Liturgia del 1º DOMINGO DE ADVIENTO 2024 (C)
Cambiamos de ciclo. ¡Ojalá cambiemos también de mentalidad y soltemos la armadura oxidada!
Te bendigo con las dos manos
y deseo, con toda mi alma,
que sigas tu interior impulso
de ser más y mejor,
por el Camino de quien nos precede.
1º DOMINGO DE ADVIENTO 2024 (C)
El amor permanente y entrañable de Dios Padre, que nos habita y sostiene, la presencia luminosa de Jesús Resucitado, su Luz y el impulso de su Espíritu ESTÁN con todos vosotros.
MONICIÓN DE ENTRADA
Amigas y amigos:
La liturgia de este tiempo de Adviento, que hoy comenzamos nos anima a prepararnos para la venida del Señor. Ni Dios ni Jesús tienen que venir de ninguna parte, porque ya están aquí, pero nos ayuda a ver el adviento como un camino para tomar conciencia del amor que nos habita como hijos del Amor. Es un tiempo oportuno para examinar si estamos en el “camino de Jesús”, si somos realmente cristianos o solo rutinarios practicantes.
Bendición de la corona de adviento
Señor Jesús, tú bendices esta Corona de Adviento para que, durante este tiempo de preparación a la Navidad, sea un signo que nos recuerde permanentemente tu venida cotidiana, y así nos preparemos espiritualmente para el encuentro definitivo contigo. Que nuestras obras de misericordia sean la forma de esperarte. Amén.
Encendido de la primera vela:
Encendemos Señor esta luz, en la primera semana de adviento. Queremos ponernos en pie para estar preparados. Queremos estar despiertos y vigilantes para descubrirte a Ti que nos traes la luz más clara, la paz más profunda, y la alegría más verdadera.
ACTO DE RECONOCIMIENTO
Dios no tiene que venir de ninguna parte. Dios ya está dentro de nosotros, se manifiesta en las cualidades que nos ha dado. ¿De dónde crees que salen esas ganas tuyas de ser bueno, honrado, sincero, trabajador, justo y generoso? Le damos gracias por ese parecido con el Creador que llevamos dentro. Y nos comprometemos a no renegar de ese “precioso fondo”.
Gracias Señor por el don de la esperanza, que tiene su fuente en saber que siempre estás a nuestro lado y que en tu Casa tenemos ya un sitio reservado. Queremos comprometernos a vivirla y compartirla con los hermanos. Por eso te decimos: Nos comprometemos Señor
Gracias Señor por el don de la alegría, la alegría de sentirnos queridos por Ti, y la alegría de sentirnos queridos por los hermanos y de quererlos nosotros a ellos. Queremos acrecentar esa alegría y difundirla. Por eso decimos: Nos comprometemos Señor
Gracias Señor por el don del amor, el que tú nos manifiestas en nuestro interior y nos impulsa a comunicar con nuestro comportamiento hacia los demás. Por eso decimos: Nos comprometemos Señor
Dios Padre Amoroso TIENE misericordia de nosotros, comprende nuestros fallos y nos guía de su mano a la vida eterna. Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro: Somos tu pueblo en marcha que trata de llevar a cabo la tarea de dar forma a tu reino de amor y de paz. A veces nos sentimos con miedo y desalentados, pero tú nos mantienes en marcha con esperanza. Queremos estar vigilantes en la oración para saber percibir los signos de la venida de tu Hijo. Jesús camina con nosotros ya ahora por el camino que él mismo nos ha mostrado, que nos conduce a ti, Dios y Padre nuestro, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Lectura del libro de Jeremías (33,14-16):
Ya llegan días —oráculo del Señor— en que cumpliré la promesa que hice a la casa de Israel y a la casa de Judá. En aquellos días y en aquella hora, suscitaré a David un vástago legítimo que hará justicia y derecho en la tierra.
En aquellos días se salvará Judá, y en Jerusalén vivirán tranquilos, y la llamarán así: “El Señor es nuestra justicia”.
Salmo 24
R/. A ti, Señor, levanto mi alma
V/. Señor, enséñame tus camino,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R/.
V/. El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R/.
V/. Las sendas del Señor son misericordia y lealtad
para los que guardan su alianza y sus mandatos.
El Señor se confía a los que lo temen,
y les da a conocer su alianza. R/.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (3,12–4,2)
Hermanos:
Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os amamos a vosotros; y que afiance así vuestros corazones, de modo que os presentéis ante Dios, nuestro Padre, santos e irreprochables en la venida de nuestro Señor Jesús con todos sus santos.
