo porque fui violada por un monje. Soy monja y nadie me ayudó, ni mis hermanas, ni la madre superiora. No existimos", le escribió una víctima



Pero Gloria, Mirjian y Samuelle no están solas: al despacho de la abogada han llegado las historias de decenas de religiosas abusadas.

"Buenos días abogada. Le escribo porque fui violada por un monje. Soy monja y nadie me ayudó, ni mis hermanas, ni la madre superiora. No existimos", le escribió una víctima.

Como subraya Sgrò en su libro: "La última frase de este testimonio: 'No existimos', resuena como una sentencia definitiva, un veredicto de anulación que va más allá del abuso sufrido. Es la amarga conciencia de ser invisibles en un sistema que primero utiliza los cuerpos y luego borra a las personas".

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