EL HOBBIT: Un viaje por la imaginación al encuentro de la Belleza
El estreno de El Hobbit: un viaje inesperado será el acontecimiento cinematográfico de este invierno para los abundantes seguidores del mundo de El Señor de los Anillos, así como para muchos otros espectadores que vendrán atraídos por la publicidad y el boca a oreja de amigos y conocidos. No dudamos que la película será una ocasión excelente para entrar de nuevo en los relatos de fantasía del escritor y filólogo John Ronald Reuel Tolkien, territorio rebosante de simbolismos capaces de evocar la búsqueda espiritual y la experiencia religiosa.
Este momento viene marcado por una operación comercial de grandes dimensiones. Tres películas despliegan el texto literario y se estrenarán escalonadamente, en el año 2013 se presenta El Hobbit: La desolación de Smaug (2013) y concluye en el año 2014 con El Hobbit: Partida y regreso. El proyecto se retrasó por la crisis financiera que atraviesa la empresa productora Metro Goldwyn Mayer y que obligó a un rediseño del mismo dejando la dirección el candidato inicial, el mexicano Guillermo del Toro (El laberinto del fauno,2006) que permanece como coguionista. La productora Wingnut Films de Peter Jackson, el director de El Señor de los anillos y de esta trilogía asociada, se une a Warner Bros Pictures, MGM y New Line Cinema para sacar adelante este negocio.
Sin embargo, más allá de las grandes inversiones, en esto consiste su interés, se plantea la necesidad de relatos fundantes para los seres humanos y los pueblos, lo que explica el éxito rotundo de la obra maestra de Tolkien, que contó con una adaptación fiel y una realización sobresaliente, aunque con un cierto declive, desde la espectacular y magistral La comunidad del anillo (2001) hasta El retorno del rey (2003). A pesar de todos los cambios tecnológicos y culturales, el cine sigue abasteciendo de los relatos populares a los espectadores de todo el mundo.
Lo interesante de este caso es que además de un espectáculo cinematográfico notable, se trata de un relato fantástico que despliega la imaginación usando la fábula, plantea las cuestiones últimas como la lucha del bien contra el mal, la esperanza utópica, la vida como búsqueda o la virtud para vencer el ansia de poder. Además Tolkien, que no desea escribir una alegoría cristiana, inspira todo su relato en la perspectiva católica que deseó trasmitir a sus hijos para los que originalmente escribió esta aventura.
“En un agujero en el suelo vivía un hobbit”. Está frase se le ocurrió al joven profesor Tolkien en el mediodía de un caluroso verano, en su casa de Oxford, cuando corregía exámenes de acceso a la universidad. Uno de los examinandos había dejado la parte correspondiente a literatura inglesa en blanco. Allí escribió la frase que le llevó a la construcción del mundo de los hobbits y al viaje de Bilbo Bolsón.
El mundo fantástico de Tolkien se sitúa en la estela narrativa de George MacDonald (Lewis Carroll) y su Alicia en el País de las Maravillas así como de James Barrie y su Peter Pan. Como trasfondo recoge los mitos que figuran en el poema anglosajón Beowulf, en el que domina el tema del encuentro con el dragón, los poemas nórdicos de la “Edda poética” que son el sustrato de la mitología escandinava de la que salieron elfos, enanos, orcos y otras criaturas, así como los relatos caballerescos del rey Arturo y la Tabla Redonda.
Pero sobre estos relatos aplica la inspiración cristiana para sutilmente transformarlos. Así el sacrificio redentor, la misión mediadora, la comunidad y la compañía como sujetos, la ayuda de la gracia trascendente, la conversión como crecimiento interior y la esperanza escatológica aparecen como claves de sentido, como descubrimientos del proceso espiritual al que se ven sometidos los protagonistas.
Bilbo es escogido por Galdalf para completar el grupo de los 12 enanos que tienen como misión vencer al dragón Smaug, que ha tomado Erebor, la Montaña Solitaria, y ha amontonado grandes riquezas. Sin embargo, la aventura exterior de encuentros y luchas está al servicio de la maduración interior donde el héroe ya no será un vencedor, sino un sabio cuyo coraje le hace capaz de enfrentarse al mal con la generosidad.
Pero para llegar a este punto y poder volver a casa hay que hacer un largo trayecto, al que estamos invitados.