Por lo demás, hermanos os rogamos y os exhortamos en el Señor Jesús: ya habéis aprendido de nosotros cómo comportarse para agradar a Dios; pues comportaos así y seguir adelante. Pues ya conocéis las instrucciones que os dimos, en nombre del Señor Jesús.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (21,25-28.34-36):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas.
Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria.
Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.
Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.
Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».
HOMILÍA
No hace falta fijarse mucho para darnos cuenta de que estamos haciendo todo lo contrario de lo que nos dice Jesús en el evangelio de hoy. Hace días que comenzó la carrera del consumismo navideño, Black Friday, luces y decoraciones navideñas (por cierto cada año comienzan antes…), reservas de comidas de empresa, etc. Jesús nos dice: “no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida” ¿Y qué hacemos nosotros?
Para que este Adviento no pase este año por nuestra vida sin pena ni gloria, humildemente, creo que deberíamos prepararnos así:
+ Buscando tiempos entre unas actividades y otras de cada día, en la medida de nuestro trabajo y de nuestro tiempo libre, para dedicarnos a nosotros mismos, para hacer una pausa y crecer a nivel personal: orando, reflexionando, escuchando música, leyendo, dejándonos interpelar por la realidad, trayendo a nuestro recuerdo tantos rostros cercanos y amigos lejanos.
+ Meditando, entrando en nuestro interior para hallar y sentir a Dios. Eres imagen y semejanza de Dios, todavía más, eres un hijo de Dios. Por eso si quieres vivir en esperanza suelta todo lo que desdibuja esa imagen y déjate llenar de su amor.
+ Permanece abierto a la novedad de lo que pasa ante ti cada día: porque tus días están preñados de Dios. Lo tienes dentro y a tu lado, no como tú lo imaginas o deseas que venga sino como Él es: encarnado, humilde, sorprendente. Abre tus ojos a la realidad de su paso.
+ También debemos cuidarnos para poder cuidar. Descansemos, cuidémonos y dejémonos cuidar, incluso pidamos el cuidado de los demás cuando lo necesitemos. Dejemos espacios para distanciarnos de los problemas, para respirar y que no nos agobien, para poder observarlos bien, discernir y tomar así la mejor decisión.
+ Los momentos de reflexión no nos pueden desligar de los demás, muy al contrario: debemos visitar, quedar para tomar una cerveza, hablar por teléfono, enviar un mensaje por whatsapp a las personas que quiero, que están mal, que sé que me necesitan. Necesitamos hablar más con los vecinos, con la gente que vemos que lo está pasando mal. Debemos aproximarnos, hacernos prójimos.
+ Ni tampoco podemos desentendernos del mundo que nos rodea. Tenemos que intentar hacer todo lo que podamos por los demás, interesándonos por los problemas de la gente, buscando soluciones colectivas, o personales si soy yo quien tengo que optar y comprometerme en algo concreto.
+ Debemos buscar momentos de celebración, de diversión, de comunicación, de intimidad, para reforzar la mística de la fraternidad, de la humanidad, del encuentro, de la fiesta, del dolor o de la alegría y el gozo compartido de estar juntos.
+ Y aceptándonos humildemente como somos, vulnerables, con un carácter y una forma de ser muy concreta, personal. Y a la vez, potencialmente creativos, solidarios, transformadores de la realidad que nos rodea. Solo así construiremos un mundo mejor, más fraterno, justo y en paz. Un mundo nuevo y necesario.
+ Que se hará realidad esperando contra toda esperanza, pero con una espera activa. Porque el yo narcisista necesita romper con una dinámica de aislamiento y pasividad, para entrar en un nuevo yo contemplativo, dinámico, fraterno, compasivo, lleno de ternura.
+ Solo así llegará a su plenitud el Adviento. Solo así aprenderemos a esperar la llegada de la Navidad, de la Vida en plenitud, viviendo con enorme alegría, pero la de verdad, no la de borrachera.
POR ESO OS DESEO UN FELIZ ADVIENTO.
CREDO
Sacerdote: ¿Creéis en Jesús de Nazaret, que no predicó leyes ni sistemas, sino el Reino de Dios?
Todos: - Sí, Creemos.
Sacerdote: ¿Creéis en Jesús y que a su luz y con su fuerza, podemos vivir, obrar, sufrir y morir en este mundo, de forma verdaderamente humana, sostenidos por Dios, empeñados hasta el fin en la lucha por el hombre?
Todos: - Sí, Creemos.
Sacerdote: ¿Creéis en Jesús esperando el Reino que anunció y comprometiéndonos en trabajar sin descanso para llevar a todos los hombres a este Reino?
Todos: - Sí, Creemos.
ORACIÓN UNIVERSAL
Jesús fue, y es, siempre cauce de esperanza. Una esperanza que se sostiene en las promesas del Padre Madre y en una vida vivida en clave de servicio y misericordia. Oremos.
Seremos motivo de esperanza
• Soñamos con una Iglesia referente de servicio, de esperanza, de ilusión, de entrega, de inclusión, de reconciliación.
Seremos motivo de esperanza
• Soñamos con hombres y mujeres comprometidos con los desfavorecidos, recuerdo permanente de la vida de Jesús, que inviten a la trascendencia desde la llamada a la fraternidad universal.
Seremos motivo de esperanza
• Soñamos con una sociedad más justa y en paz, construida por cada uno de nosotros, con nuestra palabra, con nuestro gesto, con nuestra implicación.
Seremos motivo de esperanza
• Soñamos con una vida vivida más conscientemente desde la Unidad que somos todos, corresponsables unos de otros, atentos y dispuestos a favorecer la vida del otro.
Seremos motivo de esperanza
• Soñamos con un tiempo prenavideño que sea testimonio del seguimiento de Jesús como buena noticia en medio de tanta dificultad y oscuridad como atraviesa este mundo nuestro.
Seremos motivo de esperanza
Padre y Madre buena, deseamos acertar a ser presencia que aúna, sostiene, restaura e ilumina a tantos hombres y mujeres que viven sin esperanza y sentido. Deseamos ser reflejo de la vida de Jesús de Nazaret, que vive por los siglos de los siglos. Amén
En el momento de presentar la OFRENDA de toda la Iglesia oremos a Dios Padre Misericordioso
El Señor reciba de tus manos esta OFRENDA…
ORACIÓN OFRENDAS
Te presentamos el pan y el vino, frutos de la tierra y del trabajo de los hombres y mujeres, que los cultivaron y cosecharon. Junto a ellos nos ofrecemos nosotros, con nuestra vida rutinaria y nuestros deseos de salir de ella,
y de ser sinceros y responsables. Te lo ofrecemos con Jesucristo Nuestro Señor. Amén
PREFACIO
El Señor está con vosotros
Levantemos el corazón
Damos gracias al Señor nuestro Dios
Padre santo, es nuestra mayor satisfacción
manifestarte nuestra admiración y agradecimiento
por las inefables maravillas de tu Creación.
De modo especial te agradecemos
que podamos conocerte y quererte,
ser conscientes de tu presencia en nosotros.
Agradecemos especialmente la presencia
en nuestra historia de tu Hijo Jesús.
El vino a hablarnos de tu amor de Padre,
y del anhelo de felicidad para todos tus hijos,
del sueño de tu Reino de Amor y justicia.
El sigue viniendo ahora a nuestro encuentro
en cada hombre y en cada acontecimiento,
para que lo recibamos en la fe
y para que demos testimonio por el amor,
de la espera dichosa de su reino.
Es hora de creer también nosotros
en nuestras posibilidades de crecimiento personal,
en que podemos superar nuestros egoísmos.
Con esta ilusión, elevamos a Ti este canto de alabanza.
SANTO, SANTO, SANTO
CONSAGRACIÓN y PLEGARIA
SANTO eres en verdad, Padre,
y con razón te alaban todas tus criaturas,
ya que por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro,
con la fuerza del Espíritu Santo,
nos das Vida y santificas todo.
Congregas a tu Pueblo sin cesar,
para que ofrezca en tu honor esta OFRENDA
desde donde sale el sol hasta el ocaso.
Recibimos tu Espíritu con alegría
para que santifique este pan y este vino
y se conviertan para nosotros
en el sacramento del Cuerpo y + la Sangre de Jesús,
en la Persona y la Vida de Jesús, aquí significadas.
Porque Él mismo,
la noche en que iba a ser entregado,
habiendo amado a los suyos,
que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.
Mientras cenaba con sus discípulos,
tomó un pan, y dando gracias te bendijo,
lo partió y lo repartió a sus discípulos, diciendo:
TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL,
PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.
Del mismo modo, acabada la cena,
tomó el cáliz,
y, dándote gracias de nuevo,
lo pasó a sus discípulos, diciendo:
TOMAD y BEBED TODOS DE ÉL,
PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS
Y POR TODOS LOS HOMBRES
PARA ILUMINAR VUESTRAS VIDAS.
HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.
ÉSTE ES EL SACRAMENTO DE NUESTRA FE.
Así pues, Padre, al celebrar ahora el memorial
de la ENTREGA de Jesús,
de su admirable resurrección y ascensión al cielo,
mientras esperamos su venida gloriosa,
te ofrecemos, en esta acción de gracias,
TODO lo que somos y tenemos.
Tú diriges tu mirada sobre esta OFRENDA de tu Iglesia
y reconoces en ella nuestra adhesión a Jesús,
que vino a revelarnos tu rostro
de verdadero Padre, que nos ama sin límite.
Nos unimos en este sacramento al Cuerpo y la Sangre de tu Hijo,
que se entregó por nosotros para dejarnos su ejemplo de Vida.
Y nos abrimos de todo corazón a tu Espíritu Santo
para ser iluminados y fortalecidos en el seguimiento de Jesús, tanto individual como colectivamente.
Y así, unidos como hermanos,
formemos con Cristo un solo cuerpo
y un solo espíritu.
Él nos transforma en verdaderamente humanos
en nuestro diario caminar hacia tu Heredad,
donde seguiremos alabándote
junto con tus elegidos,
con María, la Virgen Madre de Dios y madre nuestra, su esposo san José,
los apóstoles y los mártires,
y todos los santos,
que nos precedieron en el camino hacia Ti.
Te ofrecemos, Padre, nuestro compromiso de adhesión a Jesús,
que ratificamos en esta celebración,
para que contribuya a la Paz y
la Humanización del mundo entero.
Confirmamos nuestra lealtad con esta tu Iglesia,
que peregrina en la Tierra,
fortalecida por nuestra fe y caridad.
Nos unimos a TODOS tus hijos de este Pueblo,
iluminado y fortalecido por Jesús,
junto con sus servidores: el papa Francisco,
nuestro obispo N…,
el orden episcopal, los presbíteros y diáconos.
Tú atiendes los deseos y compromisos
de esta Familia,
que has congregado en tu presencia
en este domingo, día en que Cristo
venció a la muerte.
Él nos ha hecho partícipes de su Sabiduría y Fortaleza, para que imitemos su ejemplo
en el camino hacia tu Heredad eterna.
Te damos GRACIAS porque nuestros
hermanos difuntos…, familiares,
amigos y miembros de nuestra Comunidad,
tras su maduración en este mundo,
ya disfrutan contigo en tu casa del Cielo.
Queremos ser parte del Reino interior,
que tu Hijo nos reveló,
y extenderlo a nuestro mundo
para que podamos gozar TODOS de tu felicidad eterna,
junto con Cristo, Señor nuestro,
por quien concedes al mundo todos los bienes.
Por Cristo, con Él y en Él,
PADRENUESTRO
PADRE Y MADRE NUESTRA
EN QUIEN SOMOS Y VIVIMOS.
Santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo
TÚ NOS DAS HOY
NUESTRO PAN DE CADA DÍA.
TÚ PERDONAS NUESTROS PECADOS
Y NOSOTROS QUEREMOS PERDONAR
A LOS QUE NOS OFENDEN.
No nos dejes caer en la tentación.
Y líbranos del mal. Amen
CORDERO DE DIOS
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Tú TIENES piedad de nosotros
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Tú TIENES piedad de nosotros
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Tú NOS DAS la paz
Jesús nos invita a ser pan partido y repartido para los demás.
ORACIÓN FINAL
Mil señales afloran cada día para quien es vigía de la vida.
El susurro de la brisa, el murmullo de arroyo; el batir de las olas en la orilla, el olor de la tierra arada, el perfume de las plantas, las hojas que caen maduras, el rugido del mar bravío, el viento huracanado, el fuego que crepita y todos los ruidos de la naturaleza… son señales de un Adviento que se anuncia y llega.
La luz de la mañana que despierta, el sol que se levanta, el agua fresca y cantarina, los campos que germinan calladamente, el atardecer que todo lo recoge, las estrellas que parpadean, las nubes que van y vienen, la luna con sus guiños y fases, los caminos que no desaparecen y el rocío que viste valles y montes, son señales de un Adviento que se anuncia y llega.
Niños que gimen y lloran, padres que vigilan y se levantan, ancianos que sueñan y sueñan, jóvenes que viven y cantan, personas que acarician y aman, campesinos que esperan tras la jornada, trabajadores que cuidan y transforman, emigrantes en busca de la vida, solidarios llenos de ternura y vista, profetas de una humanidad nueva… son señales de un Adviento que se anuncia y llega.
Gracias, Señor, y que las señales sigan y sigan.
BENDICIÓN
El Señor os bendice, os guarda
y en sus palmas os lleva tatuados.
Os acompaña en todos los caminos.
y hace prósperas las obras de vuestras manos.
Sentíos siempre abrazados y bendecidos por este Dios enamorado,